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María Corina Machado, la mujer del año

Ganadora del Premio Nobel de la Paz 2025, esta líder venezolana enfrenta a la grotesca dictadura de Nicolás Maduro con una fortaleza pocas veces vista en el continente.
Martes, 23 de diciembre de 2025 01:18
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Lo que ocurre en Venezuela es un punto de inflexión en el escenario político de América Latina. Sea cual fuere el incierto final de los acontecimientos en curso, el régimen de Nicolás Maduro presenta inequívocos síntomas de agotamiento y todo indica que no sobrevivirá al año que se inicia. En la nueva etapa asoma cada vez con mayor brillo la figura de la flamante Premio Nobel de la Paz, María Corina Machado.

Por primera vez desde 1998, fecha en que asumió la presidencia Hugo Chávez, la oposición encontró en Machado un liderazgo capaz de encolumnar a la totalidad de sus dispersas y dispares expresiones. Una expresión elocuente de la potencia de su figura es el hecho de que cuando su candidatura para las elecciones presidenciales de 2024 fue inhabilitada legalmente por la justicia electoral estuvo en condiciones de designar como sustituto a Edmundo González Urrutia, un diplomático de 74 años, cuya nominación fue aceptada por los otros eventuales postulantes, para luego ponerse personalmente al hombro la campaña proselitista de su sustituto hasta llevarlo a la victoria en la contienda, cuyos resultados fueron desconocidos por Maduro.

Machado, apodada la "Dama de Hierro" de la oposición antichavista nucleada en la Plataforma Unitaria Democrática, a los 57 años, es una veterana luchadora contra el régimen venezolano. Como diputada, confrontó desde un principio con la política económica de la "Revolución Bolivariana" y con su creciente autoritarismo. "Expropiar es robar", expresó para criticar la oleada de estatización de empresas iniciada por el exmandatario.

En enero de 2012 Chávez, que la calificaba como "la burguesita de la fina estampa" la desafió: "le sugiero que gane las primarias porque está fuera de ranking para debatir conmigo. Águila no caza ratones". Once años después Chávez ya no estaba vivo, pero ella le hizo caso y saltó al ring para disputar con Maduro.

Machado se diferencia nítidamente de la dirigencia política tradicional venezolana, mayoritariamente exiliada en Miami. Hija del empresario del acero Enrique Machado Zuloaga, uno de los propietarios de la compañía siderúrgica Sidetur, expropiada por Chávez, es ingeniera industrial (primera de su promoción en la Universidad Católica Andrés Bello) y docente universitaria, pero tuvo siempre una destacada participación en distintas organizaciones no gubernamentales, entre ellas el Capítulo Venezolano del Foro Internacional de la Mujer, la Red de Jóvenes Líderes Globales (Young Global Leaders Network) y el grupo ASHOKA de emprendedores sociales.

Junto a su madre, la psicóloga Corina Parisca Pérez, Machado desarrolló una intensa acción social, que es motivo de reconocimiento público. Fue cofundadora de la Fundación Atenea, para el cuidado de niños huérfanos y de jóvenes abandonados, y de la Organización Oportunitas, para el apoyo financiero, técnico y administrativo de programas de asistencia a niños de hogares de extrema pobreza.

Su protagonismo político comenzó en 2002 cuando, junto a Alejandro Paz, fue cofundadora de SUMATE, una organización no gubernamental consagrada a la defensa de los derechos ciudadanos. En 2004, amparada en una cláusula de la Constitución Bolivariana sancionada por Chávez, SUMATE promovió la convocatoria a un referéndum revocatorio, logrando recolectar 2.800.000 firmas, una cifra equivalente a una cuarta parte del padrón electoral. Como represalia, la Fiscalía General de la República la acusó de recibir financiamiento de una fundación estadounidense.

En febrero de 2010 Machado renunció a la presidencia de Sumate para presentarse como candidata a la Asamblea Nacional de Venezuela y fue la diputada electa con más votos en las elecciones de septiembre de ese año. En 2012 fundó el partido Vente Venezuela, una expresión idiomática que podría traducirse como "Ven, Venezuela", para postularse como candidata en las elecciones primarias de la Mesa de la Unidad, antigua denominación de la alianza opositora, en las que resultó ganador Henrique Capriles Radonski.

