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La crisis del sector panadero en Salta se traduce, primero, en menos horas de trabajo. “Si una panadería trabajaba 8 horas, hoy trabaja 6. Eso implica 2 horas sin producción con los mismos costos fijos altísimos que cubrir”, describió Daniel Romano, presidente de la Cámara de Panaderos, en diálogo con Radio Salta. El recorte de jornadas se da en un contexto de consumo desplomado entre 25% y 30%, encarecimiento de insumos y dificultades para acceder a financiamiento.
Romano señaló que la reducción de horas impacta directo en el empleo eventual: “Las changas casi desaparecieron. Si no alcanza para el plantel estable, menos para sumar gente por un pico de demanda”. Aunque no observa cierres masivos en Salta, sí ve endeudamiento creciente (impuestos, proveedores y servicios) y ajustes de operación para sostener la actividad.
En paralelo, el dirigente advirtió que el acceso al crédito es inviable: “Con una tasa del 100%, ninguna pyme puede pilotear la caída de ventas”. A la par, describió un deterioro social que golpea a los más jóvenes: “Todos los días me piden trabajo chicos de 18 a 25 años. Muchas familias están endeudadas y vienen a buscar lo que sea para sobrevivir”.
Si bien los costos impulsan nuevas listas de precios —con un aumento promedio del 5% para el pan francés y algo más en especialidades—, Romano remarcó que la variable inmediata que están moviendo los comercios es la organización interna del trabajo: “Ajustamos horas porque a la gente no le alcanza; sin consumo, no hay forma de cubrir la estructura”.
Datos clave del panorama
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Jornadas: recorte de 8 a 6 horas en muchas panaderías.
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Empleo eventual: casi nulo (se frenaron las “changas”).
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Consumo: caída del 25%–30%.
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Crédito: tasas cercanas al 100%, impracticables para pymes.
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Precios: nuevos ajustes (≈ +5% en pan francés), pero el eje del ajuste pasa por menos horas de producción.
En el sector panadero salteño, el primer reflejo de la crisis no es el cierre de persianas, sino la contracción de las jornadas laborales. Menos horas, menos trabajo eventual y más presión sobre un consumo que no repunta.