El caso de Evelia Murillo sacudió a Salta el viernes 3 de octubre de 2014. Se trata de la docente rural asesinada en la escuela 4.164 de la Misión El Bobada. El paraje está ubicado a 70 kilómetros de Tartagal, en el norte de la provincia y a la institución concurren niños, que en su mayoría son de la etnia wichi de zonas aledañas. Hay otras familias criollas que viven muy cerca de la escuela.
inicia sesión o regístrate.
El caso de Evelia Murillo sacudió a Salta el viernes 3 de octubre de 2014. Se trata de la docente rural asesinada en la escuela 4.164 de la Misión El Bobada. El paraje está ubicado a 70 kilómetros de Tartagal, en el norte de la provincia y a la institución concurren niños, que en su mayoría son de la etnia wichi de zonas aledañas. Hay otras familias criollas que viven muy cerca de la escuela.
Evelia trabajaba como docente cuando José Tomás Cortez, puestero del lugar, intentaba violar a una nena wichi que se escondió en su escuela. Cortez quiso entrar al edificio y Evelia se interpuso. Eran las 20.30, cuando de un escopetazo terminó con la vida de la maestra.
De pronto los gritos se callaron y el monte chaqueño se quedó en silencio. La noche fue eterna porque los chicos wichi que se albergaban allí cuidaron el cuerpo de su señorita para que no se lo llevaran los animales salvajes. Recién a la mañana se pudo salir por la ruta nacional 86, cerca de Tonono, para dar aviso a la Policía, que llegó a la media mañana. Se comunicó el horror y el asesino se escondió en el monte.
El Tribuno salió de inmediato al lugar, llegó a las pocas horas, mucho antes que los funcionarios de Educación y Seguridad. Se registró el desamparo, que es habitual, de la escuela en un contexto inhóspito. El paisaje habitual de una escuela del Chaco salteño, con un edificio en pobres condiciones, cocina que duelen los ojos, la habitación de los docentes que se usa de depósito de todo, un alambre perimetral, los baños rotos y la casa de los criollos cerca; luego el monte y lo desconocido. Las rutas de un infierno de arena en invierno y de pesadilla en verano por el barro, sin señal de teléfono; la incomunicación y el aislamiento son una constante.
El cimbronazo en la opinión pública, las organizaciones feministas y los sindicatos docentes fue fuerte, pero con el tiempo esa fuerza se diluyó. "El asesino fue encontrado y detenido el 5 de noviembre de 2014. Se le hizo el juicio correspondiente y recibió una pena que vencía en 2034. En julio de 2019 se le había negado el pedido de prisión domiciliaria. Su abogado apeló e Impugnación se lo concedió en septiembre de ese año. En el expediente dicen que tenía buena conducta y era paciente de hemodiálisis", información fuentes judiciales.
Increíblemente, la Justicia dejó que el asesino vaya a vivir al lado de la escuela donde asesinó a Evelia .
"El 29 de enero del 2023 José Tomás "Maco" Cortez murió y muchos días después, el 12 de marzo de ese año, las actuaciones judiciales se cerraron definitivamente dictándose la extinción de la pena por la muerte del condenado", agregaron las fuentes.
Se puede de decir que, a 10 años del crimen de la docente rural, las condiciones en esa escuela siguen siendo las mismas. Como lo son, invariablemente, en la mayoría de las escuelas perdidas en el Chaco salteño.
Familia
El recuerdo sigue intacto en la memoria de Silvia, su hermana menor. "El 21 de junio habría cumplido 51 años", le contó a El Tribuno. Cualquiera se da cuenta el dolor que tiene por la forma y el tono en que habla.
"El dolor no se puede superar, sigue estando ahí, especialmente en mis papás Luisa (80) y Jorge (85). Por que básicamente uno no se prepara para perder a una hija. Sofía lleva el duelo por dentro y yo siento todos los días que falta ella es la mayor y me hace falta hasta para las cosas más simples de la vida", dijo Silvia Murillo.
Su hija Sofía tenía 20 años al momento del femicidio. Hoy la familia se agrupa en torno a ella que ya es arquitecta y que tiene una vida adulta. Los padres ya son muy grandes y la se nectud estimula los recuerdos exacerbando el dolor. Para el 3 de octubre que vienen tienen prepara da la misa habitual de todos los años.
La familia de Evelia Murillo pide siempre por las maestras que trabajan en el monte chaqueño. "Muchos hablan y critican a las docentes porque dicen que son vagas. No tienen idea de lo que es vivir en el monte, en esas soledades, con el aislamiento y estando expuestas a la violencia machista de los criollos. Ellas cuidan a los niños, les dan de comer, les enseñan y cocinan", dijo Silvia.
A 10 años del crimen de Evelia Murillo muchas maestras siguen estando en comunicadas y expuestas a peligros.
"El 21 de junio (pasado) habría cumplido 51 años", señala la hermana de Evelia Murillo, en medio de mucho dolor.