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Los primeros párrafos de la gacetilla de prensa sobre el informe sobre desigualdad, pobreza y desarrollo que hoy presentará el Instituto de Estudios Laborales y del Desarrollo Económico (Ielde), de la Universidad Nacional de Salta, muestra la más cruda realidad salteña:
- En la provincia de Salta 12 de cada mil niños que nacen mueren antes de su quinto cumpleaños. Más de la mitad de esas defunciones podrían evitarse con medidas simples.
- Anualmente nacen casi 2 mil niñas y niños de madres adolescentes y casi 700 de esos nacimientos provienen de madres con muy bajo nivel educativo.
- El 28% de las niñas y niños de primaria no logra entender un texto simple, y el 11% pueden ser calificados como analfabetos: la compresión de textos simples (ni con apoyo de imágenes) es prácticamente nula.
"Todo esto está íntimamente ligado a las privaciones materiales", marca esa presentación del estudio del Ielde, elaborado íntegramente por el economista Jorge Paz, donde se advierte que alrededor de 765 mil personas en Salta viven en hogares pobres y 574 mil enfrentan privaciones estructurales severas.
El informe, al que pudo acceder El Tribuno, da cuenta que el 53% de los salteños vive en hogares pobres por ingresos insuficientes o privaciones estructurales en vivienda, servicios, educación o subsistencia.
"La situación al interior de la provincia es la más apremiante. Existen núcleos de pobreza persistente que no se corrigen automáticamente con el crecimiento económico ni con políticas universales", advierte el documento.
Este trabajo académico será presentado hoy, desde la 9.30, en el Palacio Zorrilla de la Unsa, ubicado en Buenos Aires 177. Allí, el economista salteño brindará detalles de su trabajo y sumará los comentarios de sus colegas Agustín Arakaki (Ceped-UBA) y Juan Carlos Cid (Unsa).
El espejo nacional
El drama salteño refleja un fenómeno extendido en toda la Argentina. En 2025, la pobreza monetaria afecta al 31,5% de la población urbana, pero cuando se integran privaciones en vivienda, educación, servicios y subsistencia, la cifra asciende al 51%: 23 millones de personas.
Este contraste, explica Paz, debe poner en guardia frente a los diagnósticos simplistas: "Más del 70% de la población argentina vive en provincias con ingresos por debajo del estándar internacional que clasifica al país como de ingresos medios-altos. Argentina funciona como un mosaico desigual de economías locales".
El informe subraya que el crecimiento económico no basta para reducir la pobreza. En las últimas cinco décadas, el PBI argentino se expandió, pero los niveles de privación no se redujeron de manera sostenida.
"Duplicar o triplicar el PIB provincial no bastaría para erradicar las privaciones más severas", señala el estudio, porque el problema no radica únicamente en la magnitud de la economía sino en la distribución del crecimiento y en la capacidad del Estado para garantizar derechos básicos.
Trayectoria
Paz incluyó un análisis histórico en su estudio para dimensionar la magnitud de los cambios y los límites alcanzados. En 1980, el 85% de la población salteña vivía con privaciones estructurales: viviendas precarias, falta de agua potable y cloacas, hacinamiento y bajo nivel educativo.
Si esa realidad se hubiera mantenido inalterada, hoy más de 1,2 millones de salteños serían pobres estructurales. Sin embargo, la cifra real es de 600 mil: la mitad. El avance es innegable. "Esto muestra que la pobreza no es un destino inevitable", afirma el informe. Sin embargo, la persistencia de privaciones para más de la mitad de la población provincial confirma que las conquistas sociales no alcanzan a todos ni son irreversibles.
El estudio destaca, además, un período de aceleración en la última década: entre 2010 y 2022 se logró casi la mitad de la reducción acumulada en cuatro décadas, gracias a la expansión de la matrícula educativa, mejoras en infraestructura urbana y ampliación de servicios básicos.
Alertas
El documento incluye un conjunto de advertencias específicas para Salta. La primera tiene que ver con el boom del litio, que puede convertirse en un riesgo si no hay planificación: "La expansión no planificada de enclaves productivos suele traducirse en urbanización desordenada, presión sobre servicios básicos y expansión de la pobreza estructural", sostiene el informe.
La segunda alerta se refiere a la desigualdad interna. El 86% de las diferencias de ingresos en el país ocurren dentro de cada provincia y solo el 14% entre provincias. En Salta, esto se traduce en contrastes muy marcados entre la capital y el interior, entre áreas urbanas consolidadas y departamentos como Rivadavia y San Martín, donde las privaciones son críticas.
El estudio también subraya la persistencia de brechas de género y el peso creciente de la informalidad laboral, que amplían las desigualdades estructurales.
Peor para muchos
Mientras que en el área del Gran Salta (Capital y alrededores) la pobreza monetaria es del 29%, la pobreza integral de toda la provincia asciende al 53%. Es decir, casi 800 mil personas quedan invisibilizadas en los indicadores convencionales.
El otro punto crítico es el "crecimiento sin alivio": los ciclos de expansión económica no lograron reducir la pobreza estructural de manera sostenida. Por el contrario, los beneficios se concentraron en los sectores ya integrados a la economía formal, mientras los más vulnerables permanecieron al margen.
En medio de un panorama duro, el informe también rescata logros. La pobreza estructural en Salta se redujo a la mitad en 40 años. Desde 2022, se quebró el vínculo entre pobreza y mortalidad infantil: el mapa de las privaciones ya no coincide con el de muertes tempranas de niñas y niños.
"El hallazgo más alentador de esta edición es la ruptura del vínculo inaceptable entre pobreza y muerte temprana", afirma el documento.
Metodología y fuentes
El trabajo se apoya en una base empírica sin precedentes: más de 20 mil millones de registros censales y encuestas nacionales procesados. El enfoque introduce innovaciones como los gradientes de severidad de la pobreza estructural y la medición de la pobreza híbrida (ingresos + privaciones simultáneas).
Estas herramientas permiten identificar con mayor precisión los núcleos más duros de la pobreza y priorizar políticas según el nivel de urgencia.
Perspectivas
El informe plantea que Salta dispone de márgenes de acción claros sobre la pobreza estructural —a través de inversiones en vivienda, educación y servicios básicos—, mientras que la pobreza monetaria depende de la estabilidad macroeconómica y las políticas nacionales.
"La historia reciente de Salta muestra que la pobreza estructural puede reducirse en plazos relativamente cortos si existen políticas sostenidas. Pero también enseña que los logros no son automáticos ni irreversibles", concluye el documento.
En suma, el panorama provincial y nacional confirma un doble diagnóstico: la Argentina ha sido capaz de mejorar las condiciones estructurales de vida en las últimas décadas, pero sigue atrapada en una dinámica de crisis recurrentes que generan picos de pobreza monetaria. Salta es, en este escenario, un espejo del país: avances parciales, desigualdades profundas y un desafío pendiente de transformación integral.