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A Juan Carlos Gottifredi le tocó un período donde la sociedad tenía grandes expectativas con el nuevo Gobierno electo. Después de 3 períodos como rector (1985-1988), (1988-1991) y (1997 - 1999) analiza la realidad universitaria.
¿Cómo percibe el actual momento que vive la universidad?
Antes que nada debo reconocer el trabajo del doctor Salum Amado para que nosotros pudiéramos llevar a cabo nuestra tarea (NdR: Salum Amado fue rector normalizador de la UNSa en los primeros momentos del Gobierno de Raúl Alfonsín). Veníamos de una época oscura a tener luz. Se desnubla bastante la vista y la situación no se ve con comodidad. Amado (Salum), como hombre del derecho, empezó a utilizar el estado de derecho para que nosotros cambiemos de una universidad que estaba dirigida patriarcalmente a una universidad que tenía que ser participativa. El respeto del estado de derecho fue aceptado por la comunidad universitaria. Ese fue el punto de partida del año 83. Ese tramo fue fundamental porque todos aprendimos a convivir, a respetarnos, a aceptar que había distintas ideas para solucionar un mismo problema y había que ponerse de acuerdo para que no fuera una pérdida de tiempo. Hubo mucha colaboración de la gente.
Después de esa experiencia, ¿qué estima que hay que cambiar para mejorar la universidad?
El cambio que hubo en los últimos 50 años es inconmensurable y por lo tanto la universidad tiene que acompañar estos cambios. La situación cambió y mucho y es completamente distinta. Pero no hay una receta única para atender esto. No es lo mismo lo que nos pasa en Salta que lo que puede estar pasando en un país desarrollado, pero sí hay puntos en común. Antes no había opciones por parte del estudiante para ver cómo enseñaba otro profesor. Hoy en día la situación es distinta. Yo diría que desde el punto de vista educativo hemos retrocedido en cuanto a que la cantidad de jóvenes que llega a la universidad no es capaz de sobrevivir en ese ámbito, quedarse en la universidad y poder hacer su carrera. Les cuesta mucho porque el sistema de estudio de la escuela secundaria tiene poco que ver con el sistema de la universidad. En la universidad se aprende a pensar por cuenta propia. Pero existe otro problema y es que hoy en día todos somos ciudadanos del mundo y tenemos que tener el nivel educativo que tienen los otros ciudadanos que estudian en otros países del mundo y para eso es necesario que haya sistemas de comunicación ágiles que permitan a cada estudiante entrar a la biblioteca de cualquier universidad del mundo y sacar de ahí la información que necesita para resolver los problemas que tenemos acá.
La Reforma Universitaria del 18 ya cumplió 100 años ¿Cree que esos postulados siguen vigentes?
Las pautas son distintas pero los principios que regulan la vida universitaria son iguales. Necesitamos la libertad del profesor para enseñar, después se evaluará si es bueno o si es malo pero tenemos que garantizar que pueda cumplir su tarea con total libertad. Ese es un postulado importante. El otro tema es que la universidad tiene que tener autonomía porque no puede tener una relación de sometimiento al Gobierno de turno. Esos son temas que siguen estando presentes. En aquella época se reclamaba la cátedra paralela y eso hoy se podría hacer muy bien, hoy no es una cosa imposible. La tecnología permite que se graben clases que se podrían consultar hasta en el futuro. La capacidad de almacenamiento es enorme. Entonces tenemos que estar a la par del mundo sino quedamos atrasados automáticamente. Pero necesitamos que la universidad no rompa con el grado de desigualdad con el que ya vienen los estudiantes. Los estudiantes que terminan la secundaria son menos del cincuenta por ciento de los que deberían ser, quiere decir que ahí hay un factor de pérdida de talento enorme. No sé cuantos Maradona de la ciencia estamos perdiendo ahí, pero deben ser muchos. Esa situación se debe a problemas socioeconómicos. La universidad tiene que ser pertinente porque es una institución de la república y se le encargó una función a cumplir y tiene que dar testimonio de que la está cumpliendo. Y finalmente está el sostenimiento de la calidad de la educación. Entonces ahí es donde hay un contrato social firmado en donde la sociedad pone recursos en la universidad, pero cuidado que hay que hacer una rendición de cuentas de esto y se debería informar, año tras año, cómo diseñó sus mejoras y qué resultados tuvo con el apoyo que recibió de la sociedad y con el Gobierno como garante de ese contrato social. Eso es algo que hasta ahora no hemos podido hacer en el país.
¿Usted cree que la universidad ha cumplido con todo lo que se había propuesto, al menos en los papeles, con la sociedad?
Mire... No. Y le digo porqué. Cada vez que se reúne la universidad para pedir plata es para poder aumentar los sueldos de los docentes porque están bajos. Cuando en una institución más del noventa por ciento del presupuesto está destinado a pagar los salarios y el resto a atender las funciones que debe cumplir una universidad, esa institución es muy difícil que pueda ser cambiada. Habría que buscar la manera de hacer crecer la productividad con los mismos docentes que tenemos sin aumentar la planta y que los recursos nuevos permitan formar un fondo que permitan planificar actividades que la sociedad necesita y que no se le da respuesta.
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