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Un centro médico clandestino de mediana complejidad que funcionaba en Retiro, CABA, finalmente fue clausurado al detectarse que en el mismo, donde supuestamente se arreglaban muelas y problemas odontológicos de emergencia, en realidad escondía otras prácticas más rentables: atendían a heridos de bala sin más preguntas que el pago en efectivo, trascendió de fuentes de la investigación.
Un médico y una odontóloga quedaron imputados por violación de clausura y desobediencia tras ser descubiertos operando nuevamente en la misma zona.
La Policía de la Ciudad clausuró el centro médico y odontológico ilegal que funcionaba en el barrio 31, a pocos metros de la estación de Retiro. El lugar atendía a pacientes de diversas patologías, incluyendo a heridos de bala del vecindario.
La Justicia sostiene que este centro forma parte de una red que opera en la zona desde el año pasado, y en la que ya se le habían cerrado otros consultorios en el mismo barrio porteño.
La última ubicación de este centro clandestino se encontraba en la calle Alpaca al 500, donde los agentes encontraron más de 300 cajas de medicamentos, 101 de ellas vencidas. También incautaron sellos médicos, fichas de pacientes, equipos odontológicos y hasta aparatos de rayos X y otros elementos de alta complejidad.
Según fuentes, el lugar contaba con tres consultorios completos equipados con herramientas, elementos de esterilización y documentación que confirmaba la atención actual de pacientes.
Cuando la policía llegó, solo estaba la recepcionista, una ciudadana paraguaya de 31 años. Sin embargo, durante el operativo se presentaron los profesionales. Se trata de una odontóloga boliviana de 41 años y un médico argentino de 42, ambos con matrícula digital.
Personal del Ministerio de Salud de la Nación verificó la irregularidad del centro, mientras que agentes de la Agencia Gubernamental de Control (AGC) labraron un acta contravencional por violación de clausura.
La investigación está vinculada a allanamientos previos realizados el año pasado y también en julio de este año. En esa oportunidad, el consultorio también atendía a heridos de bala y la policía secuestró un arma de fuego. A pesar de la clausura, los investigadores informaron a los medios que la red reanudó la actividad dentro del mismo barrio, pero trasladándose a un nuevo local.
En el operativo, la policía incautó medicamentos vencidos, sellos médicos, documentación, fichas de pacientes, equipos odontológicos y aparatos de rayos X. En la causa intervino la Fiscalía Penal, Contravencional y de Faltas 15, que dispuso el secuestro de todos los elementos y notificaron a los imputados por violación de clausura y desobediencia.
Negocio clandestino con la salud
La recepcionista del centro médico clandestino es una ciudadana paraguaya de 31 años y para sorpresa de la investigación, los profesionales que atienden a diario allí también son extranjeros en su mayoría.
Los que llegaron durante el allanamiento y clausura eran una odontóloga boliviana de 41 años y un médico argentino de 42, ambos con matrícula digital.
Las mismas personas ya habían sido localizadas en otros centros médicos sin habilitaciones, es decir clandestino, donde cobran normalmente en efectivo y las prácticas son sin garantías y la mayoría no son registradas en ningún sistema.