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29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Sexo en el Mediterráneo, chocolates y millones

Martes, 17 de octubre de 2023 02:07
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El Mediterráneo de fondo. Mujer semidesnuda a quien no le queda centímetro sin cirugía. Siliconas a granel. Exuda sexo hasta por las pestañas y sus ojos prometen intensidades insospechadas. Champán francés. Embarcación lujosa. Un muchacho humilde sonríe, prepara un trago, celebra y gasta lo que jamás pensó que gastaría. Viene de un divorcio costoso sin que nadie entienda el origen de su impensada fortuna, que excede a un ¿servidor público? que fue empleado gubernamental toda su vida. Es el hombre clave -y llave- de la familia Kirchner en el conurbano, familia de imputados, sospechados y hasta condenados, que lo necesita para afianzarse en ese territorio con sus cámporas.

El "pibe de Lomas" nació allí, en ese territorio donde se hacinan los votos y los pobres, esperando el prometido bienestar que nunca llega mientras se hunden en una pobreza sórdida de la que jamás saldrán porque la supervivencia de sus manipuladores depende de su miseria: son el núcleo duro sin esperanzas, condenado a votar a Massa, ministro de devaluaciones, inflación y miseria a riesgo de perder lo poco que tienen. "No esperes de ningún modo/ que se dignen consentir/ tu acceso al porvenir/ los que hoy arrasan con todo". El Mediterráneo, demasiado viejo y demasiado sabio, sonríe con benevolencia ante una historia de amor o un sucedáneo. íHa visto tanto!

Ha visto a Aquiles partir a Troya sabiendo que nunca volvería a Tesalia. A un general hitita agonizar gritando "amor… es tan tonto el hombre", mientras su único ojo vagaba por el cielo antes de morir en la trampa a la que lo condujo su supuesta amante. A Alejandro conquistar el mundo y dormir con un puñal y La Ilíada bajo su almohada. A Guillermo de Aquitania desvelándose para que el amor cortés iluminara la oscuridad de la Edad Media. Ha visto a los románticos embestir con "tormenta y vehemencia", a Werther llorar el amor no correspondido y a Carlota intuir la desazón infinita de amar a quien ya no está.

íQué marco! íQué ámbito para darle un aire irresistible a un culebrón sudaca con todos los condimentos para convertirse en un best-seller con un touch europeo que atenuaría tanta vulgaridad!

Pero la difusión que exige un best-seller se contrapone con los ingresos declarados ante el fisco por los protagonistas, por lo que la puesta en escena se levanta, los actores son vilipendiados en cuanto medio existe, los carteles de candidato descolgados y las renuncias a candidaturas se suceden mientras sus socios los repudian públicamente, aunque en privado -dicen- se hacen guiños atávicos y cómplices tanto por el affaire como por la plata. Se apoyan.

En política, quien lo impulsa suele ser quien se beneficia y adversario de quien lo protagoniza. No hay casualidades. Tampoco hay que confundir -como quieren Massa o Kicilloff que se haga- "un error" con "un delito", sugiriendo que lo peor no es el delito sino no haberlo silenciado.

Chocolate y algo más

Por de pronto, no deja de sorprender que el follón se desencadene a días de que la barahúnda de las tarjetas de Chocolate Rigau saltara por los aires a fines de septiembre, cuando fue detenido retirando millones de pesos de un cajero a través de 48 tarjetas de débito de empleados de la legislatura bonaerense: tal vez supuestos empleados, tal vez laburantes, tal vez prestanombres o ingenuos que, de buena fe, dieron sus datos a quienes los acabaron malversando, como declaran los 16 testigos que brindaron testimonio antes de que una triquiñuela judicial interrumpiera el proceso y permitiera la desaparición de Chocolate.

La celeridad con que la Cámara de Apelaciones de La Plata dispuso el archivo de la investigación por deficiencias en el accionar policial y la liberación y posterior fuga de Rigau no solo ha enardecido a la opinión pública y a respetados constitucionalistas -que ven en la maniobra una manera de cancelar el tema- sino que ha fertilizado también la sospecha de que el "yategate" sea una maniobra para tapar el escándalo de Chocolate: ¿por qué no pensar que las cifras supuestamente malversadas en la Legislatura sean infinitamente superiores a la supuesta malversación de Insaurralde, lo que revelaría una corrupción exponencial en legislaturas, concejos deliberantes y ministerios de todo el país, conocida cuando no ejecutada por todos los partidos políticos? Considerando que Chocolate manejaría $350 millones de pesos al año, solo falta saber cuántos "chocolates" hay para conocer la cifra del supuesto desfalco (una noticia de último momento afirma que se habrían detectado 500 tarjetas iguales).

