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El ministro de Seguridad de Salta Marcelo Domíguez fue uno de los mentores de la vuelta de los visitantes a los estadios de fútbol. Fue uno más de los que creyó que se podía jugar sin dificultad con las dos hinchas en las tribunas. Apostó a la cordura de aquellos que pueblan las gradas domingo a domingo. Hasta acá todo venía saliendo “redondo”. El domingo no más de 50 energúmenos identificados con los colores de Juventud Antoniana decidieron que la fiesta en el Gigante del Norte debía llegar a su fin porque ellos así lo disponían.
Primero rompieron los carteles de publicidad, después comenzaron a tirar proyectiles hacia los policías, y más tarde, cuando la goleada estaba consumada a favor de Gimnasia y Tiro, rompieron el cerco olímpico intentando ingresar al campo de juego. Fue ahí cuando la Policía reaccionó para poner fin al iracundo accionar. Las balas de goma para intimidar hizo que la estampida en la tribuna preferencial sea una ola difícil de parar. Exasperó más a los violentos. Se podía observar a padres y madres sacando a sus pequeños hijos hacia un costado, misma actitud tomaron otros hinchas apostándose detrás de ese bloque policial señalando que ellos no tenían nada que ver con energúmenos que comenzaron los incidentes.
En las próximos días el ministro de Seguridad Marcelo Domínguez evaluará con la Policía de Salta los pasos a seguir, si continuarán apostando a que los hinchas visitantes puedan seguir yendo a los estadios o vedan este beneficio.
Es muy factible que la decisión final sea la de dejar sin efecto la medida de los visitantes y volver al “viejo” sistema de jugar solo con locales. “Es una lástima que haya sucedido esto, salvo la Copa Argentina, en ninguna otra provincia se permite jugar con dos hinchadas, y Salta había logrado romper con esta tabú. Ahora no se que sucederá. La balanza se inclinaría más por la suspensión de los visitantes ”, le dijo a El Tribuno una fuente consultada.