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La ola polar que azota a Salta desde hace varios días no solo transformó calles y campos en verdaderas postales invernales, sino que también dejó al límite el sistema de suministro de gas domiciliario, incapaz de responder al altísimo consumo que se disparó sobre todo en las últimas 24 horas.
En distintos barrios de la capital, el reclamo es el mismo: la presión del gas bajó tanto que los calefones no encienden y las estufas apenas logran templar los ambientes. La imagen se repite: vecinos abrigados hasta el cuello, refugiados en un sector de la casa, tratando de conservar algo de calor en sus propias casas.
"Sale apenas un hilo de gas, el calefón prende con llama muy pequeñas y me tengo que bañar con agua apenas tibia", relató una vecina de barrio El Huaico a través de el WahtsApp de El Tribuno. Situaciones similares se viven en Tres Cerritos, Grand Bourg, San Remo y Castañares, y en el centro de la capital, donde muchas familias se ven obligadas a usar caloventores eléctricos al máximo, generando el riesgo de cortes de luz.
Según explican fuentes del sector energético, el consumo residencial se disparó con la ola polar, mientras que la demanda industrial y el abastecimiento a estaciones de servicio siguieron en niveles elevados. Esto saturó la capacidad de la red y terminó afectando directamente la presión en los hogares. A esto se suma la ubicación estratégica de Salta como paso hacia Bolivia y Chile, que muchas veces deriva el tránsito regional.
"Hoy calentar un poco de agua fue terrible. La llama de la hornalla era pequeña", reclamó un padre de la zona sur de nuestra ciudad. El frío no da tregua y la empresa distribuidora deberá tomar medidas para garantizar el gas en los hogares salteños.