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26 de Noviembre,  Salta, Centro, Argentina
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A 58 años del Torino, Salta lo homenajea con una muestra solidaria en el Monumento 20 de Febrero

Sangre Torinera Salta realizará este 30 de noviembre, desde las 15.30, un encuentro por el Día del Torino con una exposición de autos clásicos y una colecta de alimentos no perecederos para Manos Abiertas.
Miércoles, 26 de noviembre de 2025 08:51
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Hace 58 años, un Torino sedán salía por primera vez de la línea de producción y comenzaba a construir una de las historias más significativas de la industria automotriz nacional. Décadas después, su legado sigue vigente en todo el país y también en Salta, donde el 30 de noviembre se realizará un encuentro solidario para homenajearlo.

La actividad será organizada por Sangre Torinera Salta y se desarrollará desde las 15.30 en el Monumento 20 de Febrero, con una exposición de vehículos Torino abierta al público y una colecta de alimentos no perecederos a beneficio de la institución Manos Abiertas, que trabaja con personas en situación de calle.

Sangre Torinera Salta es una asociación solidaria y familiar comprometida con la ayuda a personas y animales. Está presidida por Sandra Escobar, quien explicó el sentido del encuentro:
“El objetivo principal de este encuentro es promover la solidaridad y exhibir el automóvil Torino, un vehículo con rica historia y gran significado para nuestro país”, expresó.

La convocatoria está dirigida tanto a los propietarios de Torino como al público en general, con la propuesta de compartir una tarde distinta, en familia, en torno a un símbolo de la historia automotriz argentina.

Un auto nacido en un momento clave del país

La historia del Torino se enmarca en el fuerte impulso industrial que vivía la Argentina tras la Segunda Guerra Mundial. Mientras Europa se reconstruía, empresas internacionales comenzaron a instalarse en el país. En 1955 llegó Kaiser Motors, que levantó su planta en Santa Isabel, Córdoba, bajo el nombre de Industrias Kaiser Argentina (IKA).

De allí salieron vehículos históricos como el Jeep (1956), la Estanciera (1957) y el Kaiser Carabela (1958). Pero la gran apuesta llegaría a partir de 1959, tras la sanción del decreto 3693/59 del gobierno de Arturo Frondizi, que incentivó la fabricación nacional de automóviles.

En ese contexto, IKA comenzó a buscar un auto mediano con identidad propia para el mercado argentino. Tras fracasar negociaciones con marcas europeas, estableció un acuerdo con American Motors Corporation (AMC) y tomó como base el Rambler American 440. La idea era crear un auto con diseño europeo, habitabilidad americana, mecánica robusta y adaptación a las rutas argentinas.

 

 

El proyecto contó con una figura clave: Juan Manuel Fangio, quien gestionó la intervención de la firma italiana Pininfarina. Desde Turín, el estudio rediseñó completamente la carrocería del Rambler, aportándole identidad propia, líneas deportivas y refinamiento estético, tanto en la versión sedán como en la coupé.

Ingeniería nacional y el nacimiento del mito

Mientras en Italia se desarrollaba la carrocería, en la planta de Santa Isabel se trabajaba en la ingeniería. Bajo la dirección de George Harbert y con el ingeniero Raúl Tolcachier liderando el área de chasis, un equipo argentino diseñó suspensiones, sistemas de frenado, dirección y comportamiento dinámico a prueba de rutas exigentes y caminos precarios.

El motor elegido fue el Tornado, un seis cilindros en línea con árbol de levas a la cabeza, que luego fue evolucionando hasta dar lugar al Torino Interceptor, corazón de todas las versiones del modelo. Con distintas configuraciones, llegó a desarrollar hasta 215 caballos de fuerza en su versión más deportiva.

También se incorporó una caja de cambios ZF de origen alemán, utilizada en autos de alta gama europea, que se convirtió en uno de los puntos fuertes del vehículo.

“El secreto del Torino radica en que se agarra bien, tiene gran maniobrabilidad y un equilibrio perfecto en su masa”, sintetizó el propio Juan Manuel Fangio en una entrevista de la época.

De Santa Isabel al mundo

El Torino fue presentado oficialmente el 28 de noviembre de 1966 en el Autódromo de Buenos Aires, en un evento sin precedentes para la industria automotriz argentina.

Su consagración definitiva llegó en 1969 durante las 84 horas de Nürburgring, en Alemania. Allí, el equipo argentino dirigido por Fangio logró una actuación histórica: el Torino número 3 dominó gran parte de la competencia y dejó al auto argentino en lo más alto del automovilismo internacional.

A lo largo de su historia, el Torino tuvo múltiples versiones: 300, 380, 380W, TS, GS, TSX, ZX y Grand Routier, entre otras. Entre 1966 y 1981 se fabricaron 99.792 unidades en la planta de Santa Isabel. El último Torino salió de la línea de montaje el 14 de diciembre de 1981, cuando Renault, que ya había absorbido a IKA, decidió discontinuar su producción.

Un legado que sigue vivo en Salta

Aunque su producción terminó hace más de cuatro décadas, el Torino sigue siendo un ícono vivo en la cultura automotriz argentina. En Salta, ese legado se mantiene a través de Sangre Torinera, una comunidad que no solo celebra al vehículo, sino que también transforma su pasión en acciones solidarias concretas.

 

El encuentro de este sábado busca unir esos dos mundos: la historia de un símbolo nacional y el compromiso con los sectores más vulnerables.

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