inicia sesión o regístrate.
Hace unos días publiqué un artículo en el que hablaba del desinterés de la gente en los temas vinculados al cierre de la ex ESMA y de la Universidad de las Madres. En dicho artículo afirmaba que ese desinterés se debía al hecho de haber convertido a organismos de derechos humanos en apéndices kirchneristas. Por supuesto, muchos kirchneristas se enojaron. Esta semana, las Madres de Plaza de Mayo me han dado la razón. Frente al golpe de Estado en Venezuela, han sacado un comunicado en el que apoyan al dictador Nicolás Maduro y vuelven a generar vergüenza ajena.
A las Madres de Plaza de Mayo les parece mal que les hayan hecho desaparecer a sus hijos (a mí también), pero les parece bien que hagan desaparecer a los hijos de las madres venezolanas. En general, a los kirchneristas les parece mal que se haya torturado en la ESMA, pero les parece bien que se torture en el Helicoide.
El kirchnerismo ha sido un apoyo permanente al régimen criminal de Caracas. Hacían negocios, miraban para otro lado o justificaban las aberrantes violaciones a los derechos humanos. Actuaban de manera similar a Cuba, Nicaragua, el PSOE español, entre otros.
Por eso ahora guardan silencio o apoyan el golpe de Maduro. La narcodictadura de Maduro ya cruzó todas las líneas rojas. Perdieron claramente las elecciones y la calle, gracias a la acción de la persona más valiente del mundo: María Corina Machado. Pese a eso, y al masivo aislamiento internacional, han dado el golpe de Estado.
El régimen venezolano ha cometido toda clase de delitos, no solo violaciones a los derechos humanos. Son profundamente corruptos, y si pierden el poder, solo les queda la cárcel o un exilio en lugares como Irán o Rusia.
Si este golpe se consolida, Venezuela se convertirá en Cuba, con cada vez más exiliados y el país en manos de delincuentes que reprimen cualquier disidencia. Ya han demostrado que pueden perder en una paliza electoral y seguir en el poder.
De esto se salvó Argentina.
A diez años del asesinato de Alberto Nisman, el fiscal Eduardo Taiano señala a César Milani (el subnormal que festejó la muerte de Jorge Lanata), Sergio Berni y miembros del servicio de inteligencia kirchnerista como responsables de haber arruinado la escena del crimen y de haber borrado las pruebas del asesinato. Ese fue el momento en el que el kirchnerismo intentó ir por todo para quedarse en el poder, pero una vigorosa ciudadanía lo impidió.
En este momento, que se discute si La Libertad Avanza (LLA) y el PRO deben ir juntos o separados, hay que mirar a Venezuela. Es entendible que muchos votantes del PRO no quieran unirse. Han sido agredidos y despreciados, y el gobierno defiende a figuras como Ariel Lijo, el exponente más claro de la decadencia judicial.
A su vez, la baja de la inflación, la mejora de la seguridad y la reforma del Estado son procesos que hay que continuar. El gobierno sabe que, yendo separados, puede ganar Cristina Fernández de Kirchner en la Provincia.
Es hora de que el Gobierno respete a sus aliados, ponga el foco en la delincuencia peronista, pase de la adolescencia a la adultez política y mejore el nivel de sus operadores. Si no lo hace, puede sufrir un traspié y provocar la resurrección de los K.
Hay que mirar a Venezuela para entender lo bajo que se puede caer y de lo que nos salvamos.