inicia sesión o regístrate.
En 2024 el socialismo cubano superó en el tiempo a su modelo originario, el socialismo soviético. La Revolución Cubana, triunfante el 1° de enero de 1959, cumplió 65 años. La Unión Soviética, que nació el 7 de noviembre de 1917, permaneció en el poder durante 64 años antes de derrumbarse el 28 de diciembre de 1991. Pero como para volver a recordarnos que nada es eterno en este mundo el régimen de La Habana afronta hoy la ominosa posibilidad de un colapso derivado de una catástrofe tecnológica cuyo detonante es una grave crisis en el abastecimiento de electricidad que paraliza la actividad económica, el funcionamiento de la maquinaria del Estado y golpea de un modo inédito la vida cotidiana de una población privada de los servicios y los consumos más elementales.
Uno de los sectores más castigados por la pandemia fue el turismo internacional, que todavía no volvió a los niveles anteriores. La Oficina Nacional de Estadísticas e Información reportó la llegada de 2.400.000 viajeros internacionales en 2023, un 42% menos que en 2019 y un 31% inferior a las previsiones gubernamentales. El rubro constituye la segunda fuente de divisas de la economía. Paradójicamente, la primera son las remesas de dinero que envían a sus familias los cubanos residentes en el exterior, en especial desde Estados Unidos.
La información oficial consigna que el producto bruto interno se contrajo un 2% en 2023. En los últimos cinco años la economía de la isla ha estado en descenso, con excepción de una tímida recuperación en 2021 y 2022 luego de la estrepitosa caída del 10,3% durante la pandemia. Pero el dato cualitativamente más relevante es el déficit público que en 2023 alcanzó el 18% del PBI. Semejante desajuste fiscal, que con pequeñas variaciones porcentuales se viene reproduciendo por quinto año consecutivo, genera una insustentabilidad estructural de la economía que golpea fuertemente en el nivel de vida de la población.
Por primera vez en la historia el gobierno solicitó ayuda a Naciones Unidas ante las dificultades para dar leche a los menores de 7 años.
En febrero, el presidente Miguel Díaz Canel removió al Ministro de Economía y anunció una investigación contra el exfuncionario por "graves errores". En junio, en una reunión del Consejo de Ministros, Díaz Canel reconoció las "complejidades económicas que atraviesa la nación", la "inestabilidad del Sistema Eléctrico Nacional", una "inadecuada relación" entre el sector estatal y el no estatal y un aumento "de manera desmedida" en el nivel de precios. La inflación de 2023 fue 31,4%, incremento no equiparado por los salarios y que impacta en el consumo.
Por primera vez en la historia el gobierno solicitó ayuda al Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas ante las dificultades para seguir distribuyendo leche subvencionada a los menores de siete años. La leche es un bien escaso, aunque los niños y las personas con dietas especiales todavía pueden contar con una cantidad de leche en polvo a un precio subvencionado a través de las libretas de racionamiento.
No solo la leche sino también productos como el café y el azúcar se redujeron sensiblemente en la cartilla con que el régimen distribuye alimentos, una canasta cuyo contenido viene perdiendo peso y calidad. En 2003 se entregaban mensualmente 297 gramos de café y el año pasado fueron solo 20 gramos. El azúcar refinado pasó de 1,6 kilos en 2003 a un kilo en 2023. Los cubanos suelen hacer horas de cola para abastecerse de alimentos con las escasas unidades que llegan a los puestos libres de venta.
La situación de Cuba tiene similitudes con los años tras la caída de la Unión Soviética, cuando el país atravesó su momento más duro desde 1959.
Tras 60 años Cuba presenta niveles de pobreza y desigualdad en aumento, con caída en las prestaciones sociales, un boom del mercado negro y una corrupción cada vez más extendida. Las demandas sociales, patentizadas en las manifestaciones de protesta de julio de 2021, siguen vigentes pero en un escenario de creciente escepticismo político. Las consecuencias se perciben en el aumento de las cifras de emigración. En los últimos tres años la población de la isla cayó alrededor de un 18%. Ahora ya no hace falta subirse a una balsa para huir. Hay una vía de escape a través de Nicaragua, hacia donde existen facilidades legales para trasladarse.
