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La escena fue tan brutal que sacudió a todo Orán. Entre el 10 y el 15 de mayo, en una vivienda del barrio Primavera, dos hermanos quemaron vivo a un perro y lo dejaron en un cajón en la vía pública. Un vecino intentó salvarlo, pero no pudo, y su denuncia desató la investigación que terminó en condena.
En una audiencia flexible y multipropósito, el juez de Garantías Ramiro Morizzio declaró procedente el acuerdo de juicio abreviado presentado por las partes. El hermano mayor, de 31 años, fue hallado culpable de **actos de crueldad animal, robo simple, amenazas con arma en tres hechos y exhibiciones obscenas en concurso real, recibiendo dos años de prisión de ejecución condicional. El menor, de 28 años, fue condenado por crueldad animal y robo simple en concurso real y deberá cumplir un año y seis meses de prisión en suspenso.
El magistrado hizo historia al reconocer a los perros como sujetos de derechos, seres sintientes cuyos intereses y bienestar deben ser protegidos. Fundamentó su decisión en la Ley 14.346 de Protección Animal.
Cuando se allanó la casa de los acusados, la Policía encontró dos perros atados y embadurnados en aceite, además de huesos calcinados cerca de una fogata, que según las pericias podrían ser de otros animales quemados.
Un informe socioambiental reveló que los vecinos ya habían denunciado la violencia y las conductas delictivas de los hermanos. Con esta sentencia, la Justicia no solo castigó un hecho atroz, sino que también envió un mensaje contundente sobre la protección animal en Salta.