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Vivimos tiempos complejos e inciertos pero muy interesantes. Ahora bien, tal y como están las cosas de ese lado del mundo, es posible cuestionar: ¿Estados Unidos ya es un país de locos? Hay varios personajes dignos de estudio, pero hoy tiene a dos figuras, dos hombres que son unos auténticos delirantes, muy visibles e importantes que se odian entre sí: uno está en la Casa Blanca y el otro acaba de ganar la alcaldía de Nueva York.
"Soy musulmán. Soy socialista demócrata. Y me rehúso a disculparme por algo de esto". Estas fueron algunas de las frases pronunciadas por Zohran Mamdani, alcalde electo de Nueva York, tras conocer su victoria. Sus seguidores estaban en éxtasis ante la elocuencia de su líder.
¿Cuántos Mamdani ha conocido América Latina, siendo nuestra tierra, tan hermosa y exuberante, un refugio ameno y amable capaz de parir sin cesar a populistas de todos los signos?
Mamdani no tiene que disculparse por su profesión de fe. Ese es un aspecto que corresponde a la esfera privada de los individuos en los países libres y en los Estados laicos. No está de más recordar que ha jugado un rol destacado como activista antiisraelí y se ha negado a condenar la masacre de los terroristas islamistas de Hamas perpetrada el 7 de octubre de 2023. Pero Estados Unidos separa la religión del Estado, garantiza la libertad religiosa y el Estado no tiene ninguna religión como credo oficial.
Nueva York, por tanto, no será la Francia de Mohammed Ben Abbes, el personaje de Michel Houllebecq en su novela Sumisión. Preocupa sí el izquierdismo radical del alcalde electo. Como dijo días antes de la elección el analista Andrés Oppenheimer: "El Partido Demócrata se está suicidando políticamente al respaldar a un candidato radical de izquierda para la alcaldía de Nueva York que podría perjudicar a los demócratas a nivel nacional". Solo para que el lector se haga una idea, Mamdani ha evitado responder si los gobernantes de Venezuela y Cuba son dictadores.
El niño Mamdani, de 34 años, ha sido electo alcalde de Nueva York y su discurso, el martes en la noche, sus posiciones, ideas y popularidad no sorprenden, no pueden sorprendernos a nosotros los latinoamericanos que llevamos oyendo retahílas similares durante décadas. "The future is in our hands now" o "El futuro está ahora en nuestras manos", ha dicho el joven político.
Oí su discurso íntegro y la ovación de sus electores enardecidos, con los estados de ánimo a tal punto de excitación que parecían oír que el maná caerá del cielo sobre Nueva York. Imaginar la escena resulta conmovedor, tanto como la nieve que cae sobre la ciudad en navidad. Todo será paz, alegría, fraternidad, hermandad, bienestar, seguridad, riqueza. Son jóvenes, ávidos de sueños, aventuras y emoción. No importa si hay que abandonar la realidad.
Pero, ya sin ironía, el libreto es ampliamente conocido por todos nosotros. Mamdani toma problemáticas reales y le dice a la gente lo que quiere y necesita oír. Ya sabemos cómo terminan estas puestas en escena. La resaca es menos placentera que el inicio de la fiesta. No obstante, Nueva York está deseando probar esas recetas y tener remedios mágicos. Bon appétit!
La gente adinerada les causa escozor, pero, el flamante alcalde podrá estar tranquilo porque la huida de los acaudalados neoyorkinos ya empezó años atrás. Los ricos han estado moviéndose hacia otros estados y llevándose su 'horrible dinero', la tendencia continuará con más fuerza cuando él gobierne. De hecho, muchos de estos expatriados neoyorkinos han optado por establecerse en Miami, donde se sienten menos desangrados por los impuestos, cosa que ocurre en Nueva York. Por las dudas, Wall Street y agentes inmobiliarios ya alertaron sobre la posible fuga de capitales. Encuestas sugieren que 9 % 'definitivamente' se iría de la ciudad, 25 % lo 'consideraría' y un 7 % de quienes ganan más de $250.000 dejaría la ciudad.
La viabilidad de Mamdani ha sido cuestionada no por la derecha reaccionaria; en realidad, han sido las voces moderadas, racionales y razonables, aquellas que entienden cómo funciona el mundo, quienes han hablado de la inviabilidad de este personaje. Una ojeada a The Economist e incluso a The New York Times y a diferentes analistas internacionales, en las últimas semanas, todos muy normales, muy moderados, y muy críticos del presidente Trump, daban cuenta de la inviabilidad de Mamdani, el sujeto político.
Pero, vuelvo al inicio, es interesante observar con distancia las elecciones y las decisiones ciudadanas. Porque ellos, los populistas, siempre están diciendo lo qué harán. Entonces, cuando aparezca el desencanto de ese votante excitado que vitoreaba a su líder la noche del martes, cuando sienta que las medidas y las políticas por las cuales votó han terminado afectando su vida en alguna medida, ojalá haya alguien que le recuerde que eso votó y es exactamente eso lo que tiene.
El votante es ante todo un adulto, no es un niño, que se haga cargo, que sea responsable, que sea un ciudadano en toda la extensión del término. Estados Unidos eligió lo que quería en 2024 y Nueva York también lo hizo este martes. Tienen lo que quieren, lo que eligieron y lo que merecen. Así es la democracia.
* Clara Riveros es autora de Sexo, pudor y poder. Debates del siglo XXI en el norte de África y Autocracia, democracia y constantes vitales en el reino magrebí