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Ceferino es el hijo de un cacique Mapuche que quiso ser sacerdote y llegó a estudiar en Roma, donde conoció al Papa Pío X. Hoy se lo venera en todo el norte de la Patagonia y año tras año miles de peregrinos recorren los lugares donde transcurrió su vida y descansan sus restos.
Los salesianos de don Bosco honran la memoria de Ceferino Namuncurá, el santo mestizo. Desde el histórico colegio salteño expresaron: “Cada 26 de agosto recordamos la vida y la santidad de Ceferino Namuncurá. Un joven que, aún en un contexto difícil, encontró en la fe la fuerza para ponerse al servicio de su pueblo y de sus hermanos”.
Si bien hoy se recuerda la fecha de su nacimiento, la misa central y procesión tendrán lugar el domingo a las 9 en barrio El Milagro, zona este de la ciudad de Salta, y será presidida por monseñor Mario Cargnello. La organización está a cargo de que la Escuela Salesiana Ceferino Namuncurá, la Vicaría del Milagro y el Movimiento Juvenil Salesiano Ceferino Namuncurá.
Se trata del primer indígena en ser reconocido por la Iglesia Católica: el Papa Benedicto XVI lo beatificó en 2007, pero el pueblo patagónico lo declaró como ‘su santito‘ medio siglo antes.
Ceferino nació en la localidad de Chimpay, situada en el Valle Medio del Río Negro, el 26 de agosto de 1886. Era hijo del cacique Manuel Namuncurá (heredero de Calfucurá, el legendario jefe mapuche que resistió largamente a los blancos en su avanzada hacia las tierras del sur) y de una cautiva, Rosario Burgos.
Estudió en un colegio de los Padres Salesianos y allí descubrió su vocación: quería ser sacerdote para llevar a la gente de su raza el mensaje del Evangelio. Desde muy joven su salud no era muy buena, pero comenzó sus estudios sacerdotales en Viedma. Allí lo descubrió monseñor Cagliero, quien decidió llevarlo a estudiar a Roma, creyendo que el cambio de clima lo beneficiaría.
Una vez en Roma fue recibido por el Papa Pío X frente al cual pronuncia un breve discurso. Su salud continuaba desmejorando y finalmente, al año de encontrarse en Europa, falleció. Era el 11 de mayo de 1905 y todavía no había cumplido los 19 años. Se dice que el Papa, entristecido, dijo: “Era una bella esperanza para las misiones de la Patagonia, pero ahora será su más válido protector”. Hoy en día este “indio santo” de la Patagonia se encuentra en proceso de canonización.
Años después sus restos fueron trasladados a la localidad de Pedro Luro, en la provincia de Buenos Aires, en lo que fuera el Fortín Mercedes, lugar histórico fundado por el General Juan Manuel de Rosas durante su expedición al sur. Actualmente hay en el lugar una reconstrucción de un fortín de la época que los visitantes pueden recorrer.
En Chimpay, su lugar de nacimiento, se conmemoran muy especialmente las fechas de su muerte y nacimiento. Esta última, en particular, da lugar a toda una semana de festejos que culminan el domingo posterior al 26 de agosto con una tradicional procesión, que llega hasta el Monumento a Ceferino. En ese lugar hay un gran parque junto a la ribera del río, que brinda la posibilidad de un tranquilo y agradable descanso para el peregrino.