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"Necesitamos entender que nadie es dueño de nadie"

Domingo, 06 de agosto de 2023 02:46

Los números son lamentables y escalofriantes. Si se confirman las hipótesis que trascendieron mediáticamente en estas últimas horas del reciente caso ocurrido en Salta, sería el dieciseisavo femicidio en lo que va de 2023 en nuestra provincia. De igual manera, si se tiene en cuenta el registro nacional de femicidios en Argentina, durante el año 2022 hubo 252 casos, 1 cada 35 horas, de acuerdo al informe que publicó la Corte Suprema de Justicia de la Nación. En el primer semestre del año 2023 la Defensoría del Pueblo de la Nación informó 151 casos de femicidios.

No es mi intención opinar de este último caso en concreto. Seguramente en estos momentos estará un/a representante del Ministerio Público con su equipo tomando y analizando todas las pruebas que surjan de los hechos. Sí me parece que nos debemos una gran reflexión como sociedad acerca de lo que estos números reflejan.

Es clave tomar conciencia sobre la necesidad de trabajar en formación y prevención. Uno de los pilares de estos conceptos es la conocida "ley Micaela", que establece la capacitación obligatoria en la temática de género y violencia contra las mujeres a los agentes de los tres poderes del Estado. Ahora bien, resta lograr que el interés por la igualdad sea natural y transversal, propio de la sociedad, mujeres y hombres a la par. La igualdad debiera concebirse y ejercerse naturalmente, y es lo que nos debemos por y para las nuevas generaciones.

Este desafío que se impone arroja nuevos interrogantes, y sin dudas nuevas líneas de acción que nos permitan avanzar en el camino de erradicación de la violencia hacia las mujeres, garantizar su independencia económica, deconstruir la idea de masculinidad tal como la conocemos, desterrar estereotipos culturales cada día y en cada ámbito.

Tal vez sea cada vez más necesario que la formación se extienda aún más, incluso exigirla estatutariamente para las nuevas personerías jurídicas que se otorguen; nadie puede quedar afuera del desafío de desnaturalizar la violencia. Asimismo, el trabajar y formar en inteligencia emocional es una opción tan válida como necesaria, porque, en definitiva, como integrantes de nuestra sociedad necesitamos entender que "nadie es dueño de nadie".

Por Martín Avila, abogado Especialista en Derechos Humanos (UNSa). Diplomado en Derechos Económicos, Sociales y Culturales (Universidad Nacional de Lanús).

 

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