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24 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Arte natural en rocas y paisajes

Martes, 26 de diciembre de 2023 00:00

La naturaleza es una artista excepcional. Genera formas con una estética sublime. Formas externas e internas, superficiales y subterráneas. A micro, meso y macro escala. Desde el esqueleto silíceo de un radiolario o una diatomea, que luce como una bella catedral en miniatura, hasta el apilamiento tectónico de una montaña o cordillera, cuyas formas caprichosas impactan en el horizonte.

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La naturaleza es una artista excepcional. Genera formas con una estética sublime. Formas externas e internas, superficiales y subterráneas. A micro, meso y macro escala. Desde el esqueleto silíceo de un radiolario o una diatomea, que luce como una bella catedral en miniatura, hasta el apilamiento tectónico de una montaña o cordillera, cuyas formas caprichosas impactan en el horizonte.

Hay belleza desde los cristales de cuarzo amatista del interior de una geoda, hasta las estalactitas y estalagmitas que adornan las cavernas de los paisajes kársticos. O en los cristales gigantes de yeso transparente o selenítico en las cuevas de Naica (México). Y tantos otros fenómenos del mundo subterráneo. Donde el calor y los vapores cocinan a fuego lento un mundo de cristales bellísimos. O aún en donde los sedimentos depositados en viejos fondos oceánicos conservan estructuras inorgánicas u orgánicas con un grado de fidelidad que pusieron en duda la fe de sabios medievales. Como objetos satánicos, plantados allí por el diablo para confundir a las mejores almas. Tal las llamadas "piedras figuradas" algunas de las cuales fueron asignadas a la influencia directa de las estrellas. Y la formación de nódulos con formas caprichosas como los muñecos de tosca. O las septarias, que algunos confunden con caparazones de tortugas e incluso con huevos de dinosaurios.

Todo un mundo de nódulos formados a lo largo de decenas o centenas de millones de años y puestos al descubierto por la erosión. A veces expuestos en los propios afloramientos rocosos o arrastrados kilómetros por los ríos. Como los nódulos y septarias que provienen de las rocas de Pascha (Salta), con bellísimas estructuras "cono en cono", algunos de los cuales conservan trilobites perfectos en su interior. La belleza geométrica fractal de las dendritas de manganeso, con hermosos ejemplos en las lajas de Salta, que muchos confunden con helechos fósiles. Tanto helechos como dendritas comparten esa misma geometría fractal, no euclidiana. Hay quienes las han coleccionado y adornado paredes interiores de sus casas para deleite de las visitas que se sorprenden con esas maravillas de la naturaleza y que compiten con las pinturas del más fino artista.

Los pinceles de la naturaleza

Y es que la naturaleza pinta con sus propios pinceles y cincela con sus propios buriles. En el gran lienzo que es el propio globo terráqueo. No es raro entonces que algunos lugares lleven nombres como la "Paleta del Pintor" en Maimará (Jujuy) o "Artist Drive" en la formación homónima del Valle de la Muerte en California. O el "Painted desert", o desierto pintado de Arizona. O el "Desierto pintado" del Parque Nacional Los Cardones (Salta).

El viento y el agua crean un universo de formas surrealistas sobre los más variados tipos de roca dando lugar a paisajes oníricos como el "Paisaje de Dalí" en las coladas ignimbríticas del norte de Chile y sur de Bolivia en la alta cordillera volcánica. O el "Paisaje de Gaudí" en las cuevas rojas de Acsibi en Seclantás (Salta). O los "Paisajes Góticos" de las quebradas de Humahuaca y El Toro; o en los Valles Calchaquíes con el "Laberinto" y el "Paso de las Flechas". Donde destacan los llamados "Tubos de Órgano", que recuerdan aquellos órganos de las viejas catedrales.

También destacan en esta fenomenología erosiva los "Paisajes Medievales", como los que se aprecian en la Quebrada de Las Conchas, camino a Cafayate (Salta), especialmente en la zona de "Los Castillos", "Las Ventanas" y otras. Forman parte de una tipología conocida como "Paisajes Ruiniformes", por las formas de ruinas que representan.

A ellos pueden sumarse los "Paisajes Marcianos" de capas rojas de la Puna, los "Valles de la Luna" en las capas de sal de varios lugares de la Puna y los "Badlands" o tierras malas de los paisajes semidesérticos del norte argentino.

Todo un mundo de formas caprichosas que en algunos casos parecen haber salido de la pluma de Gustave Doré, el gran ilustrador francés del siglo XIX, quien dio imagen a obras universales de la literatura como El Quijote, la Divina Comedia, el Paraíso Perdido, entre muchas otras. Y que representan un deleite para el geoturista.

