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Luciana Romano, una rosarina de 37 años de edad, en junio del año pasado, sufrió un accidente de tránsito que cambió y arruinó su vida, prácticamente, para siempre. Tras chocar cuando conducía su bicicleta y quedar debajo de una camioneta, que era conducida por el hijo de un exsenador, la mujer, nunca recibió ningún tipo de ayuda ni indemnización.
Desde hace diez meses, se encuentra afectada física, psicológica y económicamente, ya que para poder recuperarse y volver a caminar, debe costear rehabilitaciones y tratamientos médicos que son sumamente costosos. A pesar del tiempo que pasó, todavía no sale del shock que le provocó el accidente y desesperada por la situación que atraviesa, relató a El Tribuno su trágica experiencia.
"El año pasado, en el mes de junio, yo iba andando en mi bicicleta por la calle Calixto Gauna y cuando llegué a la esquina de la Avellaneda, ya iba pasando la mitad de la calle, apareció una camioneta que nunca frenó y me embistió de golpe", expresó Luciana.
Recordó que antes del choque, "pensé que el conductor, Nicolás Porcelo, iba a frenar pero al ver que no lo hacía, quise doblar y de pronto sentí el impacto de la camioneta en mi pierna, eso me provocó tres quebraduras y en menos de lo que pude darme cuenta, salí despedida y mi bicicleta, quedó por debajo de la camioneta".
Llamativamente, la mujer indicó que luego del accidente, no hubo peritajes para el conductor de la camioneta, y que el joven, en vez de llamar a una ambulancia, se comunicó con su abogado, quien se presentó casi de manera inmediata en el lugar, el cual y de a poco, se iba llenando de algunos vecinos curiosos.
"Resulta que en esos momentos que yo quedé tirada, al rato el lugar se empezó a llenar de gente y justo salía un vecino que se llama Kiko Gómez, quien ve a la persona que me choca, intentando sacar mi bici debajo de su camioneta para poder escarparse, entonces, este chico, Kiko, le dijo que no podía sacar la bici y que la deje ahí.
Porcelo le hizo caso, dejó la bici y empezó a llamar por teléfono, de casualidad justo pasaba por ahí la policía, me vio tirada y ellos, llamaron a la ambulancia, la cual se demoró más de veinte minutos en llegar, pero lo que me llama la atención, es que todo el tiempo que estuve tirada, jamás fue criminalística a verificar nada", señaló.
En código rojo a Salta
Una vez que asistió la ambulancia, Romano fue trasladada al hospital local Melchora, lugar donde la prepararon para viajar de urgencia en código rojo a la capital salteña.
Allí vivió un calvario mientras luchaba por su vida. "Cuando llegué en código rojo, estuve más de treinta días internada y atravesé tres operaciones en una semana", dijo.
"Mientras tanto, la persona que me chocó, nunca se hizo cargo ni jamás me vino a preguntar cómo estaba, de hecho hasta la fecha, todos y cada uno de los gastos que tuve y que tengo, corren por mi cuenta", contó.
Desde que Luciana tuvo el accidente, para poder rehabilitarse debe afrontar tratamientos que son sumamente costosos. Cabe señalar, que antes del choque, trabajaba como manicura e iba a domicilio.
Al respecto, detalló: "En estos momentos estoy haciendo un tratamiento con plasma una vez al mes y allí debo pagar ochenta mil pesos por sesión. Para poder realizar ese tratamiento, tuve que sacar un préstamo a través de mi madre, ya que ella es jubilada y lo tengo que pagar haciendo trabajos de manera particular como manicura".
"Cuando recién me accidenté, tuve que vender la moto que tenía porque la verdad, que no tenía cómo solventarme económicamente y también, hasta el día de hoy, me mantengo con la ayuda de mis familiares", agregó.
Informe de peritos
Por otro lado, contó que pocos días atrás, llegaron los informes de los peritos, quienes indican, que fue la joven quien chocó al conductor de la camioneta.
En ese sentido, manifestó con profunda indignación: "Según los peritos y los abogados de Porcelo, soy yo quien lo chocó a él, siendo que yo salí despedida por esquivarlo y sin contar, que en esos momentos, jamás, apareció el personal de criminalística, todo muy raro".
"Además, cuando quisimos retirar mi bicicleta de la policía, resulta que pidieron una serie de requisitos para devolvérmela, como ser una foto de la bici, el recibo de la compra y dos testigos", dijo.