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VIDEO. "Me quitaron mis derechos, mi libertad y hasta a mis hijos"

La mujer denuncia violencia judicial, institucional y de género en Cafayate."Estoy perseguida por denunciar", sostuvo N.B. acerca del calvario que sufre.
Martes, 15 de julio de 2025 02:23
N.B. muestra las marcas de la violencia perpetrada. Huellas en su cuerpo del daño padecido.
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"Desde la primera nota -en El Tribuno- que hice en 2021 contándoles mi calvario, nada mejoró. Todo empeoró". Así comienza el estremecedor relato de N.B., quien desde hace años intenta protegerse -y proteger a sus hijos- de un círculo de violencia que no solo incluye a su expareja; sino también, según afirma, a representantes del Poder Judicial y de las fuerzas de seguridad de Cafayate.

Todo empezó en 2017, cuando la mujer denunció por primera vez a su exmarido, trabajador de una bodega en Cafayate, por agresiones físicas. En una de esas oportunidades, luego de que él la golpeara brutalmente el rostro, logró que lo detuvieran durante 35 días y le impusieran una orden de restricción permanente. Pero esa fue apenas una pausa. "Tuve que irme con mis hijos de Cafayate. Pero él hizo todo lo posible para que volviera. Y cuando volví, empezó todo de nuevo", relató ahora.

Antecedente

El episodio más violento ocurrió la noche del 26 de febrero de 2024. N.B. se descompuso y unas amigas llevaron a sus hijos con el padre. Cuando se recuperó y fue a buscarlos, él se negó a entregarlos. "Me pegó de una forma brutal. Me arrastró del pelo, me reventó la cara contra el piso. Me subieron al patrullero mientras me desangraba. Pero me detuvieron a mí. A él no le hicieron nada", recordó.

Según su testimonio, la fiscal penal de Cafayate ordenó su detención, le negó el derecho a llamar a un abogado, hasta -dijo- la maltrataron en la comisaría. N.B. afirma que fue trasladada sin diagnóstico al hospital Ragone de Salta capital, luego rechazada en la Alcaldía por su estado de salud, y finalmente privada de su libertad durante siete días. Durante ese tiempo, la justicia entregó la tenencia provisoria de sus dos hijos -gemelos de 9 años- al padre, a pesar de -según denunció- sus antecedentes por violencia.

Tuve que irme con mis hijos de Cafayate. Pero él hizo todo lo posible para que volviera. Y cuando volví, empezó todo de nuevo".

"No me permitieron denunciar. Recién cuando Derechos Humanos intervino y mi caso se viralizó, lograron sacarme de ahí", recuerda. Desde entonces, inició denuncias contra su expareja, la policía, y hasta la fiscal de Cafayate. La mayoría fueron desestimadas o trabadas. "La fiscal que me detuvo, es la misma que tiene la causa contra mi ex. ¿Cómo puede investigarlo ella?", se pregunta.

La revinculación con sus hijos fue lenta y dolorosa. Durante un año entero no los pudo ver. Aunque organismos como la Asesoría seis y la jueza Mercedes Cabrera de Salta ordenaron retomar el contacto, el padre se negó reiteradamente, y la asesoría local jamás ejecutó las órdenes. Cada avance era frenado por obstáculos burocráticos, desobediencias judiciales o maniobras del agresor. "Cuando mis hijos empezaban a revincularse conmigo, y los informes eran positivos, el padre cortaba todo. No son un negocio, no se venden", denunció la mujer.

Hay certificados médicos, testigos, pero no alcanza. En cambio, a mí me amenazan con armarme causas si sigo denunciando".

En mayo de este año, N.B. sufrió un nuevo episodio de violencia: "Me golpeó, reventó los vidrios, me cortó los brazos". Otra vez, la fiscal desestimó la denuncia. "Siempre hay certificados médicos, siempre hay testigos, pero nunca alcanza para esta fiscalía. En cambio, a mí me amenazan con armarme causas si sigo denunciando", señaló.

Actualmente, la causa por la tenencia está sin juez. La Cámara ordenó que la doctora María Virginia Toranzos se haga cargo, pero ella se excusó, alegando motivos personales. Mientras tanto, N.B. no sabe nada de sus hijos desde abril. "No sé dónde están, cómo están. Nadie hace nada. Las denuncias por impedimento de contacto están archivadas. No me dan respuestas. Me sacaron todo", contó en diálogo con El Tribuno.

 

                                                                                                                     Ante la desprotección local, llevó su caso a Buenos Aires para hacerlo público. "No me quedó otra. Salta es sorda y ciega ante lo que me pasa. Lo único que me queda es gritar, aunque me quieran callar. Por mí, por mis hijos, y por todas las que no pueden hablar", sentenció.

"Hagan algo por favor"

"Hagan algo, hagan algo por favor. El tipo me reventó contra la pared". La desgarradora frase es de N.B. en uno de los tantos momentos en que la mujer clama por seguridad. La mujer implora que la ayuden a no seguir siendo objeto de la violencia y también para poder recuperar a sus hijos.

Entre la compleja trama que rodea la causa, uno de los puntos más graves que denuncia la mujer es la actuación de funcionarios encargados de velar por la seguridad e integridad de las personas.

En un video que se difundió se puede ver que es de la noche en que a N.B., según señaló, la detienen y se la llevan esposada luego y a pesar de haber recibido una paliza por parte de su expareja.

Atemorizada, la mujer contó que actualmente tuvo que irse de Cafayate. "Por las amenazas de la fiscal me tuvo que ir de Cafayate hasta que alguien tome alguna medida".

Sus hijos, lo más importante

"Lo más preocupante para mí son mis hijos, a quienes se les está negando el derecho de estar con su mamá. Tengo pruebas, pericias que certifican que pueden estar conmigo, que estoy en condiciones de ejercer mi rol materno. Pero la justicia salteña y mi expareja lo impiden. Actualmente la causa está sin un juez a cargo", sostuvo N.B.

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