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19 de Agosto,  Salta, Centro, Argentina
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Drama: acusa a su exesposo por abuso y maltrato

Durante 19 años, Constanza Lee calló abusos sexuales, golpes y humillaciones que padecieron ella y su hija a manos de su exmarido. Hoy pide justicia. 
Martes, 19 de agosto de 2025 02:17
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Constanza Lee vivió el peor infierno, asegura que durante años sufrió golpes, humillaciones y tuvo relaciones forzadas con su exesposo, un médico identificado como R.F. "Me exigía tener relaciones todos los días, yo lloraba debajo de él", contó entre lágrimas a El Tribuno.

Actualmente, el hombre de 60 años, está imputado por el cargo de abuso sexual con acceso carnal, en perjuicio de Lee. La causa se encuentra en el Juzgado de Garantías 3° Nominación distrito Centro, legajo 190.747/24. El abogado de las víctimas ya hizo la solicitud de elevación a juicio. "A pesar de la causa y denuncias que hicimos, él sigue ejerciendo su profesión como médico cardiólogo, en el Hospital San Bernardo", resaltó con indignación. "Hace cinco años atrás hice la denuncia y todavía seguimos esperando justicia", reclamó.

Sofía, su hija, también fue víctima del maltrato. Nació prematura y estuvo al borde de la muerte. Pese a eso, su padre la ignoró por meses. Cuando la familia se instaló en Salta y la niña tenía tres años, comenzó la pesadilla. "Le decía cosas horribles, cosas que una nena jamás debería escuchar de su propio padre", contó Constanza.

Constanza eligió la verdad como escudo. "Yo me juré que nunca más iba a callar. Hablar es la única manera de reparar, aunque la herida nunca cierre del todo", finalizó la mujer.

Cada rincón de la casa era escenario de violencia. "No podíamos dejar nada fuera de lugar, no podíamos hablar demasiado fuerte. Vivíamos pendientes de él. Era un infierno", dijo.

Constanza no solo fue testigo: también fue víctima. "A mí me golpeaba, me insultaba, me decía que no servía para nada. Yo estaba convencida de que no tenía salida, que si hablaba iba a ser peor". El control era total. "Yo sentía que estaba atrapada en una jaula invisible. Todo lo decidía él. Si me vestía de una manera, si salía, si hablaba. Era como si yo ya no existiera".

El relato de Constanza se quiebra cuando recuerda el día en que su hijo Franco, ya adolescente, le confesó: "Mamá, nunca me voy a olvidar de cómo papá la cagaba a palos a Sofía". Esa frase la persigue hasta hoy. "Me siento culpable por no haber podido protegerla, por haberme quedado callada tanto tiempo. Nadie imagina lo que pasa puertas adentro de una casa. Pero el daño queda para siempre".

Hoy, Sofía tiene 27 años y lucha contra las cicatrices de la violencia que sufrió en la infancia. Constanza decidió dar la cara, aunque le duela volver a revivir cada escena. "Yo necesito que se sepa. Que nadie más dude. Mi hija sufrió violencia física, psicológica y sexual. Y yo también la padecí. Lo cuento porque no quiero que se tape más, porque callar nos destruyó durante años", dijo con firmeza.

 

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