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Una fuga a toda velocidad, un policía colgado del capot y una ciudad que sigue conmocionada. El episodio ocurrió el martes por la noche en una de las zonas más transitadas de la capital cordobesa, cuando un automovilista que trabajaría para una app de transporte escapó de un control y arrastró a un efectivo policial por más de tres cuadras.
Según confirmaron fuentes policiales a distintos medios locales, todo comenzó cerca de las 20:30 en la esquina de Boulevard San Juan y Vélez Sarsfield, a metros del Patio Olmos. Inspectores municipales estaban realizando un operativo de control vehicular cuando un Volkswagen Gol Trend se detuvo para levantar a una mujer con una niña.
“La menor ya había subido al vehículo cuando intentamos hacer la inspección”, señalaron desde la fuerza. Fue en ese momento cuando el conductor decidió acelerar bruscamente, con la niña a bordo y sin permitir la intervención de los agentes.
Un policía, que trabajaba como adicional acompañando a los inspectores, intentó frenar el escape poniéndose delante del auto. “El chofer no detuvo la marcha y el efectivo, para no ser atropellado, se agarró del capot”, explicaron desde la fuerza. La escena que siguió fue tan impactante como peligrosa: el efectivo fue arrastrado por al menos tres cuadras, según testigos y videos que circularon rápidamente por redes sociales.
Las imágenes muestran cómo el vehículo avanza mientras el policía permanece aferrado al capot, hasta que finalmente cae al asfalto. Milagrosamente, solo sufrió lesiones leves, confirmó el servicio de emergencias 107.
Mientras tanto, el conductor continuó la huida. Según los primeros reportes, liberó a la niña en la zona de calle Mariano Moreno, para luego seguir solo su escape. Hasta el momento, no fue localizado.
La Policía de Córdoba continúa con la investigación y busca identificar plenamente al conductor, quien estaría vinculado a la plataforma de transporte Uber, aunque eso aún no fue confirmado oficialmente.
“El hecho pudo haber terminado en tragedia”, advirtió un vocero policial. Mientras tanto, el caso reabre el debate sobre los controles en las zonas céntricas, el funcionamiento de las aplicaciones de transporte y la seguridad de quienes transitan por las calles.