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China gana la guerra del espionaje

Martes, 28 de mayo de 2024 02:11
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Durante años, las agencias de espionaje occidentales han hablado de la necesidad de dar un giro para concentrarse en China. Recientemente, el Reino Unido lo describió como un "desafío que definirá una época". La declaración se realizó tras una serie de arrestos en todo Occidente de personas acusadas de espionaje y piratería informática para China.

Y el pasado 13 de mayo, el embajador chino en Londres fue convocado por el Ministerio de Asuntos Exteriores de Reino Unido, después de que tres personas fueran acusadas de ayudar a los servicios de inteligencia de Hong Kong.

Estados Unidos y sus aliados están decididos a contraatacar. Pero probablemente se hayan quedado atrás en términos de inteligencia, lo que deja a Occidente más vulnerable al espionaje de Pekín, y a ambas partes en riesgo de cometer un error de cálculo potencialmente catastrófico.

Lo que preocupa a los funcionarios occidentales es la determinación del presidente chino, Xi Jinping, en que Pekín dé forma a un nuevo orden internacional. Mientras Pekín ascendía en el escenario mundial, durante la década de 2000, la atención de los responsables políticos y los funcionarios de seguridad occidentales -y el enfoque de los servicios de inteligencia- estaba dominada por la llamada guerra contra el terrorismo y las intervenciones militares en Afganistán e Irak.

Más recientemente, una Rusia resurgente y ahora la ofensiva de Israel en Gaza aparecen como desafíos más urgentes, admiten funcionarios de EE UU y Europa.

Al mismo tiempo, ha habido presión tanto de gobiernos como de empresas para centrarse en asegurar el acceso al enorme mercado chino, en lugar de enfrentar el riesgo de seguridad que representa el país. "El péndulo osciló fuertemente del lado de los intereses económicos y comerciales", afirma Nigel Inkster, quien era el número dos del Servicio de Inteligencia Secreto MI6 cuando se jubiló en 2006

La inteligencia china ya se dedicaba al espionaje industrial allá por la década de 2000, dice, pero las empresas occidentales normalmente permanecían calladas.

Proteger la posición del Partido Comunista es fundamental para China. "La estabilidad del régimen es su objetivo número uno", explica Roman Rozhavsky, funcionario de contrainteligencia de la Oficina Federal de Investigación (FBI). Para ello, es necesario generar crecimiento económico. Y por eso los espías de China ven la adquisición de tecnología occidental como un requisito de seguridad nacional de primer nivel.

En octubre pasado, en California, fue la primera aparición pública de los jefes de seguridad de los llamados "Cinco Ojos", la alianza para compartir inteligencia formada por EE.UU., Reino Unido, Australia, Canadá y Nueva Zelanda. La reunión sin precedentes fue un intento muy deliberado de aumentar el volumen de las advertencias sobre China por temor a que muchas empresas y organizaciones todavía no estuvieran escuchando.

La ubicación, en Silicon Valley, también fue elegida cuidadosamente: una llamada de atención sobre los intentos de China de robar tecnología, a veces mediante ciberespionaje y otras mediante el reclutamiento de personas privilegiadas.

Los recursos que destina China para esto son de otra escala. Se estima tiene alrededor de 600.000 personas trabajando en inteligencia y seguridad, más que cualquier otro estado del mundo. Según la agencia de inteligencia doméstica británica MI5, más de 20.000 personas sólo en Reino Unido han sido contactadas por espías chinos a través de sitios de redes profesionales como LinkedIn para cultivar una relación. "Las personas pueden no darse cuenta de que en realidad están manteniendo correspondencia con un oficial de inteligencia de otra nación, pero finalmente se encuentran pasando información que destruye el futuro de su propia compañía", explica el jefe del MI5, Ken McCallum, en la reunión de California.

Occidente, por supuesto, está espiando a China, del mismo modo que China espía a Occidente. Pero recopilar inteligencia sobre China es un desafío singular para los servicios de inteligencia occidentales como el MI6 y la CIA. "Realmente no sabemos cómo piensa el politburó (chino)", admite un funcionario occidental. Esta brecha de conocimiento podría dar lugar a malentendidos y esto conlleva graves riesgos. En la Guerra Fría, hubo períodos en los que Occidente no entendió cuán inseguro se sentía Moscú y, como resultado, las dos partes estuvieron cerca de una guerra catastrófica que ninguna de las dos quería. Hoy en día existen riesgos similares de error de cálculo, particularmente en relación con el deseo de China de recuperar el control sobre Taiwán. También hay tensiones crecientes en el Mar de China Meridional, donde una escalada accidental podría conducir a un conflicto.

"En el mundo bastante peligroso y conflictivo en el que vivimos, siempre debemos preocuparnos por los conflictos y debemos esforzarnos por evitarlos", dice Richard Moore, director del MI6. "Particularmente cuando tienes poderes que no siempre se entienden tan bien como deberían; los malentendidos, por definición, siempre son peligrosos ", afirma.

Eso hace que garantizar que haya canales de comunicación abiertos sea una prioridad. Aunque un mayor contacto militar y diplomático entre Pekín y Washington ha bajado la temperatura en los últimos meses, la trayectoria a largo plazo sigue haciendo sonar las alarmas.

Y todas las revelaciones sobre el espionaje corren el riesgo de alimentar la desconfianza y la aprensión entre el público de ambos lados, lo que a su vez puede limitar el margen de maniobra en una crisis.

Encontrar una manera de vivir y comprenderse unos a otros será vital para evitar que las relaciones se conviertan en un conflicto mortal. (Fragmento)

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