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No es un galpón ni un taller tradicional. Tampoco un programa pasajero. La Fábrica Municipal se fue construyendo durante 2025 como un punto de encuentro donde el trabajo, la capacitación y la producción cotidiana se mezclan con historias de vecinos que buscan -y encuentran- una oportunidad. En apenas doce meses, el espacio impulsado por la Municipalidad de Salta logró convertirse en un polo de referencia productiva, con 15.837 personas que utilizaron sus instalaciones y servicios.
Ubicada en barrio San Benito, la fábrica abrió sus puertas en enero y, desde entonces, mostró un crecimiento sostenido tanto en demanda vecinal como en infraestructura y equipamiento. El eje estuvo puesto en ofrecer herramientas reales para producir, aprender un oficio y fortalecer emprendimientos que, en muchos casos, representan el principal ingreso familiar.
Los números reflejan ese movimiento constante. El área de cocina encabezó el uso del espacio, con 6.220 usuarios, seguida muy de cerca por costura, con 5.940 personas. A esto se sumaron 2.530 vecinos que participaron de distintas capacitaciones, mientras que otros talleres mantuvieron una presencia activa: carpintería (262), soldadura (390), reparación de celulares (210), reparación de PC (205) y el estudio de grabación (80).
Un crecimiento sostenido
Ese crecimiento obligó a ampliar y mejorar las instalaciones. Durante el año se consolidaron y fortalecieron más de ocho espacios productivos y formativos. En junio se inauguró el taller de carpintería, equipado con nuevas mesas de trabajo, materiales específicos y maquinaria como fresadoras y sierras circulares, lo que permitió aumentar la capacidad operativa.
En costura, una de las áreas con mayor demanda, se habilitó un nuevo espacio con máquinas industriales: rectas, doble arrastre, overlock de distintos hilos, collaretas y cortadoras de tela, pensadas para producciones a mayor escala. En tanto, el taller de cocina, el más concurrido del complejo, sumó en octubre un cuarto espacio, con dos hornos, una amasadora, una sobadora, una heladera exhibidora y nuevo equipamiento que permitió ampliar turnos y volumen de producción.
La sala de guardería también fue remodelada, con nueva luminaria, juegos, materiales didácticos y una intervención integral en su fachada, mejorando las condiciones para los niños que acompañan a sus padres mientras trabajan o se capacitan. A la par, crecieron otros sectores clave como la sala de PC, orientada al estudio y la búsqueda laboral, y el estudio de grabación, utilizado por artistas y jóvenes que dan sus primeros pasos en la música, en un entorno acústico adecuado para distintas producciones.
Capacitación y formación
Más allá de las herramientas, el año estuvo marcado por una fuerte apuesta a la formación. A lo largo de 2025 se dictaron capacitaciones en gestión, finanzas, costos, ventas, marketing digital, monotributo y aportes jubilatorios, con el objetivo de profesionalizar emprendimientos y darles mayor sustentabilidad en el tiempo.
Claudia Vilte, coordinadora de la Escuela de Emprendedores, destacó el impacto del proyecto: “El crecimiento que tuvo la fábrica en solo un año fue increíble. Se dio porque la gente necesita este espacio para trabajar y lo cuida mucho”, señaló, y remarcó el vínculo comunitario que se fue generando entre quienes comparten el lugar.
Uno de los datos que más valoran desde la gestión es que muchos usuarios lograron independizarse, comprar sus propias herramientas y dejar su lugar disponible para que otros puedan comenzar. Esa dinámica, según explicó Vilte, es una de las señales más claras del impacto real de la propuesta.
Con el balance positivo del 2025, la Municipalidad ya proyecta la creación de una segunda Fábrica Municipal, ampliando el alcance de una política pública que despertó interés en otras ciudades del país.
“Invitamos a quienes todavía no visitaron la fábrica a que vengan, la conozcan y se sumen. Se trabaja en un clima hermoso y con muchas oportunidades para crecer”, concluyó la funcionaria.