Bosque de rocas

Un paisaje muy llamativo es el llamado "Bosque de Rocas" en la meseta andina de Pasco en Perú. Allí la erosión ha trabajado más de 4.000 figuras en un área de 6.000 hectáreas conocido hoy como el "Bosque de Piedras de Huayllay", lugar protegido y santuario natural a 4.300 m sobre el nivel del mar. Los visitantes han ido bautizando esas figuras interpretándolas con formas antropomórficas o zoomorfas, entre ellas "El caminante", "El Pensador", "La Tortuga", "La Alpaca", "El Cóndor", "El Elefante", "La Cebra", "Los Pingüinos", "El Perro", "El Caracol", entre muchas otras.

Los visitantes han expresado: "En cada una de esas rocas, de formas inverosímiles, palpita la quimera ciclópea de un embrujamiento".

El escritor Wallace Thompson decía: "El efecto contemplado desde la distancia es de montañas cubiertas de pinos gigantes, perfilados, densamente espesos, y agudamente delineados, elevándose hacia el cielo, de hora en hora, a los resplandores del sol. Pero de todo esto no se da uno cuenta hasta que ha penetrado dentro del bosque, hasta que haya cabalgado o caminado a pie hacia sus atrayentes sombras, y haya podido ver a dichas sombras y a dichos árboles, transformarse insensiblemente y sin la menor formalidad en peñascos y pedrones de formas fantásticas".

El escritor español José Luis Menéndez, definió al bosque de rocas como "las antorchas petrificadas que alza el corazón de América sobre la plástica del mundo". Parafraseando a Ricardo León se asiste allí a "los espasmos, torceduras y desgarramientos de la materia, la lucha del fuego y de las aguas, la feroz epilepsia del mundo en su aurora".

Paisaje, arte y turismo

José G. Otero en su artículo "Estudio turístico del paisaje", señalaba en la década de 1940, que "La explotación turística del paisaje es preocupación moderna de las naciones progresistas, que saben ya de lo que importa como filón de riqueza, el abrir al turismo mundial nuevos puntos de miraje artístico". El enfriamiento de las lavas suele dar a veces unas hermosas columnas hexagonales que alcanzan su excelsitud en la "Calzada de los Gigantes" en Irlanda o la "Gruta de Fingal" en Escocia. Existe toda una mitología construida alrededor de esas formaciones naturales que parecen efectivamente empedrados hechos por los míticos gigantes antiguos.

Clemente Onelli, que fuera director del Zoológico de Buenos Aires, y que había estudiado geología en Roma, se quejaba de que los libros argentinos del siglo XIX y comienzos del siglo XX solo traían ilustraciones paisajísticas de esos dos lugares británicos cuando había tanto para mostrar en nuestro territorio. En un raro librito de geología que publicó en 1905 se preocupó de ilustrarlo con las fotos productos de sus viajes, especialmente de paisajes de Mendoza y la Patagonia.

El cincel del viento

El viento es otro gran artista de la naturaleza no solo por las formas que genera por abrasión, sino principalmente por las de acumulación. El viento remueve, transporta y deposita las arenas generando vistosos campos de dunas en los desiertos o bien de médanos a orillas del mar. Algunas de esas dunas se llaman barjanes y tienen una perfecta forma de medialuna. Las hay en todos los desiertos del mundo, pero las que he observado como perfectas están en Pampa de la Joya (Arequipa, Perú), en un ambiente híper árido, y están formadas en gran parte por las cenizas volcánicas del Huaynaputina que entró en erupción en enero de 1600.

El viento genera además el oleaje y el oleaje remueve las arenas de las playas de mares y lagos formando óndulas simétricas y asimétricas de muchos tipos y tamaños. Algunas quedan enterradas y se convierten en ondulitas.

Las formaciones marinas del norte argentino han conservado esas ondulitas fósiles en muchos de sus estratos. Las mejores se encuentran en la Formación Yacoraite, una unidad calcárea cretácica de amplia distribución en el área andina. En algunos casos contienen además las pisadas de dinosaurios herbívoros o carnívoros que caminaron por esas antiguas playas.

Ejemplos magníficos de esas ondulitas que parecen haber sido dibujadas por un artista excelso se encuentran en las rocas del perilago de Cabra Corral o en el Valle del Tonco junto a los yacimientos de uranio. Otra forma inorgánica de gran belleza para el observador prevenido son las grietas de desecación. Estas se forman cuando el barro se seca por el calor del sol y se agrieta dando figuras poligonales. También se las ha encontrado en estratos geológicos antiguos y a veces están decoradas por impactos de gotas de lluvia fósiles o pisadas de animales. Otras figuras poligonadas de gran belleza son las formadas en la superficie seca de los salares de la Puna. Estas representan el paraíso para los fotógrafos profesionales que obtienen de ellas imágenes surrealistas de espejos flotantes en la atmósfera nítida y transparente de esas regiones.

Un paisaje efímero en hielos de alta montaña son los "Penitentes de Nieve", extrañas figuras que se asemejan a los monjes capuchinos. Esos penitentes, sobre los cuales hay varias teorías para su formación, fueron descriptos entre otros por Rodolfo Hauthal, Franz Kuhn, Hans Keidel y Luciano Catalano, sin llegar a un acuerdo sobre su particular origen.

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