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La música ya estaba sonando y el movimiento de gente era evidente, pero la noche en Atocha no escondía ningún misterio: se trataba de una fiesta organizada sin autorización, una práctica que se repite con frecuencia en zonas residenciales y que suele terminar de la misma manera. En este caso, con una clausura, una infracción contravencional y el final anticipado del encuentro.
El procedimiento se concretó durante un recorrido preventivo en calle Manuel J. Castilla, donde personal policial constató que el evento se desarrollaba sin la habilitación correspondiente. La organizadora, una joven de 22 años, fue infraccionada por incumplir la normativa vigente, mientras que los asistentes debieron retirarse del lugar.
Según se informó, la falta encuadró en el artículo 124 de la Ley Contravencional 7135/01, que sanciona la realización de eventos o reuniones sin autorización previa, independientemente de que se lleven a cabo en espacios privados. La normativa apunta a regular este tipo de actividades para garantizar condiciones mínimas de seguridad y convivencia.
Como parte del procedimiento, se dispuso el cese del evento y el despeje ordenado de los asistentes, sin que se registraran incidentes. La intervención fue comunicada a la Unidad Fiscal Contravencional (UFICON), que quedó a cargo de la continuidad de las actuaciones administrativas correspondientes.