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José Nallar: adiós a un médico solidario e innovador

Dedicó más de 60 años a la cirugía y a la medicina social, priorizando siempre a los más necesitados. Fue un pionero en la prevención médica y la atención de emergencias, dejando un legado imborrable en la salud.
Domingo, 09 de marzo de 2025 15:40
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José Nallar nació el 21 de abril de 1932 y falleció el 7 de marzo de 2025. Graduado como Doctor en Medicina por la Universidad Nacional de La Plata en 1958. Fue incorporado como miembro del American College of Surgeons en 1970, una de las asociaciones internacionales de medicina más importantes del mundo.

Ejerció como cirujano por más de 60 años, desempeñándose en instituciones públicas y privadas de Buenos Aires y de Salta. Fue designado con el título de "Cirujano Maestro" por la Asociación Argentina de Cirugía en el año 1998, distinción que lo llevó a dictar cursos y clases en distintas universidades de la Argentina y del mundo.

Fue "Relator Oficial" del Congreso Argentino de Cirugía en 1989, con un trabajo de investigación que mereció distintas distinciones y su exposición y juzgamiento por parte de diversas instituciones científicas de la Argentina. Fue designado director del hospital San Bernardo en 1982. Fue jefe del Servicio de Emergencias por concurso desde 1978.

Presidente de la Sociedad Argentina de Cirugía y miembro de la Asociación Argentina de Cirugía. Fue encargado del Advance Trauma Life Support en Argentina desde 1985 hasta 2000. Ejerció la medicina ininterrumpidamente durante 60 años, y en ese camino entabló una amistad muy cercana con el Dr. René Favaloro, con quien compartió el dictado de cursos y conferencias en distintos lugares de Argentina y a quien invitó a capacitar profesionales en nuestra provincia de Salta en reiteradas oportunidades.

Desde su consultorio privado, dedicaba la mayor parte del tiempo a atender a personas de escasos recursos, a quienes ayudaba además con la provisión de medicamentos e intervenciones quirúrgicas sin costo alguno para ellos. Basó el ejercicio de su profesión en largas entrevistas con sus pacientes, indagando sobre las circunstancias que rodeaban sus vidas con el objetivo de descubrir, en una conjugación entre la ciencia y la realidad, los orígenes de las enfermedades y los problemas físicos que padecían.

Con este fin, con mucha frecuencia visitaba a los pacientes en sus hogares, conocía a sus familias y personas cercanas e iba descubriendo los distintos factores ambientales y humanos que podían afectar emocionalmente a los pacientes y derivar luego en enfermedades físicas y psíquicas. Fue un precursor de la medicina social y, especialmente, de la medicina preventiva, buscando siempre detectar los factores generadores de las enfermedades que sus pacientes presentaban.

Con este fin, recorrió los barrios más pobres de nuestra ciudad en busca de realidades que, en esos tiempos, las estructuras institucionales públicas y privadas todavía no desarrollaban de manera sistemática y organizada.

Esto permitía a muchos de sus pacientes curarse de enfermedades que los aquejaban sin necesidad de acudir a medicamentos e intervenciones quirúrgicas, solamente cambiando hábitos, mejorando su alimentación y adoptando prácticas familiares y sociales que les aportaban soluciones inmediatas.

Desde su labor en el hospital San Bernardo, pudo acceder con mayor facilidad y frecuencia a las realidades sociales y ambientales de los salteños. Visitaba las cárceles, interactuando con agentes penitenciarios y personas detenidas, porque decía que eran lugares donde las personas estaban expuestas a mayores riesgos y sin acceso a métodos preventivos efectivos.

Fue precursor en la Argentina y en distintos lugares de Latinoamérica de la especialización y la aplicación de criterios científicos en el tratamiento de personas afectadas por accidentes domésticos o en la vía pública, accidentes de autos e incluso derivados de acciones delictivas.

Su pensamiento siempre estuvo centrado en que lo más importante cuando un médico se enfrenta a un accidentado es evaluar detenidamente a la persona antes de moverla o realizar cualquier tipo de acción, con el objetivo de no agravar las consecuencias del accidente que ha sufrido. Esto lo llevó a diseñar un programa con una planificación detallada desde el momento en que el médico tomaba contacto con el accidentado hasta que este era trasladado a un centro asistencial.

Esto lo llevó a contactarse institucionalmente con distintos servicios de emergencia de la Argentina y de Latinoamérica y, con el tiempo, le valió el reconocimiento de ser designado por el programa norteamericano Advance Trauma Life Support como Chairman en Argentina durante casi 20 años.

Compartió su vida con su esposa Emilia Dera durante más de 66 años, con quien tuvo cinco hijos y luego 14 nietos.

Hasta dos años antes de su fallecimiento, continuó atendiendo pacientes en su consultorio y recibiendo a colegas jóvenes, con quienes mantenía largas charlas e incluso colaboraba con consejos y prácticas sobre intervenciones quirúrgicas programadas. La medicina social y preventiva tuvo en José Nallar a un médico innovador y con una enorme sensibilidad por los más necesitados y las personas vulnerables a distintos tipos de enfermedades y afecciones emocionales.

Durante años, fue presidente del Movimiento de Cursillos de Cristiandad y dictó cursos prematrimoniales. Fue ministro de la Eucaristía y un colaborador permanente en parroquias.

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