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Residencias médicas, una pieza esencial para la salud pública

Sabado, 28 de junio de 2025 01:48
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La "empresa de salud" es una empresa de uso intenso de trabajo y no de uso intensivo de capital, como ocurre con otras empresas modernas. El producto del subsistema de formación del recurso humano constituye el aporte básico al subsistema de prestaciones.

No se debe permitir que se adopten medidas que afecten a la docencia e investigación, poniendo en peligro la sostenibilidad y la calidad del sistema de salud. Un médico mal formado o que no recibe una formación continuada es un médico ineficiente.

Hoy, el crítico conflicto surgido en el Hospital Garrahan pone en el tapete la fragilidad de nuestras políticas sanitarias y la falta de conciencia sobre la importancia de la formación médica y del desarrollo de la ciencia

Los médicos deben contar con un sistema sólido de formación continuada, acreditada y en horario laboral para mejorar, entre otras cosas, las competencias profesionales, docentes e investigativas de ellos mismos y de todo el equipo de salud. Las autoridades sanitarias no deben dudar de que su recurso humano tendrá la idoneidad necesaria y esperada, siempre y cuando los servicios de salud sean el teatro de demostración y aprendizaje; limitar las posibilidades docentes de los servicios de salud sería un suicidio institucional, ya que cercena la posibilidad que permite crear el recurso humano de reserva y elevar la calidad asistencial brindada.

Las residencias médicas han probado en nuestro país sus bondades plenas y siguen siendo, cuando los requisitos propios que la caracterizan son cumplidos, el mejor sistema para la formación de especialistas. Por otra parte, es necesario definir claramente las especialidades no solo en el área específica del conocimiento y la praxis sino también en lo que se refiere a los aspectos volitivos, psicomotores y afectivos que definen a quien la abraza; ambos aspectos denotan y connotan la especialidad y al especialista y determinan los criterios de calidad.

Algunas perturbaciones

1. Falta de una adecuada normalización de alcance nacional con las correspondientes adaptaciones regionales.

2. Falta de una "carrera" sanitaria nacional, no sólo para los médicos, cuya existencia obligaría a la acreditación de los residentes como especialistas y su posibilidad laboral por concurso en cualquier ámbito del país.

3. Falta de una evaluación y auditoría periódica de la calidad de las residencias, sus integrantes y sus egresados.

4. Actualización periódica de los requisitos mínimos de los servicios de salud (públicos y privados) para su instalación y desarrollo (acreditación).

5. Deterioro de muchos de los establecimientos asistenciales donde se desarrollan las residencias.

6. Desnaturalización de la finalidad educativa de la residencia y traslado a un plano de simple actividad laboral.

7. Falta de compenetración del recurso humano de los servicios de salud –natural cuerpo docente–, de la metodología y fines de la residencia.

8. Dificultad para brindar residencias con fines adecuados a las reales necesidades asistenciales.

9. Excesivo número de graduados que dificulta la concreción de un plan que contemple las necesidades asistenciales con las expectativas individuales.

10. Remuneraciones insuficientes.

11. Defectuosa y distorsionada atención de la salud y la enfermedad en el subsistema de obras sociales en las que no se contempla el esfuerzo realizado en capacitación.

Un recurso imprescindible

El sistema de Residencias ha cumplido más de ochenta años en nuestro país y sobrevive porque ha demostrado sus bondades, por el interés individual puestos por los jefes y encargados de la capacitación y el esfuerzo de los propios residentes. El sistema de residencias ha cumplido gran parte de sus objetivos:

1. Haber brindado capacitación profesional a un número elevado de personas.

2. Haber entrenado adecuadamente a numerosos profesionales en la práctica de distintas especialidades.

3. Haber elevado el nivel asistencial en los servicios de salud donde funcionan residencias

4. Haber aprovechado mejor la capacidad instalada de los servicios de salud.

5. Las residencias modifican el contexto en los ámbitos en que se desarrollan:

* El residente actúa como factor de cambio en los servicios de salud por exigencias propias de su tarea.

* Influye sobre el resto del personal profesional, técnico y administrativo.

* Al permanecer un tiempo prolongado en los servicios de salud, comparte responsabilidades y problemas, establece un espíritu de cuerpo y desarrolla técnicas de trabajo grupal muy positivas.

* Los profesionales que han completado su residencia y se han formado específicamente, han aprendido una metodología de trabajo y han conocido la realidad médica y social de los enfermos.

* El residente desarrolla una permanente autocrítica que obliga a una mayor profundización de análisis y mejor contralor de la validez de los tratamientos de los enfermos; fomenta un espíritu más amplio de servicio dentro de un marco ético.

* Las instituciones que tienen un sistema de residencias han crecido en calidad y excelencia.

* Las residencias han despertado en muchos la inquietud científica, el interés por la investigación clínica, las tareas docentes y los problemas de administración hospitalaria.

* La actuación profesional de exresidentes en el interior de nuestro país permite contar, en lugares alejados de los centros de excelencia, con una medicina de buena capacitación teórica y práctica, de buena calidad té.

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