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El metaverso es el nombre con el que se denominan los juegos y las experiencias a las que tienen acceso las personas que se ponen cascos audiovisuales de realidad virtual. La tecnología, anteriormente limitada a juegos, podría ser adaptada para usos en varias otras áreas desde el trabajo hasta la diversión, o conciertos y viajes cinematográficos.
Mark Zuckerberg, fundador de Facebook, cree que podría representar el futuro de internet hasta tal punto que recientemente rebautizó su red social Meta y la compañía ha invertido miles de millones en el desarrollo de su casco de realidad virtual Oculus Quest.
Algunas aplicaciones del llamado metaverso son de "diseño inherentemente peligroso" advirtió la Asociación Británica para la Prevención de la Crueldad contra la Niñez.
Una reportera de la BBC que se hizo pasar por una niña de 13 años fue testigo de acoso sexual, exposición a material sexual y amenaza de violación en un mundo de realidad virtual.
El director de políticas de protección infantil online, Angy Burrows, añadió que la investigación había descubierto "una combinación tóxica de riesgos".
La investigadora de BBC News -utilizando una app clasificada para uso de mayores de 13 años- visitó espacios de realidad virtual donde encontró avatares simulando tener sexo. Le mostraron juguetes sexuales, condones y se le acercaron varios hombres adultos.
Se estima que ese "casco" -llamado ahora Meta Quest- posee más del 75% del mercado. Fue con uno de estos cascos que la investigadora de BBC news entró a explorar la app y parte del metaverso. La app, llamada VRChat, es una plataforma virtual online que los usuarios pueden explorar con avatares en 3D.
Aunque no está creada por Facebook, se puede descargar de una tienda de apps en el casco Meta Quest de Facebook sin verificación de la edad del usuario. El único requisito es tener una cuenta de Facebook.
La investigadora de la BBC creó un perfil falso para crear su cuenta y su identidad verdadera no fue verificada.
Una vez adentro de VRChat, hay cuartos en los que los usuarios se pueden reunir: algunos son inocentes y comunes y corrientes -como un restaurante de McDonald's, por ejemplo- pero también hay bailes eróticos y striptease.
Los menores se mezclan libremente con los adultos.
Un activista de seguridad online que ha pasado varios meses investigando a VRChat y que ahora publica sus videos en YouTube afirma que "menores que fueron acosados en la plataforma y forzados a participar en sexo virtual". Quiere mantener el anonimato por temor a represalias contra su familia.
Debido a que la realidad virtual implica tanta sumersión, explicó el activista, los niños en esas situaciones realmente tienen que replicar los movimientos sexuales.
Jess Sherwood, investigadora de la BBC fue testigo del material sexual, insultos racistas y amenazas de violación en el metaverso.
"Empecé a sentirme como una niña otra vez. Así que cuando los hombres adultos empezaron a preguntarme por qué no estaba en la escuela y exhortándome a que participara en actos sexuales virtuales, me sentí mucho más perturbada. VRChat definitivamente se sentía más como un parque para adultos que para niños. Muchos de los "cuartos" estaban abiertamente sexualizados con luces de neón rosadas, parecidas a las que encontrarías en el distrito de luz roja de Ámsterdam o en los lugares más sórdidos de Soho en Londres (zona de vida nocturna). Adentro se exhibían juguetes sexuales. Todo en los cuartos produce una sensación inquietante. Hay personajes simulando actos sexuales en grupo en el piso, hablando entre ellos como niños que juegan a ser parejas adultas. Es muy incómodo, y tus opciones son quedarte y mirar, pasar a otro cuarto donde podrías ver algo similar, o participar, lo que en muchas ocasiones me ordenaron hacer".