Los años 60 fueron la década de oro del folclore y Salta, cuna de poetas y cantores, no podía estar al margen. De 1965 a 1967 se realizó en la capital provincial el Festival Latinoamericano de Folclore y fue todo un éxito. Tan es así, que aún hoy muchos evocan con emoción el evento, en el que participaron delegaciones de Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Perú, representantes de varias provincias argentinas y solistas y conjuntos consagrados de la época. Su realización permitió plasmar en los hechos las ideas de hermandad e integración latinoamericana tan en boga en la juventud de aquellos años.
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Los años 60 fueron la década de oro del folclore y Salta, cuna de poetas y cantores, no podía estar al margen. De 1965 a 1967 se realizó en la capital provincial el Festival Latinoamericano de Folclore y fue todo un éxito. Tan es así, que aún hoy muchos evocan con emoción el evento, en el que participaron delegaciones de Chile, Brasil, Paraguay, Uruguay, Bolivia y Perú, representantes de varias provincias argentinas y solistas y conjuntos consagrados de la época. Su realización permitió plasmar en los hechos las ideas de hermandad e integración latinoamericana tan en boga en la juventud de aquellos años.
El impulso dado a la música de proyección folclórica por el Festival de Cosquín, que tuvo su primera edición en 1961, se ramificó con el surgimiento de otros festivales en el interior del país.
En Salta, ese ímpetu se vio reflejado primeramente con la organización del Festival del Noroeste en 1963 - 1964, y luego con el Festival Latinoamericano de Folclore durante tres años consecutivos.
El festival se organizó para conmemorar los 383 años de la Fundación de Salta. Y las instalaciones, particularmente el anfiteatro, se armaron de manera vertiginosa, en poco más de un mes. Para ello se aprovechó el sistema de tribunas tubulares que se había utilizado un año antes cuando tuvo lugar el Campeonato Argentino de Básquet. El festival se realizó frente a la plaza 9 de Julio, justo al lado de la catedral, en el lugar que actualmente ocupa un banco.
El lugar elegido generó polémica, porque algunos consideraban que no debía organizarse un evento musical al lado del templo religioso, pero finalmente esa objeción fue superada. Por esos años, el gobernador de Salta era Ricardo Joaquín Durand y el intendente capitalino Pedro Betella. Al impulso dado por las autoridades se sumó el apoyo invalorable de la Municipalidad junto a Diario El Tribuno y LV9 Radio Güemes de Salta.
Durante ocho días una multitud copó las instalaciones del anfiteatro. El primer día, a las 22.05 las ondas de Radio Belgrano difundieron a los cuatro vientos las palabras de bienvenida de César Perdiguero: ¡América canta en Salta!
La multitud de pie, cantó el Himno Nacional. Acto seguido habló don Roberto Romero, director de El Tribuno y presidente de la Junta Ejecutiva del Festival, quien explicó a los asistentes los motivos que impulsaron a realizar el evento, leyendo la Proclama del Festival:
"Salta lanza desde hoy una proclama a los pueblos hermanos de América , a las provincias vecinas, a las personalidades de la vida pública, del mundo del trabajo, de la cultura, del deporte, comercio, industrias; a los educadores, a los dirigentes de asociaciones juveniles, a las fuerzas de la producción, a los clubes de servicios, a todos en general, anunciando la realización del Primer Festival Latinoamericano del Folclore, que se llevara a cabo en Salta con motivo del aniversario de su fundación. Esa proclama expresa que el festival tiene por objeto congregar a los pueblos que se reconocen en sus orígenes y se proyectan hacia un destino común. Salta, por su mediterraneidad conserva las características fundamentales que arraigan las corrientes civilizadoras de las viejas culturas indígenas".
Luego se apagaron las luces del escenario y los integrantes de la fanfarria de la Guarnición Militar Salta le pusieron música a la presentación de las delegaciones, que ingresaron acompañadas de un espectáculo de fuegos artificiales.
La primera en salir fue la delegación de Santiago del Estero, seguida por las de La Rioja, Tucumán, Jujuy y Catamarca. También estuvieron representantes de Chaco y Formosa. El ingreso de los salteños fue recibido con efusividad y tras ellos llegó Córdoba que trajo el abrazo de Cosquín a las tierras de Martín Miguel de Güemes.
El festival se organizó para conmemorar los 383 años de la Fundación de Salta.
Luego de las palabras de bienvenida del intendente Betella, Julio Marbiz anunció: "¡Y ahora, vamos a la canción…!" Le tocó romper el hielo a Los de Salta, integrados en esos años por Luis Gualter Menú, Miguel Arnaldo Ramos, Mariano Vaca y José Berrios.
En esos años, empezaron a producirse cambios en la música folclórica, con nuevas temáticas que incorporaron contenidos sociales surgidas al calor del Nuevo Cancionero Argentino, un movimiento literario-musical dentro del ámbito de la música popular argentina, que hizo su presentación en sociedad con la publicación de un manifiesto en febrero de 1963, en la ciudad de Mendoza. Lo integraban Mercedes Sosa, Armando Tejada Gómez, Tito Francia, Oscar Matus, Hamlet Lima Quintana, entre otros.
Las modificaciones también se manifestaron en fusiones y nuevas armonizaciones vocales. Representando esa renovación, llegaron a Salta Los Trovadores. Luego fue el turno de un salteño ya consagrado: el maestro Eduardo Falú, quien regresaba de una gira por Japón, y deleitó al público con su guitarra.
Posteriormente se presentaron las delegaciones. En la octava jornada del Festival, se dio a conocer la "Declaración de Salta". Roberto Romero, presidente del Festival y el Dr. Reynaldo Wisner, presidente del Festival Nacional de Folclore de Cosquín, expresaron su compromiso de seguir trabajando por la difusión de la música folclórica, con la idea de realizar el Festival Mundial de Folclore, con sede alternada entre Cosquín y Salta. La multitud recibió el anuncio con algarabía.
En esta jornada, que se vio acompañada de una intensa lluvia, se entregaron los premios del encuentro folclórico. También se eligió la canción del festival. La elegida fue la "Zamba soltera", de Gustavo "Cuchi" Leguizamón, que fue interpretada en la última noche por Horacio Guarany, cuyas estrofas arrancan así:
"Con el corazón amanecido / Sobre el tiempo derrumbado / De su añosa soledad / Pobrecita la Inecita / Tiende ancho y duerme solita"
Por el escenario salteño pasaron de 1965 a 1967 los representantes más selectos de la música folclórica nacional: Atahualpa Yupanqui, El Chango Nieto, Eduardo Falú, Gustavo Leguizamón, Hernán Figueroa Reyes, Horacio Guarany, Jorge Cafrune, Jaime Dávalos, Chito Zeballos, Jaime Torres, Ramona Galarza, y Juan José Botelli, entre otros. Provenientes de otros países estuvieron Alfredo Zitarrosa (Uruguay) y el poeta Nicomedes Santa Cruz (Perú).
Entre los conjuntos estuvieron Los de Salta, Los Nombradores, Los Fronterizos, Los Chalchaleros, Las Voces Blancas, Los Quilla Huasi, Las Voces del Huayra, Los Trovadores, etc.
El festival se repitió en 1966 y en 1967, en el estadio de Gimnasia y Tiro lo que permitió ampliar la capacidad de público asistente, pero en 1968 por distintas circunstancias ya no pudo realizarse.
El IV Festival se realizó entre el 6 y el 15 de abril de 1984. El V tuvo lugar en octubre de 1986 y la VI edición, que debía realizarse del 17 al 27 de junio de 1993, arrancó el 8 de junio y se suspendió tres días después.