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30 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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Educar para la libertad en la era de la inteligencia artificial

Martes, 28 de febrero de 2023 02:36
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El comienzo del año lectivo invita a una reflexión: los niños que ayer empezaron el primer grado de la escuela primaria egresarán del secundario en el verano 2034/2035. Si la tendencia actual se mantiene, solo el 16% de ellos tendrá los conocimientos y destrezas imprescindibles para ingresar al mundo del trabajo y para desarrollar su carrera profesional. Y los más perjudicados seguirán siendo los alumnos de las escuelas públicas y de los sectores de menores ingresos.

Esa es la realidad educativa en 2023 en el mismo país cuyas políticas de Estado le otorgaron en otro tiempo prestigio y liderazgo en América Latina. La politización, la ideologización y la intromisión de los gremios en el normal desarrollo del año lectivo son algunas de las causas de la actual decadencia. Pero hay otras: desde 1880 hasta, por lo menos, 1960, las escuelas públicas gozaban de una autoridad social de la que hoy carecen. La discontinuidad de las clases, unida a la progresiva pauperización urbana, las colocaron en desventaja con respecto a las privadas, pero eso generó además una fractura social porque los niños y adolescentes de hogares con menos recursos no pudieron migrar hacia estas últimas.

La fortaleza de la escuela obligatoria, gratuita y laica, es decir, el modelo original, consistía en que en el aula se diluían las diferencias sociales y el intercambio emparejaba hacia arriba las condiciones de todos. Ese es hoy el modelo escolar de las escuelas de las democracias modernas, donde la sociedad se democratiza en los hechos. Esto no supone una interpretación laicista ni estatista de la educación, es la necesidad de que el conocimiento sea accesible para todos.

Y esa oferta debe estar puesta, centralmente en el desarrollo del pensamiento crítico. Ese pensamiento es incompatible con el modelo del canal oficial destinado a los niños, Paka Paka. En la educación, como en la ciencia, no puede haber imposiciones de ningún dogma político, ético o religioso. La inteligencia humana exige libertad de pensamiento y acceso a la información; de nada le sirven las verdades reveladas, por ejemplo, en la interpretación de la historia nacional, de la realidad social o de la economía. Hoy, en el país, se percibe un retroceso sensible en la valoración del pensamiento crítico.

Hace falta, asimismo, un profundo viraje educativo: los niños que egresen en 2035 (o en 2038, para los alumnos del nivel inicial) vivirán en un mundo signado por la cultura digital, es decir, la inteligencia artificial, la robótica y la globalización comunicacional. Cada hora de clase que estas cohortes educativas pierdan las colocarán en desventaja con respecto a aquellos que acumulen más tiempo de lectura, de análisis, de estudio dirigido y de prácticas de taller. Y esa fractura, que puede ser determinante en la postergación del país debe preverse desde ahora.

Por eso son muy buenas dos noticias expuestas ayer por las autoridades de Salta: la extensión horaria a cinco horas y la enseñanza del inglés en los establecimientos públicos. Es un primer paso fundamental y de enorme dimensión para la provincia y para su gente.

La escuela debe ser atractiva, pero no por la vianda o por la exigencia de la Asignación Universal por Hijo, sino por la capacidad de dar respuesta a lo que esperan padres e hijos: expectativas superadoras para el futuro. Para lograrlo es esencial la plena profesionalización de la carrera docente, con niveles de exigencia elevados tanto en su trayectoria formativa como en la voluntad de perfeccionamiento permanente. Además, hay que adecuar las currículas para que se incorporen conocimientos y destrezas acordes a los tiempos de los educandos, es decir, al mundo de las próximas tres décadas.

Y un tema esencial: la escuela no es una fábrica de robots sino de personas libres. En cada uno de los niveles de la enseñanza será imprescindible la acción preventiva, como es la mediación educativa, para detectar conflictos y superarlos. La escuela debe vivir un clima de plena tolerancia, donde se cultive el respeto por el otro como principio esencial. La escuela necesita una educación para la convivencia, que incluye también la educación sexual, informativa y formativa, acorde a los valores comunes de las familias y orientada al equilibrio y a la felicidad de todos los menores

Son muchos los sufrimientos que causan conductas agresivas, como el bullying que puede ser el preludio de muchas violencias que se reflejarán luego en la vida social: relación de sometimiento, de destrucción de la autoestima, de sentimientos injustificados de culpa. Esa violencia, demasiado frecuente, por cierto, tiene como víctimas a los más débiles, que a veces son los mejores alumnos, otras son extranjeros, discapacitados, cuando no discriminados por razones de género.

El mundo vive una etapa de inflexión y muchas cosas cambian y cambiarán, pero la escuela seguirá siendo esencial para socializar a los chicos y prepararlos para el futuro, que solo será hostil si los encuentra sin recursos para afrontar lo que, por ahora, es desconocido.

 

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