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28 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Cambalache Siglo XXI

Jueves, 28 de agosto de 2025 01:52
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La violencia que interrumpió ayer la caravana encabezada por Javier Milei en Lomas de Zamora pudo tener un desenlace sangriento. Dos de los pedazos de escombro que cayeron sobre el techo de la camioneta tenían el peso y tamaño como para causar una conmoción cerebral. De haber golpeado al Presidente, hubiera vuelto a sobrevolar el fantasma del magnicidio.

Como hace tres años, en el intento de atentado contra Cristina Kirchner, la seguridad presidencial mostró sus falencias. Y en ambos casos, "el discurso del odio" que caracteriza a kirchneristas y libertarios tuvo sus efectos. Ambos oponentes están impregnados de mesianismo e intolerancia.

La movilización opositora, en ese lugar, había sido anunciada. Nadie se hizo cargo de analizar los riesgos que se podían correr. No lo hizo la custodia, pero tampoco la policía bonaerense, que no realizó un operativo de seguridad a la altura de las circunstancias. Se comportó con la misma indolencia que pocos días atrás, en la cancha de Independiente.

El intendente Federico Otermin, expresidente de la Cámara de Diputados bonaerense y heredero de Martín Insaurralde, tampoco se preocupó por evitar una violencia evitable dentro de su municipio. Por ejemplo, debió haber ordenado retirar el container lleno de escombros (un arsenal para el activismo violento) y los pasacalles ofensivos, sin firma, que ornamentaban el recorrido de la caravana.

La desmesura va creciendo en la actual democracia. La actitud provocadora de José Luis Espert frente a los manifestantes, su evacuación en una moto, lo mismo que la retirada compulsiva del Presidente y su comitiva son imágenes que no contribuyen, por supuesto, a fortalecer la fe en las instituciones.

El otro domingo serán las elecciones bonaerenses. La tercera sección, que abarca a Lomas de Zamora, La Matanza y Quilmes entre 19 partidos del conurbano sur, es la fortaleza del peronismo tradicional. Hoy, las encuestas indican que solo una pequeña parte de sus habitantes traslada la identificación con el peronismo hacia el debilitado kirchnerismo. De todos modos, por diversas razones, es un espacio adverso para Milei. Y Milei está dispuesto a seguir con las caravanas por esa zona.

La violenta agresión no tapará la conmoción causada por la denuncia de coimas en las compras de medicamentos para los discapacitados. Y ninguno de los dos hechos disimula los más de cien muertos por el fentanilo contaminado, distribuido por un laboratorio fuertemente vinculado al kirchnerismo.

Todo, en conjunto, revela que la violencia y la corrupción no son patrimonio de "gorilas" ni de "mandriles". Más bien, un "Cambalache Siglo XXI".

Enrique Santos Discépolo escribió su poema emblemático, cargado de pesimismo, en 1934, durante la llamada "década infame", controlada por gobiernos conservadores tras el derrocamiento de Hipólito Yrigoyen, el primer golpe de Estado en la era del voto universal. Sobre ese momento crítico, que influyó decididamente en las décadas posteriores, Tulio Halperin Donghi escribió su ensayo "Argentina y la tormenta del mundo" donde analiza las polarizaciones ideológicas del país en el contexto de la crisis económica global que había explotado en 1929, y de las tensiones que se vivieron entre las dos guerras mundiales. Casi un siglo más tarde, ante la virulencia de la lucha política, la disolución de los partidos y la tibieza de nuestras instituciones, en un planeta con clima de guerra y creciente autoritarismo, no viene mal mirarnos en el espejo del pasado.

 

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