“Vi cómo el fuego se llevaba todo lo que con tanto esfuerzo habíamos conseguido. En cinco minutos, no quedó nada, perdimos todo”, dice Kevin Gabriel Burgos Flores, de 23 años, con la voz rota, todavía en shock por lo que vivió anoche junto a su familia. El cortocircuito de una instalación eléctrica desató una verdadera tragedia en la calle Los Fronterizos del barrio Juan Manuel de Rosas, cerca del río Vaqueros.
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“Vi cómo el fuego se llevaba todo lo que con tanto esfuerzo habíamos conseguido. En cinco minutos, no quedó nada, perdimos todo”, dice Kevin Gabriel Burgos Flores, de 23 años, con la voz rota, todavía en shock por lo que vivió anoche junto a su familia. El cortocircuito de una instalación eléctrica desató una verdadera tragedia en la calle Los Fronterizos del barrio Juan Manuel de Rosas, cerca del río Vaqueros.
El incendio comenzó cuando una chispa eléctrica hizo contacto con un colchón. En segundos, las llamas se propagaron con furia por la precaria casa hecha de cemento, pero con separaciones en madera fibra aislante y plásticos. “Cuando me di cuenta ya era imposible apagarlo. Los vecinos ayudaron con agua, los bomberos llegaron rápido, pero no se pudo salvar nada.”
Una familia entera arrasada por el fuego
En la casa vivía Marlén Flores, una emprendedora salteña de 49 años que trabaja con una máquina de coser y otra de tapizar. Vive junto a seis de sus hijos e hijas, todos estudiantes y trabajadores:
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Hermano mayor, 30 años (trabaja).
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Kevin, 23 años (estudia y trabaja).
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Hermana, 21 años (trabaja).
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Hermano menor, 17 años (secundaria).
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Hermana menor, 10 años (primaria).
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Marlén, mamá, (trabaja y estudia)
“Justo hoy es mi cumpleaños y me pasó esto... Es muy triste. Hace dos semanas salí del hospital porque me operaron. Y ahora... esto”, dijo Marlén entre lágrimas. “Perdí mi máquina de coser, la de tapizar, electrodomésticos nuevos. Mis hijos más chicos quedaron con el pijama puesto. No quedó ni una cuchara”.
La familia habitaba un terreno donde levantaron con esfuerzo varias casillas para vivir. El fuego afectó principalmente la casa de Marlén, donde vivía con sus tres hijos menores. Kevin y sus hermanos mayores lograron salvar su propia casilla, pero decidieron quedarse en el lugar para cuidar lo poco que quedó.
Una historia de esfuerzo que pide ayuda
“Somos una familia trabajadora, humilde. Siempre les enseñé a mis hijos que con esfuerzo se puede salir adelante. Ellos trabajan y estudian. Y yo también. El fuego no se llevó nuestros valores ni nuestras ganas. Pero necesitamos ayuda para volver a empezar”, expresó Marlén con enorme dignidad.
El hecho fue denunciado ante la Policía a través del Sistema de Emergencia 911 y actuaron con rapidez los Bomberos de la Policía de Salta, pero las condiciones del terreno y la inflamabilidad de los materiales aceleraron que todos se consumiera muy rápido. “En cinco minutos, todo lo que construimos con años de sacrificio se convirtió en cenizas”, lamentó Kevin.
Necesitan de la solidaridad salteña
La familia Flores-Burgos quedó completamente desprotegida. Hoy se encuentran alojados en la casa de un tío en el barrio 15 de Septiembre, sin ropa, sin utensilios, sin materiales escolares, sin muebles ni herramientas de trabajo. La solidaridad de la comunidad será clave para que puedan salir adelante.
Quienes puedan colaborar, pueden hacerlo a través del alias de Mercado Pago:
- KBurgosFloress.nx
- A nombre de Kevin Gabriel Burgos Flores
Se necesita de todo: ropa para niños, adolescentes y adultos, útiles escolares, frazadas, colchones, alimentos no perecederos, muebles, electrodomésticos y, sobre todo, una mano que les permita reconstruir su hogar.