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Cristina Lanza (53 años) junto a su pareja, Conrado Gamarra (59 años), de Pergamino, Buenos Aires, renunciaron a sus trabajos para cumplir su sueño; recorrer la famosa ruta nacional 40, viajando en bicicleta.
Enamorados de su perrito "Negrito", no dudaron en ponerse manos a la obra para conseguirle su carrito y desde hace dos meses que emprendieron viaje.
Los bici viajeros pasaron por la Ciudad Termal, lugar donde pudieron descansar y retomar fuerzas para llegar a destino.
"Desde hace muchos años, que mi sueño era recorrer la ruta 40 y cuando conocí a Conrado, le conté de mi sueño. En esos tiempos yo ya andaba en bici pero él no y me dijo que quería acompañarme", relató a El Tribuno Cristina.
Recordó que "habíamos planeado salir antes de la pandemia, con una camioneta de apoyo y la verdad que inicialmente, iba a ser un viaje muy distinto, pero, ya con la pandemia, tuvimos que dejar todo y cambiar de planes. Pero una vez que flexibilizaron los protocolos, decidimos retomar nuestro sueño y no dudamos en que el momento era ahora".
"Es así que ambos renunciamos a nuestros trabajos, yo trabajaba en casas de familias y Conrado en una metalúrgica, lugar donde trabajó diecinueve años. Y el 13 de octubre, salimos desde Pergamino y acá estamos", dijeron contentos.
En cuanto al recorrido que les queda por hacer, Conrado señaló que "el primer objetivo, es llegar a La Quiaca y desde allí, empezar a recorrer la ruta 40".
"La idea es llegar a Metán y de ahí, continuar por la ruta Nº 9 pasando por todos los pueblitos que estén cerca, ya que nosotros pedaleamos entre cuatro a cinco horas por día. Ahora que hace mucho calor, solamente pedaleamos por la mañana. En caso que los pueblos estén muy alejados uno del otro y en el medio no hay donde parar, salimos más temprano".
La mujer contó que "en estos dos meses que llevamos de viaje, hemos visto paisajes hermosos que por más que uno después muestre las fotos, no hay comparación. Al principio tenía una bitácora en la que escribía todos los días, hasta que un día dije basta, porque es indescriptible lo que uno vive, es maravilloso y no hay palabras. También hemos conocido gente extraordinaria, por eso, solamente podemos agradecer por esta experiencia".
Con "Negrito" en su carrito
La pareja, además, aseguró que a Negrito lo adaptaron desde el primer momento. "Nuestro perrito tiene un año y tres meses y para nosotros es nuestro bebé".
"Negrito tiene su propio carrito y la verdad es que se porta muy bien. Nosotros viajamos y paramos cada media hora para poder refrescarnos por el calor, lo mojamos un poquito, come alguito, hace sus necesidades y continuamos viaje", indicó Conrado.
"Lo bueno es que nuestro perrito está muy bien educado y no ensucia en ningún lado, sin embargo, en dos meses que llevamos de viaje, hubo dos lugares en donde no nos quisieron hospedar porque estábamos con él, pero bueno, creo que es entendible que por ahí las personas que alquilan no quieran mascotas", expresó.
A su vez, pidieron que una vez publicada la nota, la gente se acerque y les convide una botella con agua.
"Por favor, les pedimos que si nos ven viajando por algún lado en lo que queda de tiempo, que nos acerquen una botellita con hielo o agua helada", dijeron entre risas.
Y aseguraron: "Tenemos que reconocer que la gente se ha portado muy bien con nosotros desde el momento que salimos de viaje de la provincia de Buenos Aires, las personas han sido muy solidarias, de hecho en muchas provincias nos prestaron sus casas y nos daban la llave".
Los viajeros ya recorrieron Santa Fe, Córdoba, Santiago del Estero, Tucumán y el sur de Salta para llegar a La Quiaca. La bicicleta de Cristina pesa setenta kilos, mientras que la de Conrado, ciento diez, incluyendo el carrito de Negrito.
Finalmente dejaron este mensaje: "Nunca es tarde para cumplir los sueños, como dice el dicho; sin prisa pero sin pausa, por eso es que estamos viajando despacito y tranquilos. Por ahí veinte kilómetros puede parecer poco, pero al llevar mucho peso, esos veinte kilómetros nos cuestan mucho más. Lo importante es tomar la decisión, la iniciativa y largarse, después una vez que salís a la ruta, siempre hay que hacerlo con la mente en positivo".