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Las autoridades ucranianas anuncian que la región de Kiev fue liberada de las tropas rusas entre denuncias de una cruenta masacre en Bucha, mientras la ciudad mártir de Mariúpol agoniza aún entre la resistencia y la urgente necesidad de su población de ser evacuada.
"Algunos estaban tirados en la acera, otros al lado de un coche o de una bicicleta", denunció en un video difundido por el alcalde de Bucha, Anatoly Fedoruk, quien afirmó que 280 cadáveres habían sido enterrados ya en una fosa común ante la imposibilidad de usar el cementerio municipal.
El presidente ucraniano Volodímir Zelensky, se apresuró a calificar estas presuntas ejecuciones sumarias de civiles como "genocidio", definición utilizada también por el alcalde de Kiev, Vitali Klitschkó. El jefe de la diplomacia ucraniana, Dmytro Kuleba, urgió el envío de una misión de la Corte Penal Internacional (CPI) a Bucha, para investigar la masacre.
En tanto, Rusia desmintió ayer estas acusaciones y afirmó que "todas las fotos y videos publicados por el régimen de Kiev, que supuestamente dan testimonio de algún tipo de crimen por parte del personal militar ruso, son otra provocación". La ciudad de Mariúpol continúa bajo el fuego del Ejército ruso, que intensificó su ofensiva con el fin de tomar cuanto antes la ciudad.
"Cada minuto los defensores de Mariúpol están en el filo entre la vida y la muerte, y continúan su lucha heróica por Ucrania y sus ciudadanos en medio del bloqueo, luchando por cada metro del suelo patrio", declaró Sviatoslav Ponomar, subcomandante del regimiento. Según informó la inteligencia británica en su parte de ayer, las tropas rusas continúan su avance y es probable que capturen Mariúpo, mientras que los defensores de la urbe no pierden la esperanza de que Kiev pueda responder a sus reclamos de ayuda.