Implosión en ciernes
El colapso energético está en línea con el brusco descenso del suministro de petróleo de Venezuela, sacudida por su propia crisis económica y política, y de Rusia, envuelta en la guerra de Ucrania. De allí que la mayoría de los analistas expertos coincida en señalar que la situación que atraviesa actualmente Cuba tiene similitudes con los primeros años de la década del 90, cuando tras la caída de la Unión Soviética el país atravesó su momento más duro desde 1959.
El periodista británico Pascal Fletcher, que en esos años fue corresponsal en La Habana, evoca que "en aquella crisis económica, que el entonces líder cubano Fidel Castro llamó eufemísticamente como "Período Especial en Tiempos de Paz", los automóviles desaparecieron de las calles y caminos de la isla, las carretas tiradas por bueyes reemplazaron a los tractores en el campo y los cubanos cultivaron huertas en sus patios traseros y tejados en un ejercicio de austeridad "revolucionaria" para compensar la repentina escasez de productos vitales".
El economista colombiano Pavel Vidal realizó un estudio comparativo entre esos dos períodos. Señala que a nivel macroeconómico hay algunos indicadores que cayeron más en el "período especial" mientras que otros son similares. Puntualiza que el PBI cayó un 30%, mientras que ahora la reducción fue bastante menor. En cambio, la inflación resulta similar en ambos casos. El déficit fiscal, que trepó hasta un 30% del PBI, esta vez no llegó a esas gigantescas dimensiones, pero se mantiene en un porcentaje insoportablemente elevado durante más tiempo.
En 2021, para salir de la recesión, el gobierno lanzó una serie de reformas económicas que permitieron la apertura de pequeñas empresas privadas, con hasta 100 empleados, yendo más allá del "cuentapropismo" clásico de la isla. Se trató de una modificación muy significativa en una estructura monolíticamente estatal. Desde 1959 la mayoría de los negocios privados quedaron bajo control del Estado. Casi diez años después, en 1968, en el curso de la llamada "Ofensiva Revolucionaria", Fidel Castro estatizó las restantes 58.000 empresas particulares que quedaban en funcionamiento.
Este aperturismo económico limitado no logró empero revertir la crisis. Los apagones masivos de electricidad reavivaron el descontento popular. El propio Díaz Canel reconoció la existencia de cacerolazos en todo el país y atribuyó a "grupos contrarrevolucionarios" la intención de pretender capitalizar las protestas. Pero esas acusaciones caen en el vacío en medio de una opinión pública hastiada de la propaganda oficial.
El régimen de La Habana carece de voceros mínimamente calificados. La "vieja guardia" revolucionaria, encabezada por Raúl Castro, con sus 93 años, está políticamente jubilada. Díaz Canel, con 60 años, es el primer presidente nacido después del triunfo de la revolución. El elenco de gobierno está poblado de burócratas carentes de credibilidad.
Los apagones masivos de electricidad reavivaron el descontento popular. El propio Díaz Canel reconoció la existencia de cacerolazos en todo el país.
Con una oposición virtualmente desmantelada por la represión, la situación de Cuba empieza a asemejarse a la Unión Soviética en las postrimerías de la era comunista, cuando desde adentro del propio aparato estatal emanó la convicción de que el experimento socialista había fracasado y que había que ponerle punto final y que solo se trataba de asegurar los privilegios y la impunidad de la minoría gobernante.
Resultan imposibles de imaginar los tiempos y las formas que adquirirá ese giro copernicano, más parecido a una implosión que a una explosión, cuya cercanía se huele en la atmósfera. Pero Cuba cuenta con una ventaja estratégica. Fidel Castro creó el "primer estado socialista de América" pero también, sin quererlo, originó una de las burguesías económicamente más poderosas de América Latina, constituida por la comunidad cubana de Miami, que a pesar del paso del tiempo no cortó todos los lazos con su lugar de origen.
La miseria imperante en la "Cuba del Sur" contrasta con el esplendor económico de la "Cuba del Norte" y esa "Cuba del Norte", expulsada por Fidel Castro en 1959, puede ser una fuente de capitales que posibilite la recuperación de la "Cuba del Sur", una vez que ya no la desarticulada oposición anticastrista sino la propia Nomenclatura comunista admita que el juego ha terminado.