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29 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
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El sagrado valor de la libertad de información

Miércoles, 02 de agosto de 2023 02:19
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El valor incalculable de la libertad de prensa queda demostrado tanto por el énfasis con que se la defiende como por el empeño que ponen quienes quieren condicionarla o anularla, la disfracen como la presenten y la llamen como la nombren.

Cuando la prensa reivindica su libertad no está reivindicando un privilegio sino un derecho constitucional que, como tal, conlleva su obligación: su derecho no es otro que difundir aquello que difunde. Su obligación es responsabilizarse de lo que publica ante quien corresponda y su libertad consiste en publicar lo que decide comunicar, y no publicar aquello que elige no emitir ya que, precisamente en esa decisión, reside su autodeterminación editorial.

A menudo asediada por consignas convocantes como "la libertad del pueblo", "el bien público", "los altos intereses de la Patria o del Partido" o "la responsabilidad social", es perceptible que el autoritarismo, el populismo, el despotismo, el poder dictatorial o un gobierno "democrático" intentan abatirla con tapujos para esconder su intolerancia.

En la Rusia revolucionaria, la libertad de prensa era patrimonio de todos los "ciudadanos" de la Unión Soviética si, y sólo si, defendía el orden socialista; caso contrario, era un crimen contrarrevolucionario. El Duce admitía la importancia de la libertad de prensa siempre y cuando se mantuviera dentro del espíritu de la revolución fascista. En Portugal, Oliveira Salazar declaraba la importancia de que el periodismo se mantuviera libre pero con "la necesaria supervisión del Estado para evitar una deliberada tergiversación de los hechos", latiguillo que hoy en Argentina retumba como recochineo cuando la tergiversación es patrimonio casi exclusivo del gobierno que sostiene que la "inseguridad es una sensación", "la inflación es autoconstruida", "en Argentina no hay crisis económica y el pueblo no tiene hambre", mientras proliferan las ollas populares, los jubilados agonizan entre escasez y maltratos, mueren chicos por desnutrición, comen una vez al día o no tienen clases, el oficialismo birla las vacunas y Cristina porfía en desentenderse de responsabilidad alguna en la barahúnda mientras sostiene a muerte su asedio a la Justicia.

El objetivo es claro: el discurso a sostener es el que le conviene al gobierno que se mantenga y la historia lo ha demostrado.

Ejemplos históricos

Cuando en Francia el régimen electivo substituyó al régimen hereditario, el periodista Camille Desmoulins descolló en su lucha para que la libertad significara ausencia de arbitrariedad y no que la arbitrariedad cambiara de manos; alzó su voz contra el Terror que pedía cortar 500 o 600 cabezas para salvar el país. Desmoulins le recriminaba a Marat: "El Sena tiene color sangre! no sabes tú, desdichado, que cuando los tiranos de Europa quieren envilecer a la República, son tus periódicos los que insertan en sus gacetas?.... como si tus porquerías fueran la nación, como si una cloaca de París fuese el Sena". Acabó muerto, por supuesto, y aun así y pese a sus errores, la Revolución fue otra vez parámetro de igualdad humana y aventó la superstición de que el noble, por serlo, era injusto y arbitrario y que el hombre del pueblo, por serlo también, era justo y mesurado: resultaron tan intolerantes los unos como los otros.

Cuando el senador (R) John Mc Cain de Arizona dispuso que, a su muerte, se prohibiera al ya presidente Donald Trump asistir a su funeral y menos aun hablar en él, a nadie en EEUU se le ocurrió pensar que el líder del Partido Republicano y héroe de Vietnam actuaba por resentimiento contra el millonario. Todos sabían de otros fundamentos: lo que Mc Cain aborrecía de Trump no era que le hubiera ganado la interna en el Great Old Party sino que creía que Trump despreciaba aviesamente los valores del Partido con su populismo anti-republicano y él despreciaba a Trump por su desvergonzado simulacro de presentarse a sí mismo como la personificación del pueblo estadounidense de manera tal que sus exabruptos y decisiones, lejos de ser personales, encarnaban a la nación: "La CNN, el New York Times, NBCNews o CBS… no son mi enemigo, son enemigos del pueblo de los EEUU", tuiteaba Trump a lo que Mc Cain respondía: "Si queremos preservar la democracia, debemos tener una prensa libre y la necesitamos opositora. Sin ella, perderíamos muchas de nuestras libertades individuales y así es como empiezan los dictadores".

La vocación autoritaria

Para alertar sobre peligros, dictadores e intolerancia -primer síntoma de autoritarismo- la Academia Nacional de Periodismo que preside Joaquín Morales Solá ha expresado su preocupación por la reforma constitucional en marcha en La Rioja, donde se denuncia que la mayoría de la Convención que responde al gobernador peronista Ricardo Quintela intentará supervisar el contenido de los medios, bloquear las señales nacionales que llegan desde Buenos Aires y crear un holding de medios afines en la región del NOA. Por el mismo tema, ADEPA advierte sobre el riesgo que significa para la democracia republicana que cualquier gobierno se convierta en juez y árbitro de la veracidad de la información y se entremeta en los contenidos de los medios. En Salta, sin igual peso pero con igual peligro, Francisco Sotelo de El Tribuno considera que el proyecto sancionado el martes 25 por Diputados "nunca será ley porque choca de frente con la Constitución Nacional, contra innumerable jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia de la Nación y contra pronunciamientos inequívocos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos". Reconoce que la inquietud que generan las nuevas tecnologías es un tema central de la cultura contemporánea y que la circulación de noticias falsas es un hecho, pero advierte que el proyecto en cuestión no lo soluciona y es "inocuo para la era digital y nocivo para la democracia", ya que poco aporta a la seguridad digital pero abunda en intimidaciones y amenazas que empobrecerían la vida cívica por temor a las sanciones que podrían recaer sobre quienes tuvieran participación crítica, que acabarían absteniéndose por intimidaciones, amedrentamientos y amenazas de prisión. Subraya que ésta y toda cuestión debe abordarse con el asesoramiento adecuado y confía en que la Cámara de Senadores o el propio gobernador enmienden el desaguisado. De hecho, el gobernador ya anticipó el veto, si el Senado aprobara el proyecto.

En el mismo sentido se ha pronunciado FOPEA -Foro de Periodismo Argentino- que manifestó su rechazo ya que considera que "cualquier límite a la libertad de expresión representa un intento de erosión al sistema democrático y atenta contra garantías constitucionales" agregando que "lo que a priori se presenta como una nueva herramienta para combatir la violencia digital, en realidad acarrea un potencial efecto sobre la libertad de expresión" y, por carácter transitivo, sobre la libertad de prensa que, en definitiva, es la dimensión social (por masiva) de la libertad de expresión.

Para colmo y como siempre (y por eso la negativa de toda la prensa a reglamentaciones), la interpretación de quien merece o no una sanción quedaría a criterio de un funcionario, cuya imparcialidad siempre es dudosa y no está garantizada, como lo demuestra la puja que está librando a brazo partido el kirchnerismo en el Senado de la Nación para prolongar por cinco años el mandato de la jueza Ana M. Figueroa y sostenerla en el tribunal que juzga causas de Cristina: en definitiva, si abundan los funcionarios sospechados de parcialidad, el Congreso no debe darles otra herramienta para que avasallen ni a la prensa ni a los ciudadanos.

 

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