Si la Justicia fue cómplice o solo veloz se sabrá en la medida que prospere la apelación del fiscal Héctor Vogliolo, avance la causa, mientras la fiscal Bettina Lacki persevera e insiste con la apertura del teléfono de Rigau, aparatito que sus abogados defensores intentan mantener cerrado con cualquier artilugio jurídico: ellos sí saben a quién protegen y qué ocultan con tanto denuedo. Abrir el celular conduciría, colateralmente y por las llamadas, a los jefes de todos los "chocolates" de todos los quioscos de casi todo el país.

Pero a nadie escapa que si la caída de un poderoso "barón del conurbano" ha sido el precio para acallar el tema, la magnitud de lo que se quiere tapar es inconmensurable.

La maniobra es tan antigua que registra ejemplos en toda época y en todo el mundo: el "descuido" que la deja al descubierto no se compadece con los recaudos y precauciones que toman quienes infringen leyes y delinquen sin que los descubran; se perfilaría, más bien, como una entrega o ajuste de cuentas, ya que "como sabes, mi querido Sancho, los piratas solo reparten entre piratas".

Por citar un ejemplo: en 1963, el entonces primer ministro británico Harold Mc Millan debió pedir la renuncia de su secretario de Guerra John Profumo, porque tenía la misma amante que el agregado naval soviético Yevgeny Ivanov. Nunca pensó que el tsunami del escándalo lo arrastraría a él mismo y lo obligaría a renunciar. Muchos todavía se preguntan si Mc Millan fue el verdadero objetivo, si fue una maniobra que excedió su cometido, si el primer ministro se fue por vergüenza o si fue un ajuste de cuentas por el control del Canal de Suez que había propiciado Inglaterra con Francia e Israel y Profumo el hilo más delgado.

El show debe continuar

Pero el show debe seguir y el obsceno alarde de despilfarro es fogoneado con detalles del acuerdo de divorcio de Jessica Cirio, los recordatorios sexuales que a esta le hace la vedette Eugenia Ritó y las insinuaciones de Sofía Clérici de las que, casi casi, se desprende que ella bancaba a Insaurralde. Tanto condimento no desvía la atención sobre Chocolate, que ya está preso.

Demasiado fuego artificial sobre una ciudadanía angustiada por la debacle económica que asfixia a todos, por el irresponsable festival de bonos y gasto público, por la demagogia tributaria en beneficio de unos pocos, financiada por emisión monetaria que aumentará la inflación, en medio de una estampida de contratados a planta permanente en provincias y municipios, asignaciones compensatorias en cuotas que desahuciarán a las pymes, el diferimiento de Ganancias e IVA que, coparticipables, perjudica de lleno a las provincias -que dejarán de percibir lo condonado- y a los contribuyentes -que se verán obligados a pagar acumulado- como los aumentos de las prepagas.

El desbarajuste raya en acefalía ante la desaparición de escena del Presidente y la vicepresidente, cuyo reiterado irrespeto y desapego institucional es tal que, sin renunciar a los cargos que no ejercen, burlan la línea de sucesión y dejan el gobierno en manos del candidato Massa, que aprovecha para esquilmar el Ministerio que tampoco ejerce y forzar su entrada a un balotaje del que su propio y misérrimo desempeño con resultados a la vista deberían excluirlo.

¡Demasiado fuego artificial! La ciudadanía buscó entonces alguna esperanza en los tres ¿debates? de candidatos a presidente y vice, que decepcionaron sin pena ni gloria, pues los candidatos (lejos de evaluar ventajas y desventajas sobre los temas planteados y subrayar las bondades de sus propias propuestas) pusieron énfasis en denostar a los oponentes con prepotencia, sin arriesgarse una sola vez a convencer a algún indeciso, pero atrincherándose para no perder lo conseguido. Salvo Randazzo, que no ofendió a nadie y presentaba propuestas cada vez que podía, o Villarruel, que siguió con su agenda sin que los embates, guarangadas e interrupciones lograran descolocarla, pero sin olvidar a Schiaretti, de planteos claros que se oscurecían por su obsesión de ser presidente de Córdoba.

Así las cosas, el votante crítico no encontró incentivos ni razones convocantes para cambiar el voto que ya había pensado; el votante emotivo seguirá votando emocionalmente, ya que no hay razón que lo convenza, los candidatos seguirán confundiendo prepotencia con coraje, grosería con agudeza, desvergüenza con desenvoltura, agravio con menoscabo y afrenta con burla, mientras el gobierno, fiel a sí mismo, seguirá desgobernando con cuanta atrocidad se le ocurre.

El futuro está en manos de los ciudadanos, sobre todo en manos de los que no fueron a votar, votaron en blanco o no llegaron al piso, ya que constituyen el cuarto que tanto preocupa a los otros tres-cuartos que insisten en creer que hay 3 tercios: ¿habrá en esos tres tercios quien votó para dar un escarmiento y cambie su voto?

 

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