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Fuertes explosiones resonaron en la madrugada de este viernes en el centro de Kiev, a medida que las fuerzas rusas comandadas por el presidente Vladimir Putin se abren paso por el territorio ucraniano y buscan alcanzar su capital.
"Los ataques contra Kiev con misiles de crucero o balísticos se reanudaron en la madrugada. He escuchado dos fuertes explosiones", afirmó por su parte el viceministro ucraniano de Interior, Anton Herashchenko. Sin embargo, no serían las únicas.
Los estallidos se advirtieron poco después de las 4.20 (las 23.20 de Argentina) en varios barrios de la capital, donde avanzaban tropas y columnas de blindados rusos desde el norte, el este y el oeste, según la agencia estatal ucraniana de noticias Unian y la rusa Tass.
Luego, en la región de Sumy, fronteriza con Rusia y no lejos de Kiev, comenzaron también a escucharse explosiones. "Todos los municipios están rodeados por blindados rusos que marchan a Kiev" dijo su gobernador Serhiy Zhyvytskiy.
La progresión de las fuerzas rusas hace temer la multiplicación de los ataques contra objetivos estratégicos y gubernamentales en la capital, incluso un asalto. En la víspera, el aeropuerto militar de Antonov fue blanco de un ataque de fuerzas rusas.
Esta infraestructura se encuentra justo en el límite norte de Kiev y los combates allí fueron los más cercanos a la capital ocurridos en la primera jornada del ataque. El presidente Volodimir Zelenski había alertado de la presencia de "grupos de saboteadores".
"Nos quedamos solos para defender el Estado", afirmó también el mandatario ucraniano y subrayó que no ve "quien esté dispuesto a darle a Ucrania una garantía de unirse a la OTAN". "Honestamente, ¡todos tienen miedo!", completó.
Previo a las explosiones del segundo día de invasión, el gobierno ucraniano decretó una movilización general para tratar de frenar una ofensiva total de Rusia, que en menos de 24 horas se acercó a Kiev, dejando más de 100 muertos y 100.000 desplazados.
La movilización general afectará a las personas sometidas al "servicio militar obligatorio y a los reservistas" y estará en vigor 90 días. Junto a ello, la ofensiva provocó un refuerzo de las sanciones económicas occidentales contra Rusia.
Durante la primera jornada del conflicto bélico, al menos 137 personas murieron, tanto civiles como soldados, y 316 resultaron heridas a consecuencia de los ataques aéreos y terrestres, indicaron desde el gobierno de Volodimir Zelenski.
Asimismo, el ejército ruso aseguró que destruyó 74 instalaciones militares, incluyendo 11 aeródromos. Por su parte, las fuerzas armadas ucranianas estimaron en más de 30 tanques,130 vehículos de combate, 7 aviones y 6 helicópteros los daños infligidos.