PUBLICIDAD

¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
18°
19 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Ética de la responsabilidad

Lunes, 24 de julio de 2023 00:00
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

Max Weber planteó mejor que nadie el gran dilema del ejercicio responsable del poder: ética de la convicción y ética de la responsabilidad, fue la frase que sintetizó la histórica reflexión. De su lado, Eric Weil, uno de los últimos hegelianos en serio, estudió la tensión entre las actitudes y los discursos; más precisamente su correspondencia o no.

Si a estos dos ejes de pensamiento agregamos el concepto constitucional de idoneidad se termina de comprender la encrucijada que representa para el país un ministro de Economía en ejercicio pleno del Poder Ejecutivo, que oficia, a su vez, de candidato a presidente de la Nación. Que quede claro, es para el país, porque excede lo personal y lo partidario. Para no variar la historia argentina, el marco del problema es, una vez más, la deuda soberana. Está claro que la discusión excede el mero préstamo: están en juego desde alineamientos geopolíticos hasta la economía en su conjunto. Pero más que nada lo que atraviesa todo, son compromisos que estaría o no asumiendo el país de cara a su futuro inmediato, ante un gobierno dispuesto a hacer cualquier cosa por su permanencia, con chances cada vez más fugitivas.

En el gobierno pasado el conflicto de intereses fue un tema central en la entonces agenda opositora. Bueno, si de conflicto de intereses se trata, el que enfrenta el ministro de Economía es uno en serio, que nos compromete malamente a todos. En el rincón azul está el discurso de campaña, que siguiendo a Weil debe justificar como pueda algún grado de coherencia con su actitud gubernativa. Esto lo lleva a despotricar contra el FMI.

En el rincón rojo está la ética de la responsabilidad, lo que todo el mundo sabe es lo mejor para el país (no vale la pena referir a la ética de la convicción en este caso porque es desconocida, ante histórico zigzagueo).

Coherencia en el discurso proselitista contra ética de la responsabilidad. La contradicción es tan importante que desde hace semanas contemplamos una negociación que parece condenada a no tener fin. Las opciones no son muchas, como para cualquier deudor: se cumple, se renegocia o se defaultea. Las herramientas con las que cuenta el ministro en la negociación son también acotadas. Se podría decir que se limitan a dos: "too big to fail" y el hecho de que el default, de ocurrir, se formalizaría en la gestión presidencial del gobierno que viene. Eso es todo, balas de cebita para los burócratas del FMI.

Cuando Indalecio Gómez, ministro del Interior de Roque Sáenz Peña, presentó la ley electoral que rige hasta hoy, se llegó a cuestionar que lo hacía por su interés, pensando en una candidatura a presidente. Su respuesta fue contundente: renunció públicamente a cualquier candidatura, como todos los miembros del gabinete, a instancias del presidente. Ejemplaridad de un funcionario idóneo, de esas que no se ven y tanta falta hacen en nuestros tiempos. Es mucho lo que está en juego como para que no prime la delicadeza moral de renunciar.

 

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD