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VIDEO. Urtubey: “El desastre que está haciendo Milei me generó la obligación moral de volver a la política”

El exgobernador de Salta y candidato a senador nacional por Fuerza Patria cuestionó las políticas del presidente Javier Milei, defendió su desembarco en Fuerza Patria y habló de la necesidad de reconstruir al peronismo en unidad. 
Lunes, 22 de septiembre de 2025 16:35
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El exgobernador de Salta y actual candidato a senador nacional por Fuerza Patria, Juan Manuel Urtubey, dialogó con El Tribuno en el marco de la campaña electoral rumbo a los comicios del 26 de octubre. En la entrevista, explicó las razones de su regreso a la política y defendió su desembarco en Fuerza Patria. También se refirió a las obras del Fondo de Reparación Histórica durante su gestión.

Urtubey sostuvo que el país atraviesa un momento de “desamparo” y cuestionó las políticas del presidente Javier Milei, al tiempo que planteó la necesidad de un frente opositor que pueda unificar al peronismo y proyectarse a nivel nacional. También se refirió a temas como la inseguridad, el rol del Estado, la obra pública, el sistema jubilatorio y el futuro de las provincias en un contexto de recortes presupuestarios.

En el tramo final de la entrevista, habló sobre su vida después de doce años en la gobernación, el uso político de las redes sociales y su visión de las encuestas, que —según afirmó— muestran una caída del oficialismo nacional y un crecimiento de Fuerza Patria. De cara a las elecciones, definió el escenario en Salta como una disputa entre “respaldar o frenar” al gobierno nacional.

¿Cómo surgió esto de presentarte nuevamente al ruedo político?

El desastre que está haciendo Milei en la Argentina me generó la obligación moral de meterme. Hay una mirada de país muy diferente a la que, durante toda mi vida, yo he defendido. Ver la situación de desamparo de sectores vulnerables, y hasta qué punto este es un gobierno que va con una lógica cultural que no tiene nada que ver con lo que queremos los argentinos, me generó la obligación moral de involucrarme de nuevo.

El desastre que está haciendo Milei en la Argentina me generó la obligación moral de meterme.

Tu llegada a Fuerza Patria generó cierta interna, por decirlo de algún modo. ¿Puedes contar cómo se vivió? El Oso Leavy se abrió, al igual que otros dirigentes...

Lo que hicimos desde Fuerza Patria, desde La Quiaca hasta Ushuaia, fue trabajar en la unidad del peronismo como primer paso para construir un gran frente social dentro de dos años que pueda enfrentar y ganarle a Milei las presidenciales. Eso requiere unidad. El camino de la unidad, muchas veces, es traumático porque saca a algunos de su zona de confort. Siempre es más cómodo quedarse en los lugares tranquilos que uno tiene. Pero entendimos, en todo el país, que había que dejar de lado eso porque hoy estamos frente a un problema serio. Si el peronismo no se reconstruye desde una lógica de unidad y con visión de futuro, esto no tiene destino.

¿Cuáles fueron los factores que considerabas que determinaron que vos seas el candidato?

Esencialmente, la competitividad electoral. No era mi vocación estrictamente personal ser candidato. Sí trabajé para colaborar en la construcción de esto. Pero cuando conformás un frente, necesitás que quienes sean más competitivos vayan al frente. Si no, todo queda muy lindo en lo interno, pero después no lográs impacto en la sociedad.

¿Y esa competitividad que marcás pasa por vos como candidato, por tu trayectoria, por tus propuestas, o es la conjunción de ambos?

 

Es todo. Tampoco me creo tan importante, seamos claros. Lo que se discute es si los argentinos estamos dispuestos a apoyar las políticas que impulsa el gobierno de Milei o queremos frenar esas políticas y proponer un camino diferente. Esa mirada que planteamos desde el peronismo y, particularmente en Salta, parecía que con mi candidatura iba a tener más potencia. Por eso lo hicimos.

Tampoco me creo tan importante, seamos claros. Lo que se discute es si los argentinos estamos dispuestos a apoyar las políticas que impulsa el gobierno de Milei o queremos frenar esas políticas y proponer un camino diferente

Fotos: Javier Rueda

El que es salteño y está mirando, ¿qué propuesta vas a llevar al Congreso más allá de esta mirada anti-Milei?

Lo primero es entender que esto no se resuelve modificando tal artículo o inciso de una ley. Hay que cambiar el modelo económico. Es mucho más profundo. Hasta 2023, desde el 83, discutimos cómo se hacían las cosas. Con Milei se plantea un modelo de sociedad distinto, y él lo dice abiertamente. Quiere dar una batalla cultural: cree que la justicia social y la construcción colectiva retrasan a la Argentina. Yo pienso lo contrario.

¿Qué hay que hacer? Plantear una agenda federal. Primero, sancionar la ley de presupuesto: no puede ser que no haya presupuesto. Segundo, discutir la coparticipación federal de impuestos. Tercero, hacer una reforma tributaria profunda. Necesitamos corregir la enorme inequidad estructural que vive la Argentina. La educación también es central. Mi experiencia de gobierno me permite saber que las herramientas para eso son nacionales, no provinciales.

En este paquete de reformas que necesita el país, ¿qué lugar le das a la reforma laboral? ¿Es necesaria o no?

Naturalmente. El problema es cómo se la encara. Es un error pensar que la competitividad de las empresas se consigue a costa de los salarios o de la estabilidad de los trabajadores. Lo que hay que hacer es dar cobertura a las nuevas modalidades de empleo, bajar contingencias en la relación laboral, pero siempre protegiendo los derechos de los trabajadores. Todo lo contrario a la mirada liberal.

Pasados los días, ¿te sumó, te restó o no la foto con Cristina?

Es la foto de la unidad del peronismo. Lo dije al principio: si uno se queda en su zona de confort mirando para atrás, claro, yo durante la gestión de la expresidenta y de Alberto Fernández fui crítico y opositor. Pero eso ya pasó. Hoy lo que tenemos que discutir es cómo construimos hacia adelante. ¿Cómo vamos a llamar a la unidad de un polo social para enfrentar a Milei si ni siquiera podemos garantizar la unidad del peronismo?

Yo durante la gestión de la expresidenta y de Alberto Fernández fui crítico y opositor. Pero eso ya pasó.

¿Cómo se da el paso para esa reconciliación, si fue estratégica o no? Porque en su momento tuviste términos duros con respecto a Cristina.

Sí, claramente. Pero también, cuando salió la condena, fui uno de los primeros en plantear la injusticia de esa sentencia. No había campaña, no había nada. Que tengas diferencias políticas no significa que todo lo otro esté bien o mal. El problema en la Argentina es que seguimos anclados en nuestras peleas y acuerdos del pasado. Lo que hay que discutir es cómo construimos un futuro entre todos los actores de la vida política.

Justamente, algunos dirigentes plantearon que "cuando Urtubey llegue al Congreso se va a dar vuelta". ¿Qué opinás respecto a eso?

Tengo muchos años de trayectoria política y pública. Todos me conocen y saben cuál es mi posición. Soy un dirigente peronista que quiere cambiar las políticas que impulsa el gobierno liberal de Milei. Los posicionamientos internos son anécdotas de poder. Lo que discuto es: ¿vamos a frenar el ajuste de Milei? ¿Vamos a construir un país donde las provincias tengan lugar? Todo lo demás son nimiedades que no me estimulan en lo personal.

En esta construcción desde el peronismo, ¿cómo hacés para salir del rótulo que le puso el gobierno nacional de que es un retroceso?

Si el futuro es dejar sin medicamentos a los jubilados, ajustar haberes o derogar normas de discapacidad porque los discapacitados "no sirven", entonces pensemos qué entendemos por futuro. El presidente plantea una batalla cultural: quiere instalar la cultura sajona donde el éxito individual es el motor de la sociedad. Nosotros creemos en la solidaridad, en la idiosincrasia argentina, en lo colectivo y lo social.

Hoy los mercados están más calmos, pero ¿qué te pareció el temblor financiero de la semana pasada?

Es producto de un país atado con alfileres. Este gobierno vino con dos agendas: la de la honestidad, de cómo la nueva política iba a ser mejor que la vieja (y ya vimos que no fue así), y la de un modelo económico que cerró 36.000 pymes, provocó una caída brutal de la actividad y no es sustentable. Los manotazos de ahogado del gobierno muestran que el modelo no solo es socialmente injusto, sino también inviable en términos económicos.

Los jubilados son una gran preocupación. ¿Qué va a pasar con el sistema jubilatorio? ¿Cómo lo ves a futuro?

Tenemos que discutir prioridades. En mi gestión gobernamos con equilibrio fiscal. Pero, ¿ese equilibrio justifica quitar la actualización de haberes a los jubilados mientras se aumentan los gastos reservados de la SIDE en 26.000 millones de dólares en la misma semana? Es una cuestión de prioridades. El gobierno decidió usar esos recursos para operaciones políticas, persecución de periodistas y opositores, en vez de destinarlos a los jubilados.

Es imposible no preguntarte sobre tu paso por la gobernación. En la Legislatura incluso se escuchan reclamos por el Fondo de Reparación Histórica y el Fondo del Bicentenario. ¿Qué pasó con eso?

Previmos obras por 220 millones de dólares y el mercado nos permitió tomar 185, no 220. Todos lo saben. ¿Por qué se pesificaron las deudas? Porque un organismo público cambia dólares en el Banco Central, no en una cueva.

De las obras se hicieron 165 y nueve no, porque no había más plata. Esas son las únicas que no se concretaron. El otro día en Metán un periodista me decía: "esta obra no se hizo con el Fondo de Reparación Histórica". Y le aclaré: ese fondo era otro, en Orán, San Martín, Rivadavia. Ahí empieza el mito urbano, alimentado por la política. Fue la primera vez que un crédito se sacó con nombre y apellido de obras, aprobadas por la Legislatura. Se hizo hasta donde alcanzó la plata. La inflación y algunos problemas legales (como desalojos) impidieron completar nueve de 165. Es exagerado plantearlo de otra manera.

De las obras del Fondo de Reparación Histórica (FRH) se hicieron 165 y nueve no, porque no había más plata.

¿Cómo ves la cuestión de la inseguridad hoy?

Lamentablemente crece porque no hay capacidad de respuesta. Nosotros aumentamos más del 60% los efectivos policiales e hicimos infraestructura. Hoy las provincias tienen menos coparticipación y menos capacidad operativa. Se jubilan o retiran policías, no entran nuevos en la misma proporción y eso resiente el servicio. Lo mismo pasa en seguridad, salud y educación. Ese es el modelo de Milei que quiero revertir en el Congreso.

Mirando las dos caras: Milei propone un Estado más chico y en tu gestión se amplió la planta pública. ¿Cómo lo ves?

El 95% de los empleados provinciales son docentes, policías, enfermeros, médicos. Achicar significa menos escuelas, comisarías, médicos y policías. Y lo estamos viendo. Salta tiene uno de los mejores estándares de empleados públicos en relación a su población. El Estado es un proveedor de servicios. El docente debe estar en el aula, el médico y el enfermero en el hospital, el policía en la calle.

Salta tiene uno de los mejores estándares de empleados públicos en relación a su población

En esta batalla cultural que planteás, ¿cómo se puja por la obra pública?

En Buenos Aires queda lindo discutir Estado grande o chico. En las provincias, donde no hay obra pública, hay atraso. Tenemos un nivel de desarrollo mucho menor que los grandes centros urbanos. Necesitamos más inversión pública. La discusión no es Estado grande o chico, sino eficiente o ineficiente. Salvo que pensemos que cada uno se arregle solo, y yo no creo en esa sociedad.

Cuando ganó Milei, todos estábamos atentos a las redes sociales. ¿Qué tanto peso le das a lo que se dice ahí?

Veo dos mundos distintos. En la calle recibo afecto y reconocimiento. En redes parece que soy culpable de la muerte de Kennedy. Es muy loco.

Hubo casos en que te atacaron en redes, como con lo de las turistas francesas. ¿Cómo reaccionás?

Lo que quieren es generar eso. Pero, ¿qué esperan que haga? ¿Que llame a un juez para decirle a quién condenar o absolver? Yo creo en la división de poderes. Yo fui responsable del Ejecutivo, no de la Justicia. Usar eso para hacer política es injusto, pero no nuevo.

¿Cómo evaluás al gobierno provincial actual?

Hace lo que puede en un contexto en el que el país castiga a las provincias. El Gobierno nacional recorta cada vez más transferencias. Bastante bien le va a la provincia dentro del desastre nacional.

En este recorrido por la provincia, ¿qué te llama la atención de la gente? ¿Qué le preocupa?

Hay una sensación de desamparo muy grande. La agresión, los tonos y las acciones del gobierno nacional se sienten como violencia innecesaria. La gente pide alguien que la defienda. Suponen que mi voz puede escucharse en Buenos Aires.

¿Qué se extraña del poder después de doce años al frente de la provincia?

Absolutamente nada. Ni vocación tenía de ser candidato ahora. Quería colaborar en la construcción. Terminé siendo candidato porque no podés decir "vamos a hacerlo" y mandar a otro. Si sos competitivo, tenés que ir vos. Extrañar, no. Al contrario, recuperé vida. Fui el único gobernador que se fue a su casa y no buscó cargos. Eso me dio una paz enorme.

—¿Ves encuestas? ¿Cómo estás?

Sí. Vemos una gran caída del gobierno nacional y que muchos miran a Fuerza Patria como alternativa. Somos optimistas: queremos ganar la elección.

¿Qué sería hacer una gran elección?

—Ganar. Salir primeros.

Difícil... Hasta hace poco Emilia Orozco, de La Libertad Avanza, estaba bien posicionada.

Sí, pero la gente en Salta, como en toda la Argentina, tiene una opción clara: o votás a los candidatos de Milei o votás a Fuerza Patria, la única fuerza con potencia real de Ushuaia a La Quiaca para frenar esas políticas. Todo lo demás es testimonial.

¿Cuál sería la lectura política si ganás?

No me creo tan importante. La gente va a decir: "los salteños quieren parar a Milei". Eso es lo que quiero.

¿Algo que quieras decirle a la gente de cara al 26 de octubre?

Que nos conocemos hace muchos años, con aciertos y errores. Solo quiero ayudar y ser la voz de los salteños para frenar esta sinrazón, esta violencia y este enorme castigo que vivimos como provincia y como salteños.

 

 

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