Su beligerancia contra Maduro hizo que en marzo de 2014 la mayoría oficialista en el Congreso impulsara su destitución como diputada. Inhabilitada judicialmente y con prohibición de viajar al exterior, donde residen sus hijos, no cesó empero en su militancia opositora. Impedida de viajar en avión, recorrió el país en automóvil. Sus giras estuvieron signadas por frecuentes escándalos públicos que incrementaron su popularidad cuando los retenes policiales pretendían interrumpir su paso.

Capitalismo popular

Las propuestas de Machado están basadas en la plataforma que presentó en 2012 en aquellas elecciones primarias de la coalición opositora. La consigna de un "capitalismo popular" sintetiza acabadamente su agenda de gobierno. Sostiene que su visión "pone en el centro al individuo y a la familia, no al Estado. Queremos un país de propietarios, una sociedad de emprendedores". Añade que otorgará a la gente "el poder y la propiedad". Si bien reconoce que el término "capitalismo popular" adquirió patente en Gran Bretaña en tiempos de Margaret Thatcher, puntualiza que "la Venezuela de hoy es muy distinta a la Inglaterra de entonces".

Machado denuncia a los "vividores del Estado", un concepto amplio que incluye desde la "boli-burguesía" venezolana que lucra con privilegios del "capitalismo de amigos" gerenciado por Maduro hasta los beneficiarios de las prácticas asistencialistas con que el régimen trata de compensar a los sectores populares las consecuencias de sus fracasos económicos y de consolidar su debilitada hegemonía política.

Para esa franja de la sociedad, Machado enfatiza la necesidad de quitar la "limosna humillante" y generar fuentes de trabajo genuino. El objetivo es una "Venezuela de propietarios". Plantea la necesidad de la liberación de las fuerzas productivas, la prioridad de la iniciativa privada, la promoción de la inversión nacional y extranjera, la eliminación de las regulaciones burocráticas y una fuerte reducción impositiva, acompañada de un drástico achicamiento del aparato del Estado. Postula la privatización de las empresas públicas, incluida PDVSA, la compañía petrolera estatal, una antigua "vaca sagrada" de la política venezolana a la que el "chavismo" llevó virtualmente a la ruina.

Machado, que estableció sólidos lazos con el Partido Republicano estadounidense, se autodefine filosóficamente como "liberal de centro". Vente Venezuela integra la Red Liberal de América Latina. Pero Machado enfatiza que es el único partido "no socialista" del espectro político venezolano, una característica que lo distingue de otras fuerzas opositoras de tinte socialdemócrata. No obstante, busca eludir el etiquetamiento como derechista. Defiende el matrimonio igualitario, la despenalización del aborto en casos de violación, la legalización de la marihuana medicinal y hasta la eutanasia en casos extremos.

Su convocatoria a la movilización contra el régimen de Maduro, basada en la estrategia que definió como de "no violencia activa", consigna que evoca la prédica de Mahatma Gandhi en su lucha por la independencia de la India, encontró un eco inesperado en una opinión pública que mezcla el miedo con la desesperanza. Las manifestaciones callejeras no alcanzaron la masividad del célebre "caracazo" de 1989 pero se diferenciaron de aquél precisamente por su carácter pacífico, que contrasta con la violencia gubernamental.

Más allá de su notoria popularidad, la candidatura de Machado chocó todavía con un escollo muy importante: su inhabilitación legal para el ejercicio de cargos públicos. Esa sanción, que en principio era de doce meses y había expirado en 2016, fue prorrogada por otros quince años. Diosdado Cabello, el temido "número dos" del régimen de Caracas, fue categórico en negar toda posibilidad de que Machado, a la que llama "María con ira", pudiera competir electoralmente en 2024. El resultado de esa arbitraria inhabilitación fue la nominación de Urrutia en lugar de la candidata proscrita, su amplia victoria en las urnas, el desconocimiento del escrutinio por el gobierno y la consiguiente conversión del régimen de Maduro en un verdadero "paria internacional" una condición que lo convirtió en fácil blanco de una virulenta ofensiva de Estados Unidos impulsada por Donald Trump. Con un prestigio agigantado desde la clandestinidad, Machado cree cercana su hora.

* Vicepresidente del Instituto de Planeamiento Estratégico

 

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