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El caso tuvo origen el 3 de marzo pasado, cuando una mujer de barrio Mitre, en la ciudad de Orán, denunció a la expareja de su hija por haber irrumpido en su vivienda durante su ausencia. Según el relato de la denunciante, al regresar de un viaje encontró al hombre dentro de la casa y, al pedirle que se retirara, este reaccionó con enojo y violencia verbal.
De acuerdo con la denuncia, el acusado le gritó que "era el nuevo dueño de la propiedad" y que su hija le había otorgado permiso para permanecer allí. Testigos indicaron que el hombre se encontraba en estado de ebriedad, lo que agravó la tensión del momento. Temiendo por su integridad, la mujer llamó de inmediato a la Policía, que arribó al lugar y procedió a su detención.
Durante la intervención policial se constató que el sujeto tenía un pedido de captura vigente en el marco de otra causa judicial, además de medidas cautelares previas que incluían una prohibición de acercamiento hacia su expareja. Estas restricciones habían sido dispuestas tras episodios anteriores de violencia, lo que reforzó la gravedad del hecho denunciado.
Al radicar la denuncia, la mujer también reveló que su hija padece cáncer y atraviesa un tratamiento médico que la obliga a tomar medicación sedante, situación que la deja en un estado de vulnerabilidad. Explicó que el acusado se aprovechaba de esa condición y, en reiteradas ocasiones, le suministraba bebidas alcohólica.
Ayer, la jueza de Garantías Norma Roxana Palomo resolvió ratificar la prisión preventiva del acusado, de 38 años, por considerarlo presunto autor de los delitos de amenazas y desobediencia judicial.