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En un rincón vibrante de Salta, más precisamente en el barrio San Francisco Solano, la danza tradicional caporal florece con fuerza, energía y amor gracias a la agrupación Pasión de Reyes. Bajo la dirección de Fanny Rocío Flores, un grupo de más de 30 chicos y chicas de diferentes edades se reúne semana tras semana para ensayar esta danza folclórica de raíces bolivianas que ya es parte del patrimonio cultural vivo del norte argentino.
Los ensayos no son solo pasos coreografiados. Son encuentros, abrazos, esfuerzos compartidos y una comunidad que se fortalece al ritmo de las melodías andinas. “Pasión de Reyes nació hace un año y medio. Al principio éramos poquitos, pero fuimos creciendo, y hoy estamos con más fuerza que nunca”, contó Fanny, con la sonrisa de quien sabe que hace lo que le gusta.
Un grupo con alma
El grupo se conforma por chicos y chicas de distintos barrios de la zona sudeste de Salta: San Francisco Solano, Santa Cecilia, San Benito, Provipo, entre otros. La agrupación funciona no solo como una compañía de danza, sino como un verdadero espacio de contención, aprendizaje y crecimiento para jóvenes y familias.
“Los chicos vienen con mucha alegría. Se entusiasman con cada ensayo, con cada paso nuevo. Y los papás también se suman, colaboran, acompañan. Esto es una familia grande”, dice Mía, una de las bailarinas, quien también forma parte del equipo que apoya a Fanny en la coordinación.
Los ensayos se realizan los martes, jueves, viernes y domingos, de 20 a 22 horas. Durante esas dos horas, el barrio se llena de color, ritmo y entusiasmo. “Esto es más que un baile. Es disciplina, es identidad, es trabajo en equipo”, agregó Mía.
Compromiso, dentro y fuera de la pista
Pero no todo es baile: el grupo también tiene un enfoque formativo. Se fomenta el estudio, el respeto y la responsabilidad. “Les pedimos las notas del colegio. Si andan mal en la escuela, no pueden venir hasta que mejoren. Trabajamos junto a los padres para que el arte no esté separado de la educación, sino que sea una motivación más para que se esfuercen”, explica Fanny.
Este compromiso mutuo ha logrado que muchos chicos mejoren su rendimiento escolar y adopten hábitos saludables, alejándose de las pantallas, del sedentarismo y de otros riesgos que acechan a la juventud.
“Esto les cambia la rutina. Se despegan del celular, se activan, se conectan con otros. Es muy lindo ver cómo se integran, cómo se ayudan entre ellos”, cuenta una mamá que, mientras su hija ensaya, colabora con los trajes.
Un sueño que zapatea fuerte
Fabio, uno de los integrantes más recientes, lleva solo un mes y medio en la agrupación, pero ya siente que encontró su lugar: “Me encanta el baile. Es divertido, te movés, aprendés. La verdad, me gusta mucho estar acá”.
Y ese sentimiento se repite en todos. El orgullo de pertenecer, de representar algo que viene de las raíces andinas pero que ya se siente parte de Salta. La danza caporal, originaria de Bolivia, encuentra en Pasión de Reyes una interpretación local cargada de emoción.
Rumbo a los corsos de invierno
Con la llegada del invierno, también se avecinan los corsos, y Pasión de Reyes estará presente. “Nos estamos preparando con todo para el 20 de julio. Queremos dar un buen espectáculo, como cada vez que salimos a la calle”, anticipa Fanny. Será una nueva oportunidad para mostrar el talento y el trabajo de este grupo que se ha consolidado con esfuerzo y amor.
Quienes deseen sumarse a la agrupación pueden acercarse directamente a los ensayos en el barrio San Francisco Solano o comunicarse al 3874 127511. También pueden seguir sus actividades en redes sociales bajo el nombre Caporales Pasión de Reyes.
El baile como refugio y motor
Al final de la jornada, los chicos realizan una pequeña muestra para El Tribuno. Las polleras giran, los pasos resuenan en el piso de tierra, y el bombo marca el pulso de una comunidad unida. Luego, una última sonrisa, una foto grupal y una promesa que se renueva: seguir bailando, creciendo, soñando.
“Lo hacemos por pasión, por amor. Yo bailo desde siempre, y ahora mi hijo también. Esto es una herencia, una forma de vida”, finalizó Fanny, antes de brindar un cálido aplauso y felicitar a sus alumnos.
Así, entre música, esfuerzo y alegría, Pasión de Reyes sigue dejando huella en cada paso que da, enseñando que la cultura vive y florece cuando se la abraza con el corazón. Los caporales del sudeste salteño no solo bailan: construyen futuro con cada ensayo.