inicia sesión o regístrate.
Empezó noviembre, y en Salta este mes tiene una significación muy particular. Entre el 1 y el 2 se recuerda a los difuntos, una tradición que combina espiritualidad, amor y memoria. Para conocer más sobre cómo se vive este momento desde lo energético y lo simbólico, El Tribuno conversó con Javier Verón, médium y terapeuta holístico, quien explicó en qué consiste esta conexión entre planos y cómo interpretarla.
- ¿Qué es ser médium?
- Ser médium es tener la habilidad y las cualidades para canalizar energías e información tanto del plano terrenal como de otros planos existenciales. Es la posibilidad de comunicarse con los seres queridos que ya no están físicamente. Siempre manifiesto que todos tenemos esas cualidades, solo que algunas personas las desarrollan más. Ser médium es una tarea y una gran responsabilidad: se trata de recibir y transmitir información, y hacerlo con respeto y amor. Los seres que partieron quieren que sepamos que están bien y, a su vez, ellos desean saber que nosotros también estamos bien en este plano. Canalizar no siempre significa hablar con los muertos; también puede ser recibir información del alma de quien está presente, como en este momento entre vos y yo. Eso también es mediumnidad.
-¿Cuándo te diste cuenta de que tenías esta capacidad?
-En mi caso, desde los nueve años. Empecé a recibir información anticipada de sucesos, a ver imágenes y a tener sensaciones que al principio creí que eran imaginación. Con el tiempo comprendí que era canalización.
En realidad, todos vivimos alguna experiencia de ese tipo: escuchar un ruido sin explicación, sentir el perfume de un ser querido que ya no está, o que de pronto venga a la mente un recuerdo muy nítido.
Esas son señales. Son formas en que el alma nos toca y nos recuerda que sigue cerca. Por eso es importante prestar atención a lo sutil: un aroma, una canción, una imagen. Todo puede ser un mensaje.
- ¿Y los sueños también pueden ser una forma de contacto?
- Por supuesto. Ellos vienen a visitarnos a través de los sueños. Muchas veces intentamos interpretar qué significa, buscamos el sentido en Google o en Wikipedia, pero la mejor interpretación es simple: vinieron a vernos. No hace falta analizar tanto. Lo importante es sentir su presencia. Los sueños, los recuerdos repentinos, los pensamientos que aparecen de la nada… todo eso es canalización.
- Entonces, todos tenemos un poco de esa capacidad…
- Exactamente. Todos podemos canalizar, solo que hay que estar atentos. Cuando hacemos Reiki, constelaciones familiares, tarot, oráculos o usamos un péndulo, estamos canalizando información.
Hay una multiplicidad de terapias que nos conectan con planos más sutiles. Lo importante es reconocerlo. Si prestamos atención a nuestros sentidos y a nuestra intuición, vamos a descubrir que todos tenemos la capacidad de conectar con lo invisible.
- ¿Alguna vez te consultaron para comunicarse con un familiar por algo muy concreto, como resolver un tema pendiente?
- Sí, casi todos los días. A veces las personas mueren de manera repentina y dejan asuntos sin cerrar. Entonces, los familiares buscan respuestas o simplemente desean soñar con ellos y no pueden.
Cada alma tiene la potestad de decidir qué información brindar y cuándo. Hay sesiones donde llegan datos muy precisos, y otras donde los mensajes se comprenden recién con el tiempo.
Hace poco tuve una canalización con una familia que perdió a su niño. En la sesión, él dijo algo muy hermoso: “Presten atención al arco iris, porque cuando lo vean, yo voy a estar ahí”.
A los pocos días llovió en Salta y apareció un gran arco iris. La familia me escribió emocionada. Esos signos son la forma en que ellos nos dicen: “Estoy bien. Sigo con ustedes”.
- En estas fechas se habla mucho del “velo” entre los mundos y también se ve gente jugando con la ouija. ¿Hay riesgos al hacerlo?
- Sí, hay que tener mucho cuidado con esas prácticas, sobre todo si no se sabe cómo manejarlas. Muchas veces se “abre una puerta” sin querer, y ahí se da permiso a energías que no siempre comprendemos.
Hay espíritus buenos y otros que no lo son tanto, como todo en la vida. Pero eso no significa que haya que temer. Lo desconocido nos asusta, y cuando algo nos asusta lo asociamos enseguida con lo negativo.
Yo siempre digo que las almas son amorosas, y que nuestra propia energía nos protege. Ellos se comunican cuando ven que del otro lado hay alguien preparado, alguien que puede hacer de “Wi-Fi” o de “Bluetooth” para transmitir sus mensajes. Por eso, si se reciben señales, hay que tomarlas con serenidad, sin miedo, y con respeto.
- Hoy y mañana son jornadas muy especiales para quienes recuerdan a sus seres queridos. ¿Qué consejo les darías?
- Primero, que no esperen una fecha específica: recordarlos debe ser un gesto de todo el año. En cada aniversario, cumpleaños o día que los evoque, podemos preparar un plato de comida, encender una vela o brindar por ellos. Estas fechas tienen una energía abierta, una predisposición natural que facilita el contacto espiritual. Por eso es bueno visitar el cementerio, dejar flores, preparar la mesa o hacer un pequeño ritual familiar.
No importa la religión ni la tradición: lo esencial es hacerlo con el corazón. Podés cocinar algo que te recuerde a tu abuela, tu papá, tu hijo, tu hermano. Poné un plato más en la mesa, un vaso más, un cubierto más.
Ellos están siempre. Se manifiestan en pequeñas cosas: una pluma en el camino, un pajarito que aparece todos los días, una melodía que se repite. Dicen que nada es casualidad, y es verdad. Cada señal tiene un sentido, y cada presencia es una forma de amor.
- Por último, ¿cuándo será la próxima feria holística?
- La próxima será el sábado 8 de noviembre, en Plaza España, desde las 14 o 15 hasta las 23. Siempre la realizamos en el sábado más próximo a la luna llena.
En diciembre la haremos el sábado 6. Así que están todos invitados a participar, compartir y conectar con estas energías tan positivas.