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Educación y compromiso en la escuela

Ante el déficit de lecto escritura, es necesario asumir que la alfabetización no puede demorarse y debe comenzar en el Nivel Inicial.
Miércoles, 19 de junio de 2024 01:24
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"Lo necesario es hacer de la escuela un ámbito donde la lectura y la escritura sean prácticas vivas y vitales, donde leer y escribir sean instrumentos poderosos que permitan repensar el mundo y reorganizar el propio pensamiento, donde interpretar y producir textos sean derechos que es legítimo ejercer y responsabilidades que es necesario asumir", sostiene Delia Lerner (*).

Uno de los fines de la educación definidos en la Ley de Educación Nacional, es el de "fortalecer la centralidad de la lectura y la escritura, como condiciones básicas para la educación a lo largo de toda la vida, la construcción de una ciudadanía responsable y la libre circulación del conocimiento". Los últimos informes del Estudio Regional Comparativo y Explicativo de la Organización de las Naciones para la Educación la Ciencia y la Cultura (ERCE-UNESCO) indican que en nuestro país el 46% de los alumnos de 3er grado no alcanza los niveles mínimos de lectura. Los datos miden el impacto de lo que sucede en las aulas. Los índices sobre resultados escolares hablan por sí solos de la necesidad de llevar adelante un plan de alfabetización. Hoy sabemos dónde estamos. Necesitamos tener en claro hacia dónde vamos, y cuáles serán los planes e intervenciones que cada provincia pondrá en marcha para avanzar hacia el destino.

Los invito a que pensemos juntos en la alfabetización, el proceso a través del cual se desarrollan las habilidades lingüísticas y cognitivas para el aprendizaje y la producción de la lengua y cultura escritas. Un proceso que comienza en el Nivel Inicial.

La alfabetización desde la primera infancia avanza en etapas progresivas y coordinadas, es en este espacio donde se inicia el primer contacto con la cultura escrita a través de la familia y su entorno, donde se inicia el dominio de la lengua escrita y sienta las bases para la apropiación del sistema de la lengua escrita y las habilidades de lectura y escritura en el primer ciclo de la escolaridad obligatoria. Mucho se ha debatido en torno al hecho de que la alfabetización constituya o no un tema relativo al Nivel Inicial.

Hay quienes sostienen que no es en este espacio en el que los niños deben "prepararse" para iniciar su aprendizaje de la lectura, la escritura y las operaciones fundamentales. Sin embargo, en contextos donde la distribución de bienes materiales y culturales, la falta de motivación y acompañamiento desde el hogar, la ausencia de experiencias alfabetizadoras en edades tempranas marca una brecha cada vez más profunda, el acceso desde pequeños a la posibilidad de apropiarse de la lengua escrita es responsabilidad de todos los actores involucrados con la educación.

Por esta razón es que la alfabetización en el Nivel Inicial se presenta como la posibilidad, en muchos casos única, de poder continuar dentro del ámbito escolar los descubrimientos que realizan fuera del mismo.

De ninguna manera supone que los niños tengan la obligación de aprender a leer y a escribir en el Jardín de Infantes; significa que, tomando en cuenta sus saberes previos, tengan derecho a ponerse en contacto con textos, que descubran que los libros les permiten entender mejor el mundo que los rodea. Develar que la escritura los ayuda a pensar, les permite verse reflejados en el papel, objetivar lo que piensan y sienten.

El aprendizaje desde temprana edad sienta las bases para el desarrollo futuro. Si hablamos de estrategias y líneas de acción, es momento de determinar con claridad las políticas educativas que cumplan con el objetivo de que todos puedan leer, comprender y producir textos a partir de oportunidades de alfabetización desde el inicio de la escolaridad.

La narración oral, la lectura en voz alta y los primeros contactos con el mundo del libro permiten avanzar y lograr que los estudiantes, a medida que transitan su trayectoria escolar, puedan realizar lecturas y escrituras más complejas, comprender textos, buscar información, debatir argumentos, realizar intervenciones, exponer ideas.

Será necesario poner sobre la mesa de trabajo a la articulación entre todos los niveles del sistema educativo, de una vez por todas, para desarrollar las estrategias que favorezcan el cuidado de las trayectorias escolares. Atender a la formación inicial y continua de los docentes, realizar trabajos de investigación y monitoreo que acompañen a los planes y estrategias planificados y puestos en acción. El aprendizaje de la lengua escrita como herramienta de pensamiento y comunicación es la base para el aprendizaje de todas las disciplinas.

¿Cúal es el desafío? Lograr que los alumnos se conviertan en lectores y escritores, en hablantes y oyentes competentes para que puedan apreciar las obras literarias de nuestra cultura, para que puedan ampliar su conocimiento del mundo, para que participen de sus cambios como ciudadanos activos, autónomos y críticos.

Si entendemos que el mundo actual, y la circulación de información exige cada vez mayores competencias tecnológicas, se vuelve imprescindible formar nuestras capacidades para interpretar y comunicar en medios digitales. Si entendemos que la igualdad de oportunidades hace a la construcción de un futuro más esperanzador para todos, el cambio y el compromiso no pueden esperar.

* Delia Lerner es licenciada en Ciencias de la Educación, especialista en Didáctica y académica de FLACSO.
 

 

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