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El gobernador Gustavo Sáenz llegó puntualmente a las 10.10 de la mañana al ex Colegio Nacional para emitir su voto en una jornada electoral marcada por la expectativa y la calma. Saludó uno por uno a los presentes -presidente de mesa incluido-, posó para las fotos, bromeó con los periodistas y hasta se dio el gusto de citar una canción folclórica: “La Argentina que yo quiero, fuerte y generosa, libre y orgullosa de ser como es”, entonó entre sonrisas, mientras las cámaras captaban el momento.
“La Argentina no empieza ni termina en Buenos Aires”, dijo con énfasis, antes de lanzar una de esas frases que quedan resonando: “Fuerte y generosa, mi Argentina; libre y orgullosa de ser como es”, arrancó, evocando la letra de la canción *La Argentina que yo quiero*, que más de un adulto en la fila tarareó en voz baja. Con ritmo pausado y tono de cantor de peña, Sáenz continuó: “Pluma, espada y lanza trazaron su historia, todos argentinos compartiendo gloria, en el gran encuentro que uniendo sus pueblos, del puerto hacia dentro fue gesta sin par". El momento, inesperado y espontáneo, generó aplausos entre quienes aguardaban para votar.
Sáenz, referente de Primero los Salteños, tardó apenas 25 segundos en votar, usando la lapicera provista en la mesa. “Dos categorías, fácil. Si fueran más, como en las provinciales, habría que analizarlo bien”, comentó sobre el uso de la Boleta Única de Papel (BUP), que este año debuta en elecciones legislativas nacionales. “La deberíamos analizar con más categorías, hoy es simple porque se eligen solo senadores y diputados”, remarcó antes de retirarse.
El mandatario aprovechó el contacto con la prensa para reflexionar sobre la jornada: “Buscamos que la gente se comprometa y venga a votar. Ha bajado mucho la cantidad de votantes en distintas elecciones. Hay que recuperar esa costumbre cívica”, dijo, al tiempo que destacó el valor del voto en medio del contexto económico y el cansancio social. “Hice todo lo humanamente posible para que la gente tenga en sus manos propuestas que unan a Salta”, aseguró con tono sereno, refiriéndose al trabajo de su gestión.
Con el humor, el gobernador adelantó sus planes para después de votar: “Ahora me voy a comer unas riquísimas empanadas”, dijo, entre risas, mientras recibía selfies, abrazos y palmadas de aliento de los vecinos que se acercaron a saludarlo. En un guiño federal, cerró con una frase que resume su mirada sobre el país: “La Argentina no empieza ni termina en Buenos Aires. Varias provincias darán hoy su veredicto, la de un país mucho más federal”.
Así, entre cámaras, micrófonos y versos, Gustavo Sáenz convirtió su voto en una pequeña escena de color salteña: mezcla de compromiso cívico, cercanía con la gente y ese toque de folclore. "Necesitamos que los salteños se expresen en las urnas. Que los salteños voten. Tienen hasta las 6 de la tarde para hacerlo. Es muy importante esta elección, es importante para decerile al centralismo porteño que Salta está de pie".