¿Quieres recibir notificaciones de alertas?

Su sesión ha expirado

Iniciar sesión
23°
25 de Junio,  Salta, Centro, Argentina
PUBLICIDAD

Historias que quedaron de la suspensión de la venta de GNC en Salta

Como salidas de un cuento de Cortázar, pero sin tener un final aún. Relatos en primera persona de los afectados por los cortes en el suministro.
Domingo, 14 de julio de 2024 01:38
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
inicia sesión o regístrate.
Alcanzaste el límite de notas gratuitas
Nota exclusiva debe suscribirse para poder verla

La suspensión en la venta de GNC en Salta tiene los condimentos necesarios que se describen en el cuento "Autopista del Sur", de Julio Cortázar, donde se narran las diversas historias que se fueron dando en un gigantesco embotellamiento en la autopista que una Fontainebleau y París. La ficción es una sátira de la realidad en Salta donde se van develando las miserias y los valores humanos sobre un acontecimiento que modifica la rutina diaria. Lo que hace diferente a Salta es que es una historia sin solución de continuidad.

Denuncias de usura y hasta historias de amor quedaron truncas, personas solidarias que acompañaron las horas de espera, los trabajadores que se perdieron en los horarios de llegada y de salida, otras tantas que nunca conoceremos y las que quedan por escribir. Porque se debe decir que el suministro va y viene. Ahora hay, pero no se sabe hasta cuándo. Este invierno develó las falencias energética de la provincia, pero que son responsabilidad de Nación, que vienen desde hace varios años.

El problema comenzó el miércoles en medio de una semana de frío extraordinario. A la noche cortaron la venta de GNC y el pronóstico no anunciaba buen clima. Sin fuentes oficiales comenzaron a tejerse todo tipo de hipótesis siendo la principal que para garantizar la demanda del gas en los hogares ante jornadas de mucho frío restringían la venta en las estaciones de servicio.

El jueves a la mañana comenzaron a quedarse los vehículos varados en las calles y muchos en las estaciones de servicio. "Mientras no interrumpan el paso de los clientes no hay problema en que se queden al costado de la playa", dijo Carina, una empleada de Shell. "Tenemos muchos miedo de que siga la suspensión del GNC porque la mitad de nosotros trabajamos cargando gas y ahora estamos ayudando en los líquidos, pero no sabemos hasta cuándo. Tenemos miedo que nos digan que no vengamos y nos descuentan el día; eso sería terrible", dijo la mujer.

Como en la Autopista del Sur, en una playa quizás se haya truncado un amor; a eso nunca lo podremos saber. El remisero Juan tenía que ir a buscar a su prometida el viernes por la mañana para realizar un trámite burocrático. Juan nunca llegó porque el remis en el que trabaja no funciona a nafta y se quedó en una playa de una estación de servicio como detenido en el tiempo. "Ya hablé con mi patrón y me dijo que detenga el auto y me quede cuidándolo. También hablé con mi novia y le expliqué la situación, pero parece que no entiende. Se enojó y salió sola a hacer su trámite. Ya veré cuándo puedo ir a verla. Por lo pronto me quedo acá a esperar porque me dijeron que al mediodía volvían a vender GNC", dijo Juan con mucha resignación.

Nadie sabía sobre cuándo volvían a vender. Todos fueron rumores. Se puede llegar a decir que nadie en Salta tenía información certera. Y eso que el gobernador Gustavo Sáenz; el ministro de Gobierno, Derechos Humanos, Trabajo y Justicia, Ricardo Villada; y el titular de Producción y Desarrollo Sustentable, Martín de los Ríos, estuvieron averiguando ante Nación; pero nunca hubo información. Lo mismo Manuel Pérez, de la Cámara de Expendedores de Combustibles, que siempre estuvo buscando información y poca le dieron.

Del otro lado del mostrador, los trabajadores de a pie también sufrieron las consecuencias de la falta de GNC. Claudia tenía que entrar a trabajar el jueve a las 22 horas como acompañante terapéutica de señora de la tercera edad. Con tanto frío, sin gente en la calle, decidió pedir un remise de la zona sur. Nunca pudo conseguir nada porque ya ninguno quería trabajar. Sólo uno que pasó por su casa la llevó con un adicional del 30 por ciento sobre lo que marque la ticketera.

La usura estuvo a la orden del día.

"Nuestros costos se triplicaron porque la nafta rinde menos que el gas. Así que muchos le adicionaban un plus a lo que marcaba la ticketera", dijo el remisero Luis. Desde el lado de los propietario de remises, Sergio confirmó que el costo se triplica con nafta, pero que lo mismo tienen que seguir trabajando para no perder clientes. "Yo tengo dos autos y ya tengo clientes fijos que son muy buenos y que no puedo perder ni fallar nunca porque se me van y no los recupero. Son personas que trabajan para empresas grandes y que tienen confianza en mis trabajadores. Entonces tengo que seguir trabajando sí o sí; no se puede parar", definió.

Los costos los pagan los trabajadores.

El remisero Juan dijo que cuando no trabaja pierde más de 20 mil pesos por día. Pero el propietario Sergio, que trabaja con clientes fijos, puede facturar hasta 80 mil pesos por auto. Entonces las pérdidas pueden ser significativas para ambos. Los mismo Claudia que para ir a trabajar paga 3 mil pesos, y que ahora pagó 4 mil. A esas pérdidas no las cuantifica Nación.

Por lo pronto, los esquemas meteorológicos muestran una mejora en las condiciones climatológicas desde hoy y para el comienzo de esta semana.

Ahora bien, todo este caos energético puede regresar el próximo fin de semana con la llegada de una nueva ola polar.

.

 

Temas de la nota

PUBLICIDAD
PUBLICIDAD