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En el séptimo día del conflicto armado entre Irán e Israel, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, aseguró ayer que tomará "dos semanas" para decidir si lanza un ataque contra Irán, aunque los movimientos militares norteamericanos en las últimas horas apuntan a que una acción podría adelantarse este fin de semana.
La secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, leyó ayer una declaración oficial del mandatario en la que señaló que aún no ha tomado una decisión. "Basándome en el hecho de que existe una posibilidad sustancial de que se lleven a cabo negociaciones con Irán en el futuro cercano, tomaré mi decisión sobre si ir o no en las próximas dos semanas", expresó.
Leavitt aclaró que "nadie debería sorprenderse" respecto al planteamiento de Trump de que Irán "no debería tener un arma nuclear", una posición que ha defendido "no solo como presidente sino también como un ciudadano".
La funcionaria también afirmó que un acuerdo con Irán debe incluir la "prohibición" del enriquecimiento de uranio. Al respecto, señaló que Irán "nunca ha estado tan cerca de obtener un arma nuclear", dijo al ser consultada sobre la afirmación de Trump de que Irán está "a pocas semanas de lograrlo".
Sin embargo, mientras Trump se muestra abierto al diálogo, al menos 30 aviones cisterna militares estadounidenses –utilizados para reabastecer en vuelo a aviones de combate y bombarderos– fueron movilizados desde bases en Estados Unidos hacia Europa en los últimos tres días, según datos de seguimiento revisados por la BBC.
Además, fuentes del Pentágono confirmaron a la agencia Reuters que Estados Unidos trasladó aviones de combate F-16, F-22 y F-35 a bases en Medio Oriente, en lo que parece una estrategia de preparación para una posible operación aérea sobre Irán.
Instalaciones nucleares
Los analistas coinciden en que el eventual objetivo de un ataque estadounidense serían las plantas subterráneas de enriquecimiento de uranio en Natanz y Fordo, esta última ubicada en un complejo montañoso cerca de Qom.
Para alcanzar esas instalaciones, Washington tendría que emplear bombas GBU-57A/B, también conocidas como "destructoras de búnkeres", que solo pueden ser transportadas por bombarderos B-2.
Justamente, un escuadrón de estas aeronaves fue desplegado en la base estadounidense de Diego García, en el océano Índico. Si bien recientes imágenes satelitales no mostraron a los bombarderos allí, expertos militares recordaron que los B-2 pueden operar directamente desde el territorio continental de EEUU.
"Desde Diego García se podría mantener una operación sostenida de forma mucho más eficiente", explicó el mariscal del aire británico Greg Bagwell, quien además remarcó que "Irán ha quedado prácticamente indefenso" ante una eventual ofensiva conjunta de EEUU e Israel.
Hezbollah, con Irán
El secretario general del grupo chií libanés Hezbollah, Naim Qasem, defendió ayer que "no son neutrales" ante el conflicto entre Israel e Irán y afirmó que "actuarán como crean oportuno ante esta brutal agresión estadounidense-israelí".
En un comunicado, el líder del grupo chií, aliado clave de Teherán, condenó la agresión israelí y aseguró que Irán "representa un destacado referente mundial en el apoyo a los oprimidos, el respaldo a la resistencia y el pleno apoyo a la liberación de Palestina y Jerusalén".
El secretario de Hezbollah sostuvo que tanto el enriquecimiento de uranio como el programa nuclear iraní tienen "fines pacíficos".