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Un episodio cargado de conmoción sacude a la localidad bonaerense de Quilmes Oeste: un adolescente de 15 años, identificado como Camilo Isabella Valenzi, murió dentro de un boliche y su familia sostiene que no se trató de un simple desmayo, sino de una **agresión**.
Según la reconstrucción preliminar, el joven habría ingresado al local con el documento de un amigo mayor de edad. Minutos después se descompensó y debió ser trasladado al Hospital Evita Pueblo de Berazategui, donde llegó sin vida. La versión oficial señala un cuadro súbito, pero los allegados aseguran que Camilo presentó convulsiones y sospechan que fue atacado tras una discusión con la persona que le prestó el DNI.
La investigación quedó en manos de la fiscal Sandra López, de la UFI N°2 de Berazategui, quien ordenó la realización de una autopsia para esclarecer las causas exactas de la muerte. El resultado será clave para determinar si hubo un golpe o una situación externa que desencadenara el desenlace.
Un dato que cobra relevancia es que Camilo padecía convulsiones que podían activarse ante un susto o una agresión. Esa condición coincide con la hipótesis de la familia, que no descarta que la crisis fatal haya sido provocada por un episodio violento dentro del boliche.
Mientras la justicia avanza, la tragedia se trasladó a las redes sociales. Amistades y conocidos inundaron de mensajes las cuentas de Camilo, reclamando justicia y pidiendo que se esclarezca qué pasó dentro del local. Su hermana, en un mensaje cargado de dolor, convocó a quienes hayan visto algo a presentarse ante la fiscalía: “No dejen que la muerte de mi hermano quede en la nada”.
El caso también reaviva la polémica en torno al rol de los boliches y los controles de ingreso, ya que quedó en evidencia que un menor pudo acceder con la documentación de otra persona.
Hoy Quilmes se encuentra atravesado por la tristeza, la indignación y el reclamo de una familia que no acepta que la historia de Camilo termine en silencio.