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Durante el saludo protocolar entre los mandatarios en La Paz, el nuevo presidente de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, tuvo un gesto que no pasó desapercibido: mencionó en varias oportunidades a la provincia de Salta, destacando el vínculo afectivo y geográfico que lo une a la región.
La referencia más cálida llegó cuando Paz Pereira presentó a su esposa ante el presidente Javier Milei. “Le presenté a mi esposa, Vivi; con ella habremos pasado cuatro o cinco Año Nuevo en Salta. Somos tan cercanos a Salta que vamos y pasamos fin de año allá. Tenemos una gran relación con mucha gente salteña, con todo lo que es el norte salteño”, comentó el flamante jefe de Estado boliviano, visiblemente emocionado.
El gesto generó simpatía en la delegación argentina, ya que el departamento de Tarija, de donde es oriundo Paz Pereira, limita directamente con el norte salteño, lo que históricamente favoreció los intercambios culturales, comerciales y familiares entre ambas regiones.
Las palabras del presidente boliviano reflejaron ese lazo profundo entre Tarija y Salta, una relación que trasciende las fronteras políticas y se sostiene en la cercanía cotidiana de sus pueblos, que comparten tradiciones, costumbres y hasta celebraciones.
La mención fue interpretada como un mensaje de cordialidad hacia la Argentina y, en particular, hacia el norte del país, una zona con fuerte conexión histórica y social con Bolivia.