inicia sesión o regístrate.
Con el foco puesto en la inclusión, la entrega de becas fue uno de los ejes de la política de Víctor Claros y su equipo de trabajo que duplicaron la cantidad de beneficios, con alrededor del 25% de sus gastos de funcionamiento.
De acuerdo a Claros durante la pandemia se enteraron que había muchos alumnos que venían del interior y que intentaban volver a sus casas porque no había clases y no podían porque no se podía circular por la ruta. “A esos chicos los empezamos a visitar llevándoles bolsones de alimentos semanalmente junto a la Secretaría de Bienestar”, contó.
Luego, cuando el Gobierno autorizó, la universidad llevó a los estudiantes a 31 destinos de la provincia e incluso de la vecina Jujuy. “Al no haber comedor, nosotros teníamos 4.200 jóvenes inscriptos para ir al comedor, unos 1.200 en sede central y luego se sumaron en el interior. Decidimos crear la beca alimentaria al margen de las becas de estudios. Después vimos que había jóvenes que no tenían para pagar internet para conectarse virtualmente. Entonces dimos becas de conectividad”, recordó el rector saliente.
El Programa de Becas Universitarias de la UNSa cuenta con la beca de estudio ($4.000) y de conectividad ($1.000). En tanto, la beca alimentaria fue creada durante la pandemia del COVID -19 y por decisión del rectorado se continuó con esta ayuda. El importe de la misma es de $ 3.200, que ahora debe ajustarse por inflación. El comedor estudiantil este año por decisión del Rectorado es gratuito.
“Todo esto implica un presupuesto de 190 millones de pesos, una cifra muy grande que se cubre en parte con los intereses de nuestras colocaciones porque si los chicos no comen, no estudian”, manifestó Claros.
El presupuesto destinado a las ayudas económicas en los últimos años fueron: $79.827.036 en 2019, $79.827.039 en 2020 (reconducido) y de $126.187.813 en 2021.
Además, la universidad otorgan becas de investigación, extensión y formación. Cabe mencionar que, desde la Secretaria de Cooperación Técnica y Relaciones Internacionales de la UNSa, se trabajó en la firma de convenios con diferentes instituciones y organismos a fin de que los estudiantes, también, puedan acceder a becas otorgadas por los mismos.
Las becas de estudio fueron incrementando su valor económico a lo largo de los años, acompañando la evolución de la inflación. Pero además, a partir de 2014 hubo una importante reducción en el número de becas otorgadas por la puesta en marcha del plan nacional Progresar y la instrumentación por parte del Gobierno provincial del boleto gratuito. Con esos fondos, la universidad decidió incrementar el monto de las becas de estudio y de comedor que continuaban vigentes.
Investigación
En la última década, la investigación dio un salto de calidad en la universidad. Se superaron los registros precedentes y se fortaleció el funcionamiento tanto del Consejo de Investigaciones de la UNSa (CIUNSa) como de los institutos de doble dependencia con el Conicet que funcionan en el seno de la universidad, como el Inenco (Instituto de Investigaciones en Energía No Convencional) y el Iniqui (Instituto de Investigaciones para la Industria Química).
Para que los trabajos de los investigadores de la UNSa tengan más vínculo con la realidad de los salteños se firmaron 310 convenios firmados desde 2019 a la fecha. Esto representa más de un 34% de la máxima histórica de la universidad. Hubo 242 proyectos de investigadores y científicos y hay 754 investigadores en la UNSa.
También a través del Rectorado se mantuvo el Taller de Física del profesor Daniel Córdoba, que después de su irreparable pérdida quedó a cargo su discípulo Maxi Valdiviezo.
El salto cualitativo dado por la investigación en la UNSa no s se produjo de un día para el otro ni fue fácil de lograr. Se tuvieron que aplicar dos grandes cambios. Por un lado, se mejoraron las asignaciones económicas destinadas a los proyectos de investigación, para que la mayor disponibilidad de fondos constituya un estímulo efectivo para los investigadores.
Por el otro lado, se introdujeron cambios metodológicos en la presentación de proyectos que aumentaron las exigencias tanto para los directores como para los integrantes. Así, por ejemplo, se estableció que para ser director de un proyecto había que tener un determinado número de publicaciones. También se abrió la posibilidad de que cada proyecto contara con hasta cuatro miembros (antes eran dos). Se buscó con ello inducir a la búsqueda de un salto cualitativo.