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Un comandante de gendarmería fue procesado por transportar cocaína y a sus compañeros de viaje, la justicia les dictó la falta de mérito. Esta última medida benefició a dos vecinos cerrillanos (uno herrero y el otro albañil) quienes habían sido invitados a pescar a Corrientes por el gendarme, y terminaron presos en Santiago del Estero. También un menor de edad, hijo de uno de los trabajadores, resultó partícipe del viaje "de terror" que planeó el efectivo federal y que terminó con los salteños "cuerpo a tierra". Al ser indagado, el gendarme se hizo cargo de todo, por lo que le fue dictado el procesamiento por narcotráfico.
La Justicia Federal procesó, dictó prisión preventiva y trabó un embargo millonario al citado comandante y médico de Gendarmería Nacional, David Aníbal Borda, dos semanas después de ser interceptado y detenido en el departamento Copo, de Santiago del Estero, con casi seis kilos de cocaína. Así lo rubricó el titular del Juzgado Federal 2, Sebastián Argibay, al resolver la situación de David Aníbal Borda, "prima facie" autor material y penalmente responsable del delito de transporte de estupefacientes agravado del Código Penal".
Todo hizo eclosión el 10 de octubre en Urutaú, Copo, a la altura de la ruta nacional 16. El personal policial de la Muralla Norte El Mojón detuvo una camioneta en el Puesto de Control Policial 10. Era una Toyota Hilux que provenía de Salta rumbo a Corrientes. La conducía el gendarme David Aníbal Borda, a quien acompañaban Francisco Exequiel Torres y Daniel Ricardo Acosta y un adolescente de 14 años.
"Soy gendarme" (sic) informó el conductor a los policías. El personal le pidió que estacionara sobre la banquina para controlar el vehículo. En minutos, los policías habrían hallado en la caja de la camioneta una mochila negra y el can antinarcóticos marcó un lugar.
Fue requisada la unidad y apareció otra mochila con la insignia B.A.G , con cinco paquetes rectangulares embalados en plástico amarillo y un trozo (la mitad) del mismo color con una sustancia blanquecina compactada.
También hallaron 200.000 pesos dentro de un bolso, una mochila negra con una balanza de precisión. En el habitáculo había 88.000 guaraníes; en la puerta del chofer había 323.000 pesos y un celular Apple Iphone 16. Luego, los policías enumeraron los paquetes del 1 al 6, que tenían un logo de un delfín.
Asistido por los abogados Lucas Vieyra Ortiz y Sebastián Martín García, el gendarme asumió su responsabilidad y desligó de todo a sus acompañantes, al ser indagado ante el juez Argibay y en representación de la Fiscalía, Pedro Basbús.
El salteño señaló que se dirigían a la provincia de Corrientes a pescar en Paso de la Patria. "Ellos no sabían qué traía la mochila. Los demás chicos no saben nada, de nada", ahondó contundente.
Ante la contundencia de la investigación, y el secuestro de los estupefacientes, el magistrado refrendó el proceso del gendarme y ahora deberá resolver su lugar de alojamiento. La defensa tendería a su traslado a la provincia de Salta, al menos hasta que el proceso sea clausurado y ventilado en juicio oral y público.
En la misma resolución, el juez Federal dictó "falta de mérito respecto de Daniel Ricardo Acosta y de Francisco Exequiel Torres, de las demás calidades personales que constan en autos, en orden al delito por el cual fueran indagados, sin perjuicio de la prosecución del sumario hasta su total esclarecimiento", subrayó el juez Argibay.
No obstante, amplió en el escrito que deberán "constituir domicilio y no ausentarse del mismo sin autorización de este Juzgado; presentarse al primer llamado judicial que recibieren y ajustar sus conductas a las normas legales, bajo apercibimiento de revocarse la libertad aquí otorgada".
Declaración
En su declaración, Daniel Ricardo Acosta reveló que trabaja como albañil. Que el gendarme era su patrón. Que así nació la idea del viaje y que él invitó al otro cerrillano, herrero de profesión.
Cuando llegaron al control de Urutaú, los uniformados les pidieron detenerse. Los policías los apuntaron y les solicitaron que bajasen y se tirasen boca abajo. …"Lo que menos me imaginaría que este hombre traiga droga", destacó el albañil.
"Borda me pidió perdón…. Yo le tenía mucha confianza y después me pedía perdón en todo momento, ya que estaba mal lo que había hecho", enfatizó Acosta.
Una pesca, el argumento para traficar
El gendarme asumió su responsabilidad. La fachada que había inventado para pasar la droga era un día de pesca en Paso de la Patria, Corrientes.
Con ese ardid invitó a un albañil y a un herrero de Cerrillos, uno de ellos llevó su hijo menor de edad a la aventura de la pesca en el litoral correntino.
Sin embargo en Urutaú, Santiago del Estero fueron detenidos en un control de ruta y ahí le descubrieron en el bolso del gendarme la droga.
El comandante asumió la culpa total de los hechos. Los cerrillanos, ajenos al tráfico colaboraron siempre con la justicia y su relato fue convincente y veraz, y obtuvieron la libertad.