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14 de Octubre,  Salta, Centro, Argentina
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Ico, el potrillo alazán que pasea como “pancho por su casa” por las avenidas de zona sur

Más allá de lo anecdótico, la presencia de Ico refleja un problema serio y de larga data: el de los animales sueltos en las calles de Salta.
Martes, 14 de octubre de 2025 08:54

Como si fuera un vecino más, un potrillo alazán bautizado por los lugareños como Ico se ha convertido en una figura pintoresca -y un tanto peligrosa- de la zona sur de la ciudad de Salta. El pequeño equino parece disfrutar de sus paseos por las principales avenidas, sin rumbo fijo y con una calma que desconcierta a más de uno.

Ayer, por ejemplo, lo vieron “pispeando precios” en la puerta de un conocido supermercado ubicado a la vera de la avenida Excombatientes de Malvinas. Minutos después, se dio una vuelta por la playa de una estación de servicio y, como si nada, cruzó hacia el barrio San Francisco. “Parece que sabe dónde están las cámaras, porque siempre aparece en los lugares más transitados”, bromeó un vecino que ya le perdió la cuenta a las veces que lo vio pasar.

Pero más allá de lo anecdótico, lo cierto es que la presencia de Ico refleja un problema serio y de larga data, el de los animales sueltos en las calles de Salta. Caballos, chanchos y hasta burros deambulan sin control por las avenidas más transitadas, generando situaciones de riesgo tanto para ellos como para los automovilistas.

La avenida Gaucho Méndez y su continuación, la ruta provincial 21, son zonas críticas. No es raro encontrarse con tropillas completas ocupando media calzada, sobre todo en horas de la siesta. La gente del lugar asegura que las denuncias son frecuentes, pero las soluciones brillan por su ausencia.

La policía de la provincia informa periódicamente sobre operativos en los que retira a los animales sueltos, aunque reconocen que el trabajo es “interminable” por la cantidad de ejemplares y la falta de responsabilidad de sus dueños.

Mientras tanto, Ico sigue con su rutina de paseos, ajeno al tráfico y a los comentarios que despierta. Eso sí, más de uno pide que alguien lo cuide antes de que la anécdota se convierta en tragedia. Porque en Salta, los caballos tienen más libertad para recorrer la vía pública que muchos peatones.

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