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10 de Septiembre,  Salta, Centro, Argentina
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Tras el reporte de una enorme explosión en el Valle del Cóndor, se produjo una lluvia de micrometeoritos en Chicoana

Docentes y estudiantes de geología fueron sorprendidos por micrometeoritos en la ruta 33. Horas antes, los habitantes de la zona rural cercana al Juramento aseguran haber escuchado un fuerte estallido y visto destellos en el cielo.
Miércoles, 10 de septiembre de 2025 10:11

La mañana del sábado un grupo de estudiantes y docentes de geología de la Universidad Nacional de Salta (UNSa) en plena salida de campo, recibió una ráfaga de diminutas partículas que cayó desde el cielo y astilló los parabrisas de los vehículos en los que viajaban. “Fue como si nos tiraran piedritas invisibles”, contó Federico Walter San Juan, conductor de una de las camionetas.

Lo que primero parecía una pedrada resultó ser polvo cósmico. Tras analizar el material, descubrieron que se trataba de micrometeoritos, fragmentos de polvo interplanetario que viajan millones de kilómetros antes de tocar la Tierra. “Es algo cotidiano que caigan partículas del espacio. Lo extraordinario es poder presenciarlo”, explicó el doctor en geólogía Ricardo Alonso.

Pero la historia no terminó ahí. Luego trascendió, que la noche anterior, alrededor de las 22, vecinos del Valle del Cóndor a orillas del Cañón del Juramento -un paraíso geológico donde planean decenas de cóndores- fueron testigos de una enorme explosión que hizo temblar las casas.

“La onda expansiva fue tremenda. Hasta hubo un destello en el cielo. Como que hubiese caído algo del espacio o explotado una garrafa”, contaron desde una finca cercana al Juramento, en dirección a El Crestón.

Otro testimonio asegura que “todos en la finca (El Tipal) escucharon la explosión. Que hubo un momento de iluminación. Sería bueno conseguir un dron y explorar la zona. En algún lado cayó algo. Se sintió sobre todo entre La Bodega y El Tipal, en la parte del río Seco”.

Organizan una expedición

En un primer momento se barajó la hipótesis de un derrumbe en los cerros, pero los lugareños insisten: “Fue una explosión que sacudió la sala colonial (La Bodega) y se sintió un movimiento de suelo”. Por eso, se evalúa realizar una expedición para investigar qué pasó en esa zona de paisajes policromáticos, paredones verticales y fósiles a cielo abierto. "He recibido una gran cantidad de testimonios que afirman que en la zona del Valle del Cóndor hubo una enorme explosión. Coincide con el fenómeno de la caída de micrometoritos del que fuimos testigos a la mañana siguiente en Chicoana", contó el Dr. Ricardo Alonso, a quien los lugareños le propusieron llevar a cabo una expedición para analizar qué pudo haber pasado.

El Valle del Cóndor es un verdadero tesoro natural. Su estructura sinclinal -un pliegue tectónico originado en la orogenia andina- y su flora y fauna lo convierten en un escenario único. Quebradas con cardones y yuchanes, pavas de monte, águilas y cóndores, y hasta cámaras fotográficas nocturnas para monitorear pumas y tarucas, conforman su riqueza.

Para los geólogos, la coincidencia entre la lluvia de micrometeoritos en Chicoana y la explosión en el Valle del Cóndor es, al menos, intrigante. Mientras tanto, los vecinos siguen contando cómo aquella luz iluminó el cielo y el estruendo hizo vibrar sus casas. Un episodio que combina asombro, ciencia y misterio.

El Valle del Cóndor

Sobre el Valle del Cóndor, Ricardo Alonso contó que se “encuentra entre las maravillas geológicas y paisajísticas que esconde la rica geografía de Salta.Está a orillas del Cañón del Juramento”.

Para llegar hasta el lugar, se debe tomar hacia el sur por la ruta 68 hasta Coronel Moldes y luego entrar por la provincial 47 hasta el Cabra Corral y desde allí por el interior del Cañón del Juramento, por un camino enripiado, hasta la entrada a La Bodega. Desde el murallón del dique hasta La Bodega el camino transcurre pegado al río por el interior profundo del cañón.

“Las formaciones geológicas están cortadas a pique como producto del complejo fenómeno erosivo que dio lugar al vaciamiento catastrófico del viejo lago de Lerma. Del cual el embalse de Cabra Corral es una recreación en pequeña escala”, detalló el geólogo salteño. Allí, en el angosto de Cabra Corral, los ingenieros construyeron una muralla en el mismo lugar en que el proto río cortó la sierra y vació el antiguo lago. Toda esa historia geológica está registrada en pequeños valles colgados a ambos lados del río en los altos torreones que lo limitan. “Téngase presente que, por las propias reglas de la hidráulica, salvo en regiones glaciarias, un río siempre termina a la misma cota del río del qué es afluente”, señaló. Y, agregó: “Observar valles fósiles colgados es la mejor evidencia de la profundización de los ríos por el cambio de los niveles de base. Precisamente al frente de uno de esos valles colgados y el más impactante y vistoso, se inician las actividades de flotada en kayak que organiza Sentio Camps”.

El Cañón del Juramento es un lugar ideal para actividades náuticas como las flotadas en aguas tranquilas y el rafting en aguas más rápidas que organizan las empresas del lugar. En un marco de profesionalismo y con guías amables y capacitados. Todo ello a la vera de espectaculares formaciones geológicas de rocas cretácicas rojas y amarillas, con huellas de dinosaurios y playas fósiles de estromatolitos, que dan al viaje un contenido y colorido singulares.

La puerta de ingreso al Valle del Cóndor y La Bodega recibe al visitante con un extraordinario testimonio arqueológico. Grandes bloques tabulares de rocas calcáreas y varias toneladas de peso, fueron cuidadosamente acomodados por algún pueblo indígena antiguo como una gran mesada con peldaños.

Los bloques probablemente fueron arrastrados hasta cerca de allí por alguna gran avenida de aguas y luego ordenados como megalitos para su uso ritual o ceremonial. Llevan allí muchos siglos según se deduce de los rasgos de erosión kárstica con filos de lapiaz que se ven en sus bordes, señaló Alonso. “La mesada superior tiene varios morteros que pueden haber sido usados para moler granos o alucinógenos, caso del cebil, muy abundante en la zona. Precisamente en San Pedro de Atacama en Chile se encontró cebil que provenía del Valle de Lerma. La aspiración de cebil llevaba a los chamanes a transformarse en jaguares espirituales y muchas representaciones de pinturas rupestres de la comarca así lo simbolizan”.

A poco de entrar al Valle del Cóndor y a la vera del camino aparecen los restos de un antiguo cementerio con tumbas derruidas del siglo XIX. El paisaje rápidamente se transforma y cambia su naturaleza desde un monte chaqueño rico en grandes cardones que recuerdan una foto en Arizona hasta llegar a un prolijo campo de viñedos. Los viñedos y una bodega alimentada con energía solar dan sentido a este singular emprendimiento donde se conjugan vinos y turismo.

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